Sin miedo al Monstruo
Una mezcla de orden y atrevimiento le deparó a Cartaginés un 2 a 2 en el Estadio Saprissa
Los brumosos dirán que les anularon un gol por una posición prohibida inexistente, los saprissistas que ellos dominaron la mayor del duelo. Los dos considerarán que el 2 a 2 entre morados y tibaseños no es justo; no obstante, era el resultado que merecía el espectáculo que dieron ambos cuadros en el césped.
La justicia fue tal que la ‘Sapri-hora’ volvió a aparecer; lo hizo en contra del equipo al que siempre favoreció porque por el esfuerzo, el otro también merecía sumar.
El partido entre Saprissa y Cartaginés estuvo lleno de emociones, de inicio a fin. El cotejo fue disputado, ameno, intenso, fdisfrutado por el aficionado, los protagonistas y los entrenadores.
Wálter Centeno dejó una línea de barro en su zona técnica de la cantidad de veces que caminó de izquierda a derecha, mientras Martín Arriola intentó girar instrucciones en el complemento, pero su voz no salía por el esfuerzo hecho solo en la primera parte.
Los hombres de Centeno golpearon una y otra vez la puerta de Parker, pero el arquero tuvo un primer tiempo de ensueño, con cinco tapadas buenas. En otras ocasiones la puntería le falló a hombres como Leal o Zúñiga.
El partido tuvo sus matices. Los morados lograron abrir la cuenta por medio de Johan Venegas, al tomar un mal rechace de Daniel Chacón y con un zurdazo dejar sin reacción a Darryl Parker, quien vio caer su marco luego de varias embestidas.
La S basa su juego en una columna vertebral compuesta por Aubrey David, Michael Barrantes, Christian Bolaños y Rándall Leal. Tres experimentados y un juvenil ‘malcriado’, futbolísticamente hablando.
El encuentro frente a Cartaginés fue bravo para los morados, sobre todo porque se toparon un rival que salió a jugar como ellos. Al frente estaba un contrincante que sabía cómo hacerle daño al local, lo tenía estudiado y le respondió cada vez que se sintió intimidado.
Método. Las ideas tácticas en el campo estaban muy claras. El Monstruo apostó a su tradicional posesión de balón con salida rápida, gracias a la habilidad y velocidad de Rándall Leal, Suhander Zúñiga, Johan Venegas y Christian Bolaños. En el caso de los brumosos, una línea de cinco atrás aguantó las embestidas y un medio campo que combinó talento con sacrificio se encargó del resto.
En el caso de los blanquiazules, también en la inicial supieron crear problemas. Jurguens Montenegro marcó, empero el central Adrián Elizondo consideró que estaba fuera de juego y lo anuló, aunque estaba en buena posición.
La buena presión de los de la Vieja Metrópoli les dio resultado con solo cuatro minutos del complemento. Christopher Núñez, punto altísimo del duelo, filtró una pelota, la tomó Montenegro y la puso a besar la red.
El partido se volvió de ida y vuelta. Cartaginés se la creyó y empezó a buscar el 2 a 1; lo tuvo en sus pies Marcel Hernández y Núñez y ahí apareció Briceño.
Cuando el duelo se le ponía más cuesta arriba a la S, llegó la experiencia.
¡Bendita experiencia! Bien dice el refrán futbolero que el fútbol no tiene edad; esto se cumplió en el Saprissa - Cartaginés, cuando dos futbolistas que si juntamos su edad llegan a los 70 años se combinaron para el 2 a 1 morado.
Christian Bolaños, con sus 35 años en la espalda, picó al espacio en el minuto 76, le ganó la espalda a Erick Cabalceta y Jorge Gutiérrez, para controlar un servicio filtrado de Michael Barrantes, quien a sus 35 años tiene la visión de un jugador de 20 para filtrar seguidamente Christian en frentó a Darryl Parker lo dejó en el camino y remató.
Con los tres puntos prácti camente en la bolsa, el cuadro de Paté empezó a replegarse por los riesgos del visitante pero un tiro de esquina sobre la hora provocó que Arriola re cuperara la voz.
Manfred Russell puso el ba lón en el segundo palo y Erick Cabalceta lo empujó para el 2 a 2. El zaguero estaba solo y con la pierna izquierda, venció a Kevin Briceño.
Saprissa y Cartaginés divi dieron honores en un partido lleno de justicia, en el que has ta la ‘Sapri-Hora’ decidió incli narse para que no se decretara un ganador. ▪