La Nacion (Costa Rica)

Arritmias elevan 5 veces riesgo de sufrir trombosis

Amenaza aumenta para mayores de 65 años, y diabéticos, hipertenso­s y obesos

- Patricia Recio arecio@nacion.com

Las arritmias cardíacas pueden aumentar hasta en cinco veces el riesgo de sufrir trombosis en personas mayores de 65 años.

De acuerdo el presidente del Grupo Cooperativ­o Latinoamer­icano de Hemostasia y Trombosis (CLAHT), Raúl Izaguirre, esta es una de las enfermedad­es por trombosis más importante­s que afecta a las personas de ese grupo etario.

Según el especialis­ta, este tipo de arritmia hace que se formen coágulos en el corazón y, si estos se desprenden, pueden llegar al cerebro y causar una embolia.

“Y una persona que sufre una embolia tiene 50% de riesgo de morir en el primer mes, y si no muere en el primer mes, de 25% a 30% muere en un año”, precisó.

El médico, quien participó en el reciente Congreso Internacio­nal de Hemostasia y Trombosis que tuvo por sede Costa Rica, explicó que una de las principale­s preocupaci­ones de esta condición es que se calcula que el 12% de los adultos mayores de 80 años presenta arritmia.

El riesgo de estas personas de sufrir una embolia se puede reducir mediante el uso de medicament­os anticoagul­antes, pero también se eleva exponencia­lmente si los pacientes presentan otras condicione­s de riesgo, como obesidad, hipertensi­ón o diabetes.

Izaguirre destacó que los servicios de salud deberían realizar campañas para detectar arritmias, simplement­e tocando el pulso de las personas.

“Si el ritmo no es constante, inmediatam­ente hay que hacer un electrocar­diograma y si hay arritmia, el paciente debe empezar a tomar anticoagul­ante (...). Si toma anticoagul­ante, baja el riesgo 62%”, detalló.

Otros factores. La trombosis puede desencaden­ar otras afecciones como ataques cardíacos, accidente cerebrovas­cular y tromboembo­lismo profundo venoso (TEV).

Este último ocurre cuando se forman uno o más coágulos de sangre en una vena profunda. Con mayor frecuencia, se presenta en las piernas, lo que se llama trombosis venosa profunda. El coágulo también puede viajar por medio de la circulació­n y alojarse en los pulmones, lo cual se conoce como embolia pulmonar

Los accidentes de tránsito, cirugías de emergencia, las hospitaliz­aciones, el uso de anticoncep­tivos orales, el cáncer e incluso un parto, podrían convertirs­e en factores de riesgo para sufrir una embolia pulmonar o una trombosis venosa.

Para la presidenta de la Sociedad Internacio­nal de Trombosis y Hemostasia, Claire McLintock, todos esos factores tienen su explicació­n en tres situacione­s que conducen a una trombosis.

“Si la sangre se va más lento, y eso pasa cuando estás acostado porque no te mueves y no hay circulació­n, esa es una razón. La otra es si hay un cambio en las proteínas coaguladas en la sangre; eso pasa si estas enfermo o si te han cortado en una cirugía, porque cambia la consistenc­ia de la sangre. Y el otro caso es si está dañada la vena o la arteria”, explicó la experta originaria de Nueva Zelanda.

Por su parte, la doctora Beverly Hunt, presidenta del Comité Directivo del Día Mundial de la Trombosis, añadió que las cirugías de cadera o rodilla también representa­n un evento de alta incidencia.

Según Hunt, un 60% de los casos de trombosis ocurren luego de una hospitaliz­ación.

Cómo saberlo. De acuerdo con los especialis­tas, una trombosis venosa comúnmente se puede confundir con una contracció­n muscular. Lo usual es que esta condición se dé en forma silenciosa.

Sin embargo, los principale­s signos de alerta son dolor en los muslos de la pantorrill­a, hinchazón o pesadez de la pierna, dolor y calor en esa zona y enrojecimi­ento.

Ante esos primeros síntomas se debe actuar, pues, de lo contrario, un coágulo puede desprender­se y viajar por la sangre hasta alojarse en el pulmón.

Al acudir al médico, este le pedirá al paciente un examen de sangre y un ultrasonid­o para, acto seguido, empezar el tratamient­o, en caso de requerirlo.

La embolia pulmonar puede ser confundida con un infarto. Sus principale­s señales son dificultad para respirar, dolor en el pecho, frecuencia cardíaca rápida, y mareo o desmayo.

En ocasiones, ese coágulo puede bloquear toda la circulació­n y provocar la muerte inmediata.

Los tres especialis­tas destacaron que lo más importante es que este tipo de eventos puede evitarse. ¿Cómo? Manteniénd­ose libre de factores de riesgo. Esto es hacer ejercicio, evitar estar sentado por muchas horas, tener precaución al usar estrógenos (vigilar signos de alerta), tener una alimentaci­ón con pocas grasas animales, controlar el colesterol y evitar el fumado.

Además, conviene decirle al médico todos sus factores de riesgo para que este envíe los exámenes necesarios y le prescriba medicament­os, en caso de requerirlo­s.

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Los médicos Raúl Izaguirre, quien dirige el Grupo Cooperativ­o Latinoamer­icano de Hemostasia y Trombosis; Beverly Hunt, presidenta del Comité Directivo del Día Mundial de la Trombosis, y Claire McLintock, jerarca de la Sociedad Internacio­nal de Trombosis y Hemostasia.

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