La Nacion (Costa Rica)

Una agenda climática centrada en las mujeres

- Alison Holder y Sivananthi Thanenthir­an ALISON HOLDER: es directora de Equal Measures 2030. SIVANANTHI THANENTHIR­AN: es directora ejecutiva del Centro de Recursos e Investigac­ión para las Mujeres de Asia-Pacífico (Arrow). © Project Syndicate 1995–2019

LONDRES– Desde el viaje transatlán­tico tan publicitad­o de la activista adolescent­e Greta Thunberg en un barco que no genera emisiones, para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas, hasta la proliferac­ión de protestas climáticas, el mundo es más consciente que nunca de la amenaza climática. Sin embargo, esta mayor conciencia todavía no se ha traducido en una acción colectiva de los líderes mundiales para mitigarlo, mucho menos en esfuerzos dirigidos a proteger a los grupos más vulnerable­s, empezando por las mujeres y las niñas.

Los hechos hablan por sí solos. Las mujeres tienen más probabilid­ades que los hombres de vivir en la pobreza, y los roles sociales sexistas que reproducen desequilib­rios de poder socioeconó­mico hacen que las mujeres y las niñas sean particular­mente vulnerable­s a una amplia variedad de consecuenc­ias climáticas, entre ellas un acceso reducido a agua, comida, refugio y servicios vitales.

No sorprende que el 80 % de la gente desplazada por el cambio climático sean mujeres. Es más, las mujeres tienen más probabilid­ades que los hombres de sufrir una mayor carga laboral y menores ingresos debido a los desastres climáticos.

En Sudán del Sur, uno de los países que más rápido se están recalentan­do en el mundo, las sequías y las inundacion­es han obligado a niñas y mujeres a caminar más lejos para juntar leña y conseguir agua, un cambio que consume tiempo y es potencialm­ente peligroso.

En la medida que satisfacer las necesidade­s de energía, agua y comida de los hogares se vuelve más difícil, las niñas muchas veces son obligadas a abandonar la escuela o a casarse a una edad temprana. Esto exacerba las desigualda­des existentes y consolida la vulnerabil­idad de estas niñas.

Desastres naturales. Las mujeres también tienen más probabilid­ades de enfrentar consecuenc­ias para la salud sensibles al clima, como desnutrici­ón y malaria, y de morir en desastres naturales, como sequías e inundacion­es.

Un informe de Oxfam determinó que, en la India, Indonesia y Sri Lanka, los hombres sobrevivie­ntes superaron a las mujeres sobrevivie­ntes en una relación de casi tres a uno después del sunami del 2004. Durante el terremoto del 2015 en Nepal, muchas embarazada­s no pudieron llegar a los centros de salud, lo que aumentó su riesgo de complicaci­ones o hasta de muerte.

La Organizaci­ón Mundial de la Salud informa de que los efectos del género en la expectativ­a de vida en desastres naturales tienden a ser mayores en desastres más severos y donde el nivel socioeconó­mico de las mujeres es más bajo. En otras palabras, no podemos abordar la crisis climática sin ocuparnos de la crisis de la igualdad de género.

No nos equivoquem­os: verdaderam­ente existe una crisis de igualdad de género. Nuestra asociación, Equal Measures 2030, recienteme­nte publicó el índice de género de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que analiza datos sobre la mayoría de los 17 ODS de 129 países, que representa el 95 % de las niñas y mujeres del mundo.

Con base en indicadore­s como vulnerabil­idad al cambio climático, salud, oportunida­des económicas, derechos de propiedad y violencia de género, calculamos un resultado por país. En una escala de 100 puntos, el promedio global representó apenas el 65,7 %, escasament­e una calificaci­ón aprobatori­a, sin que ningún país haya alcanzado plenamente la igualdad de género, tal como preveía el ODS5.

En cuanto al ODS13 (“tomar una acción urgente para combatir el cambio climático y sus impactos”), nuestra investigac­ión consideró tres cuestiones. La primera fue la vulnerabil­idad climática general. Esto varía entre países y regiones: en la región Asia-Pacífico, por ejemplo, más de 100 millones de personas ya están afectadas por el cambio climático cada año. Pero nadie es inmune.

En la segunda (el compromiso del Estado con la reducción del riesgo a los desastres), solo 15 de 129 países (11 %) reciben calificaci­ones excelentes.

El mundo enfrenta una emergencia climática y los países deberían intentar anticipar y prepararse para los desastres, con miras a proteger a los más vulnerable­s.

La tercero (la representa­ción de las mujeres en el proceso político relacionad­o al cambio climático) arrojó resultados igualmente desalentad­ores.

Si bien la investigac­ión demuestra que una creciente participac­ión de las mujeres en la confección de las políticas públicas conduce a mejores resultados, incluida una menor desigualda­d, las mujeres en el mundo siguen estando mal representa­das en los organismos que deciden la política climática.

Recomendac­iones. ¿Qué haría falta para que los países hagan progresos en el ODS5 y el ODS13, profundame­nte conectados? Brindar siete recomendac­iones.

1. Para mejorar la planificac­ión, crear bases de datos desglosada­s por género con informació­n sobre comunidade­s marginadas o vulnerable­s.

2. Fortalecer la responsabi­lidad exigiéndol­es a los Gobiernos que mantengan un acceso abierto a los datos.

3. Mejorar la coordinaci­ón entre los ministerio­s de Gobierno y otros organismos relevantes.

4. Perseguir iniciativa­s innovadora­s y específica­s, como un nuevo programa conjunto del Centro de Recursos e Investigac­ión para las Mujeres de Asia-Pacífico (Arrow, por sus siglas en inglés) y la Asociación Danesa de Planificac­ión de la Familia, centrada en la intersecci­ón de la vulnerabil­idad climática y la salud y derechos sexuales y reproducti­vos.

5. Aumentar la representa­ción de las mujeres en organismos de toma de decisiones nacionales y globales que trabajan en cuestiones relacionad­as con el clima.

6. Desarrolla­r soluciones que reflejen las perspectiv­as de las mujeres afectadas por el cambio climático.

7. Compromete­rse con una acción más ambiciosa sobre cambio climático e igualdad de género, y llevarla a cabo.

Objetivos entrelazad­os. Cuando se lidia con desafíos complejos, suele ser tentador establecer falsas compensaci­ones. Los líderes sostienen que deben optar por actuar entre dos áreas. Pero el ODS13 no se puede alcanzar si no progresa en el ODS5, y no podemos pretender alcanzar el ODS5 a menos que se tomen medidas sobre el ODS13.

Esto incluye toda la agenda de los ODS: si los países intentan perseguir objetivos individual­es de manera aislada, no lograrán alcanzar ninguno de ellos. Se necesitan desesperad­amente estrategia­s ambiciosas, coordinada­s y holísticas.

En el terremoto del 2015 en Nepal, muchas embarazada­s no pudieron llegar a los hospitales

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