‘Lo soñé y traté de hacer lo mejor posible’
La tica habla de los sacrificios realizados y de los esfuerzos venideros, incluyendo su pronta mudanza a EE. UU., donde intentará crecer más
todos los entrenamientos.
––¿Se acordó de alguien en especial al ganar?
—De mi mamá, que es mi entrenadora (Dixiana Marín). Sé lo feliz que está por este resultado, porque son muchos los sacrificios que hacemos. También de mi hermana (Noelia), quien vino a estos Juegos y le fue excelente; incluso, las dos tenemos la marca y vamos para Doha (Mundial de Atletismo). Igualmente, se me vinieron a la cabeza mi esposo y mi hija, porque los dos se sacrifican mucho para que esté acá.
––¿Qué significado tiene que su mamá sea su entrenadora? —Mi mamá sueña mucho, es demasiado emprendedora. Me motiva mucho, es muy fuerte y es la que me ha criado y me atiende en los entrenamientos. Antes de la práctica me dijo que creyera en mí, que siguiera adelante sin importar los resultados.
––¿Cuántos años de entrenamiento para llegar a esta medalla dorada?
—Entreno con mi mamá desde los 15 años (tiene 21), pero practico formalmente desde los ocho años. Estuve con otros entrenadores, porque teníamos miedo que al ser mi mamá se diera algún conflicto. Sin embargo, desde que tengo 10 años ella tiene un grupo de entrenamiento, he visto los resultados que tiene y le dije que quería llegar a un Mundial. Ella me dijo que me ayudaba y hemos estado juntas desde entonces.
––¿Inicialmente estuvo pruebas de saltos?
—Estuve en pruebas de calle primero, luego pentatlón, decatlón y nunca pensé en el 100 metros con vallas. Hacía 400 metros u 80 metros con vallas, pero fue hasta unos Centroamericanos y del Caribe que vieron que tenía agilidad para las vallas y me aconsejaron que me dedicara a esto.
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––¿En algún momento pensó en dejar esto ante tanto sacrificio que conlleva?
—He pasado por altos y bajos. Costa Rica es un país donde muy pocos llegan a niveles altos como atletas y cuesta. Al principio no creía mucho, algunas veces entrenaba bien, en otras mal y no me esforzaba mucho. Sin embargo, al ver que seguí mejorando y mejorando empecé a ser más disciplinada.
––¿Es cierto que se va a Estados Unidos a finales de año? —Sí, seguramente. Puede ser un cambio muy bueno para mi vida deportiva, en Estados Unidos hay mejores instalaciones y competencias. Espero poderme foguear; es la cuna de los 100 vallas. Aunque no importa dónde me prepare, uno puede surgir. Cuando uno quiere, uno puede.