La Nacion (Costa Rica)

Trabajo de adaptabili­dad de células a oxígeno gana el Nobel

››Hallazgo da pistas para tratamient­os contra cáncer o anemia

- Irene Rodríguez irodriguez@nacion.com

El oxígeno es trascenden­tal para la vida en el planeta Tierra. Poquísimos son los microorgan­ismos que no lo necesitan, y es vital para el resto. Este elemento no solo es imprescind­ible para respirar, también lo es para que los nutrientes que adquirimos de los alimentos sean convertido­s en energía y para muchas otras funciones.

Sin embargo, la cantidad de oxígeno disponible no siempre es la misma. Por ejemplo, cuando hacemos ejercicio de cierta intensidad o cuando estamos en cerros muy altos, nuestros niveles de oxígeno son mucho menores. Sin embargo, nuestras células se las arreglan para adaptarse, con tal de que nuestro cuerpo continúe trabajando como debe.

¿Cómo lo hacen? Precisamen­te, descubrir estos mecanismos hizo que dos científico­s estadounid­enses y un británico fueran galardonad­os con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología, según dio a conocer la madrugada de este lunes el Instituto Karolinska, en Suecia.

“Los científico­s hacen bromas acerca de lo que ellos llaman ‘descubrimi­entos de libros de texto’, pero este sí es un ‘descubrimi­ento de libro de texto’. Esto es algo que los estudiante­s van a estudiar en sus cursos de Biología, es parte importantí­sima de cómo las células funcionan”, dijo Randall Johnson, miembro de la Academia Nobel.

Los galardonad­os son el oncólogo estadounid­ense William Kaelin Jr., su compatriot­a Gregg Semenza, quien primero estudió Biología y luego Medicina para convertirs­e en pediatra, y el británico Sir Peter Radcliffe, quien es médico nefrólogo. Ellos recibirán un diploma, una medalla y 9 millones de coronas suecas (cerca de $1,01 millones).

En este caso, el premio no es de Medicina, sino de Fisiología, y premia un conocimien­to sobre cómo funciona el organismo humano y otros organismos vivos.

Este año, las personas e institucio­nes encargadas de nominar al galardón presentaro­n más de 400 nombres para concursar.

Importanci­a. La adaptación al oxígeno disponible es vital en muchos procesos humanos. La primera vez que utilizamos este mecanismo es durante nuestro desarrollo embrionari­o, pues se requiere para la formación de la placenta y de los vasos capilares.

Durante el resto de nuestra vida, las células continúan registrand­o los niveles de oxígeno y consiguen ajustarse para realizar todas las funciones metabólica­s. También lo hacen para lograr la regeneraci­ón de vasos capilares, adaptarse cuando hay problemas respirator­ios y para formar nuevos glóbulos rojos.

¿Qué pasa si no logran una “lectura” atinada de estos niveles de oxígeno? Esta dificultad se relaciona con enfermedad­es en los riñones, con la anemia y con algunos tipos de cáncer, por lo que los descubrimi­entos hechos por estos tres científico­s hoy laureados serán cruciales para futuros

tratamient­os médicos contra padecimien­tos como estos.

El hecho de que las células tenían la capacidad de registrar los niveles de oxígeno ya se sabía con anteriorid­ad, incluso ese descubrimi­ento había sido galardonad­o con un Nobel en 1931 y en 1938. Lo nuevo, y por lo que premiaron los trabajos que desde 1995 realizaron Kaelin, Semenza y Radcliffe, fue el comprender cómo ocurría esa adaptación.

¿Cómo ocurre? Los tres in vestigador­es trabajaron por aparte, en laboratori­os muy distintos y con equipos de tra bajo diferentes. Sin embargo sus descubrimi­entos tenían un mismo eje, por lo que los hallazgos de uno han ayudado a los otros.

En esa línea, los científico­s se concentrar­on en analizar la genética de los organismos para generar esta adaptación.

Para conocer la ruta que los condujo hasta el Nobel, es ne cesario conocer primero que las variacione­s en los niveles de oxígeno son registrada­s por unas células especializ­adas en nuestros riñones. Estos ór ganos liberan una hormona llamada eritropoye­tina (EPO) la cual activa la síntesis de gló bulos rojos en la médula ósea en un proceso llamado eritro poyesis, que regula los niveles de oxígeno en células y sangre

Las indagacion­es de Semen za se concentrar­on en estudiar la hipoxia, es decir, lo que su cede cuando los niveles de oxí geno decrecen y se presentan faltantes en sangre y células.

Ratcliffe, por su parte, se dedicó a investigar receptores EPO y encontró que los genes relacionad­os con esta sustan cia estaban no solo en los riño nes, que es donde se liberan sino en todo el cuerpo.

El trabajo de Kaelin vino a aportar desde un área muy dis tinta. Él no estaba estudiando la oxigenació­n celular; su línea de investigac­ión es en cáncer No obstante, durante uno de sus estudios, mientras explo raba una condición heredita ria llamada von Hippel-Lindau (VHL), que aumenta el riesgo del cáncer, notó que los genes relacionad­os con el VHL tam bién estaban asociados con la hipoxia y que ese faltante de oxígeno sí jugaba un rol en la enfermedad.

Los tres laureados coinci den en que la curiosidad fue e elemento primordial para con seguir el galardón y generar conocimien­to en ciencia.

“Este es un ejemplo de cómo nosotros comenzamos un viaje en el que no teníamos la menor idea de si tendríamos respuestas. Por eso es tan im portante para los científico­s hacerse preguntas, ser curio sos”, destacó Ratcliffe.

Kaelin complement­ó dicha declaració­n oficial aduciendo “Soy un firme creyente en la curiosidad y en todo lo que nos trae. Es una forma de crear co nocimiento. Nos gusta solven tar retos”.

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