Reclusos esconden celulares en forros de los muebles
Escondido entre el forro de un mueble. Así descubrieron agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y oficiales de la Policía Penitenciaria uno de ocho celulares decomisados en el Centro de Atención Integral (CAI) 26 de Julio, en Puntarenas.
Un trabajo de inteligencia llevó a las autoridades a realizar el registro de uno de los pabellones de esa cárcel este viernes. Producto de la diligencia se incautaron también nueve chips celulares, una tarjeta de memoria, un cargador, tres adaptadores, dos cables USB, dosis de droga y algunos objetos punzocortantes.
A diario, dentro de las prisiones se hacen decomisos; sin embargo, después de que esta semana se divulgara mediante redes sociales un video grabado hace más de cuatro meses dentro del CAI Jorge Arturo Montero, conocido como La Reforma, en San Rafael de Alajuela, el Ministerio de Justicia y Paz ha informado con más frecuencia de sus trabajos conjuntos con la Policía Judicial.
Nils Ching, subdirector de la Policía Penitenciaria, manifestó que estas labores son permanentes y diarias, ya que son parte de la mano dura para detener las acciones que vayan en contra de la norma tiva.
Dentro de la cárcel un telé fono puede ser vendido hasta en ¢800.000, según informes brindados por Justicia el año pasado.
Además, datos recabados por la institución permiten afirmar que las bandas pagan entre ¢80.000 y ¢400.000 para que personas que están fuera de prisión y hasta funciona rios de Justicia introduzcan los móviles.
Algunos privados de liber tad utilizan los celulares que obtienen para realizar llama das y estafar a las personas.