Apertura al matrimonio gay
El 9 de enero de 2018, la Corte IDH resolvió por unanimidad lo siguiente: “El Estado debe reconocer y garantizar todos los derechos que se deriven de un vínculo familiar entre personas del mismo sexo de conformidad con lo establecido en los artículos 11.2 y 17.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos y en los términos establecidos en los párrafos 200 a 218”.
Los jueces afirmaron que mientras se emprenden las reformas formales, el país debe garantizar estos derechos de manera transitoria, sin discrimnación alguna.
“Para ello (garantizar los derechos) podría ser necesario que los estados modifiquen las figuras existentes a través de medidas legislativas, judiciales o administrativas para ampliarlas (las figuras jurídicas) a las parejas constituidas por personas del mismo sexo”.
Ese tribunal dejó la creación de normativa en manos de la Asamblea Legislativa por un plazo de 18 meses, los cuales se cumplirán en mayo próximo. De no crearse regulación, ese vínculo quedará permitido de manera automática. y aquello la marcó para aceptar aún más su condición.
El amor de su madre fue mucho más comprensivo y poco a poco ha ido digiriendo los cambios en su hija.
Su verdadera identidad estuvo detrás de un cuerpo de hombre hasta sus 48 años, cuando se sometió a un tratamiento hormonal para asemejarse más al de una mujer.
Para entonces, María Francisca Mayorga realizaba trámites en bancos e instituciones vestida de mujer, pero su cédula de identidad decía otra cosa. Era un problema para ella, en especial por los prejuicios de los que era víctima.
Empezó a perder sus ingresos económicos como diseñadora gráfica cuando sus clientes la veían vestida de mujer, distinta a aquel hombre con quien solían reunirse. También dejó de asistir a grupos religiosos, porque, según dice, era juzgada y rechazada.
En ese momento, en su cédula de identidad aparecía su nombre de nacimiento, uno masculino.
Empero, en mayo de 2018 y en acatamiento de la opinión consultiva emitida por la Corte, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) permitió a los costarricenses que así lo quisieran, cambiar su nombre en la cédula de identidad, según
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LA PARTE BONITA ES QUE TE LLAMAN POR EL NOMBRE QUE ELEGISTE, ESO ES BUENO PORQUE SE IDENTIFICAN CON MI FELICIDAD Y ESE ASPECTO DE CONVIVIR CON LO QUE REALMENTE SOY; LA PARTE FEA ES QUE HAY OTROS QUE SE CIÑEN EN DECIR EL NOMBRE CON EL QUE ME CONOCIERON”.
María Francisca Mayorga
Befeficiaria
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DE LA MANO CON EL RECONOCIMIENTO DE LAS PERSONAS A TENER UNA IDENTIDAD QUE SE AJUSTE AL GÉNERO QUE PERCIBE Y PRODUCTO DE LA OPINIÓN CONSULTIVA, EL TRIBUNAL SUPREMO DE ELECCIONES APORTA UNA OPCIÓN POSITIVA Y POSIBILITA QUE ESTAS PERSONAS TENGAN UN NOMBRE DE ACUERDO CON SU GÉNERO AUTOPERCIBIDO”.
Luis Guillermo Chinchilla
Director mayor del TSE
su género autopercibido.
Desde entonces, los nuevos documentos tampoco indican el género de la persona.
Ese derecho le permitió a María Francisca tener un nombre acorde a su nuevo género. Un cambio pequeño en un documento, pero que le permitió vivir más tranquila.
“Dos meses después de que el Tribunal permitió hacer el cambio, fui y lo cambié, porque no quería llevar algo que no me identifica para nada”, dijo Mayorga.
Las personas sexualmente diversas pueden hacer el cambio de su nombre, según su género autopercibido, presentándose a alguna de las sedes administrativas del TSE, en un proceso corto y sencillo. El principal requisitio es firmar un consentimiento y aportar su nuevo alias.
“Mi nuevo nombre me hace sentir más segura, porque el nombre que elegí es el correcto y me identifica como mujer”, afirmó Mayorga.
Sin embargo, todavía hay personas que no reconocen su nueva identidad, a pesar de que el Estado costarricense permitió cambiarla.
“La parte bonita es que te llaman por el nombre que elegiste, eso es bueno porque se identifican con mi felicidad y ese aspecto de convivir con lo que realmente soy; la parte fea es que hay otros que se ciñen en decir el nombre con el que me conocieron”, dijo María.