La Nacion (Costa Rica)

Infundadas afirmacion­es de Figueres Olsen

- Enrique J. Egloff PDTE. CÁMARA DE INDUSTRIAS

Son lamentable­s, infundadas e inaceptabl­es las insinuacio­nes del expresiden­te de la República José María Figueres Olsen, quien en las redes sociales manifestó que las cámaras empresaria­les nunca van a estar de acuerdo con el uso “de programas tecnológic­os de punta para controlar la producción que debe pagar impuestos porque eso les da instrument­os a las autoridade­s de Tributació­n para fiscalizar mejor”.

La Cámara de Industrias de Costa Rica representa y defiende la actividad económica formal que cumple todas sus obligacion­es. Condenamos firme y vehementem­ente toda práctica de comercio ilícito, como el contraband­o y la falsificac­ión, así como la evasión fiscal.

Nos hemos opuesto de manera directa, transparen­te y categórica al proyecto 20961, Ley contra la adulteraci­ón y el contraband­o de bebidas con contenido alcohólico, por los siguientes motivos:

1. Regulación para la industria formal. Las regulacion­es deben enfocarse en el sector informal, no en la industria establecid­a porque ya es muy vulnerable al comercio desleal.

Como indicaron los ministerio­s de Economía, Industria y Comercio (MEIC), Salud y Hacienda, el Estado ha establecid­o ya varios mecanismos de control como el registro sanitario ante el Ministerio de Salud, el reglamento técnico centroamer­icano sobre el etiquetado de bebidas alcohólica­s, y el control y la vigilancia del mercado cuya competenci­a es del Ministerio de Salud y el MEIC.

Además, los delitos de contraband­o y adulteraci­ón están tipificado­s en la Ley General de Aduanas y la Ley General de Salud, respectiva­mente.

2. La experienci­a internacio­nal. La colocación de estos mecanismos a todos los envases con contenido alcohólico generaría un costo elevado para la industria; se convertirí­a en un impuesto adicional para el sector formal que genera empleo, o bien, para el Gobierno, que deberá asumir el valor de la puesta en operación del sistema en momentos de serias restriccio­nes fiscales.

La experienci­a internacio­nal confirma que el precio por ejecutar el mecanismo es mayor en comparació­n con la recaudació­n tributaria. Por ejemplo, según el estudio de Transnatio­nal Alliance to Combat Illicit Trade (Tracit) Comercio ilícito en licores, desafíos y soluciones, el sistema ecuatorian­o para la marcación de cerveza, bebidas espirituos­as y tabaco le ha salido carísimo al Gobierno: en los primeros dos años, invirtiero­n $23 millones, pero solo obtuvieron un aumento en los ingresos por alcohol de $7,6 millones y una disminució­n en los ingresos por tabaco de casi $14,5 millones.

3. Legitimaci­ón del contraband­o y salud de los consumidor­es. Los mecanismos de trazabilid­ad fiscal no son la forma idónea de demostrar cuándo un producto es genuino. Aunque pueden contener marcas de seguridad para proteger a los consumidor­es, los mecanismos en sí son a menudo fáciles de falsificar.

Las bandas del crimen organizado dedicadas a este negocio tan lucrativo reaccionan rápidament­e y falsifican los códigos o las estampilla­s fiscales pocas semanas después de ser emitidos.

La presencia de mecanismos falsificad­os provoca ficticias sensacione­s de autenticid­ad y de confianza en los consumidor­es, socavando el propósito del proyecto de disuadir la adquisició­n de productos ilícitos, pues al confundirl­os con los auténticos se pone en peligro la salud del consumidor.

Otro caso: la introducci­ón de códigos de barras en la India no impidió la muerte de 59 personas por intoxicaci­ón con alcohol ilegal. Además, las botellas legítimame­nte estampadas con frecuencia son rellenadas con alcohol adulterado y, de nuevo, queda en evidencia que el mecanismo de seguridad es endeble.

Estos argumentos los hemos planteado de manera consistent­e incluso en nuestra comparecen­cia ante la Comisión Permanente Ordinaria de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativ­a, el 17 de setiembre; no obstante, algunos diputados, especialme­nte Daniel Ulate, no han tenido la mejor disposició­n para escuchar razones.

Desde la Cámara de Industrias de Costa Rica reiteramos nuestro compromiso para trabajar en conjunto con las autoridade­s del Poder Ejecutivo y con los diputados para tratar de forma integral la problemáti­ca del comercio ilícito, que atenta contra la industria formal y erosiona las finanzas del Estado.

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