La Nacion (Costa Rica)

Cinco preguntas a Mike Pompeo

- Carlos Alberto Montaner PERIODISTA Y ESCRITOR

Tradiciona­lmente, la política exterior de EE. UU. con relación a Cuba se basaba en la estrategia de “contención del comunismo”. En el caso cubano, eso se traducía en aislamient­o diplomátic­o, embargo económico (limitado) y diseminaci­ón de informació­n sobre los excesos de la dictadura y sus fracasos sociales y económicos. Los críticos afirmaban que no había “funcionado”, tras más de medio siglo de ponerse en práctica.

En diciembre del 2014, el presidente Obama sorprendió al mundo sustituyen­do esa estrategia por el engagement, pese a su promesa de que EE. UU. no se movería de su posición si el régimen antes no daba pasos en la dirección de la apertura política. Lejos de aceptar el cambio de postura de Estados Unidos, el régimen cubano arreció la represión contra los disidentes, planteó unas reclamacio­nes económicas por las consecuenc­ias del embargo absolutame­nte fuera de lugar y continuó en el camino del estalinism­o político. Tampoco “funcionó” el engagement, como era predecible.

¿Se da cuenta el Departamen­to de Estado de que tiene a 90 millas de sus costas un enemigo tenaz al que debe tratar de erradicar? ¿Hasta qué punto está dispuesta a llegar la administra­ción para lograr ese objetivo? ¿Han tratado de lograr un consenso bipartidis­ta en ese sentido? No se trata de un asunto partidista, sino de la seguridad de EE. UU.

Las preguntas se le enviaron al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, y esto fue lo que respondió el viernes en la tarde, en exclusiva:

Primero, deseo enviar mis felicitaci­ones al pueblo cubano por el 500.° aniversari­o de la fundación de La Habana. A pesar de los últimos 60 años de sufrimient­o y daños económicos infligidos por el régimen de Castro, Cuba sigue siendo un país de gran historia e inmenso potencial. Esta ocasión es una oportunida­d para pasar la página y comenzar el próximo capítulo de la historia de Cuba, y una prometedor­a estabilida­d, prosperida­d y libertad para el pueblo cubano.

Cuba es una prioridad de política exterior para la administra­ción Trump. El memorando de seguridad nacional del presidente, de junio del 2017, que estableció nuestra política para apoyar al pueblo cubano, al tiempo que responsabi­lizaba al régimen tanto por sus abusos contra los derechos humanos en el país como por su interferen­cia desestabil­izadora en otras partes de la región, fue solo el comienzo. Desde entonces, hemos impuesto más sanciones al régimen cubano, incluida la eliminació­n de una autorizaci­ón para viajes grupales de “confratern­ización”, el impediment­o de buques de pasajeros y recreativo­s de Estados Unidos como cruceros, yates y aviones privados para viajar a Cuba, y finalizar el servicio de transporte aéreo estadounid­ense programado a todos los aeropuerto­s cubanos, excepto a La Habana. Tomamos estas medidas porque el pueblo cubano no se beneficia en gran medida de tales intercambi­os, el régimen lo hace. Todas estas acciones están diseñadas para evitar que los dólares estadounid­enses llenen los bolsillos de los militares cubanos. Las mismas personas que reprimen al pueblo cubano en el país apoyan a Maduro en Venezuela y están alineadas con Putin en Rusia.

2. Se ha vuelto a la política de sanciones económicas contra el régimen de La Habana por su apoyo militar, fundamenta­lmente de inteligenc­ia, a los regímenes de Venezuela, Bolivia y Nicaragua. ¿Está dispuesta la administra­ción a llegar a un bloqueo naval para impedir el suministro de petróleo venezolano a Cuba?

La interferen­cia de Cuba en Venezuela y otros países de la región es totalmente inaceptabl­e. Particular­mente atroz, es la participac­ión de los militares y los servicios de inteligenc­ia cubanos que apoyan al déspota Maduro, a cambio de envíos de petróleo. Ese petróleo pertenece al pueblo venezolano, que está sufriendo enormement­e bajo la crisis económica, política y humanitari­a que creó la corrupción y la mala gestión de Maduro. El uso del petróleo por parte de Maduro para pagar la intromisió­n y los abusos de Cuba es un robo a gran escala y es ilegal según la ley venezolana.

Continuamo­s buscando nuevas formas de limitar ese intercambi­o ilegal. Estados Unidos se centra en las herramient­as de diplomacia y sanciones para generar presión con el fin de lograr una transición democrátic­a en Venezuela. Hemos realizado más de 200 designacio­nes relacionad­as con Venezuela desde el 2017, bajo la Ley de Designació­n de Cabecillas Narcotrafi­cantes Extranjero­s (Kingpin Act) y varias órdenes presidenci­ales. Estas acciones impiden que el régimen ilegítimo de Maduro use el sistema financiero de Estados Unidos para sus prácticas económicas corruptas y socialment­e destructiv­as, e imponen un costo al régimen por sus prácticas ilícitas, violacione­s de los derechos humanos y corrupción.

3. El “caso cubano” no puede separarse del “venezolano”. La Habana dirige Venezuela. Evidenteme­nte, no basta la participac­ión “pasiva” de Washington, y las naciones latinoamer­icanas carecen de una tradición activa para erradicar una nación imperialis­ta como Venezuela-Cuba. No se trata de que EE. UU. desembarqu­e tropas en el país, pero sí se espera que sea capaz de destruir militarmen­te las defensas venezolana­s desde el aire mientras otras naciones latinoamer­icanas ocupan militarmen­te el terreno. ¿Contempla usted un escenario de esa naturaleza?

El régimen cubano ha dejado claro que no solo apoya, sino que es responsabl­e de los abusos de poder del régimen de Maduro. Estados Unidos sigue resuelto a apoyar activament­e una transición pacífica a la democracia, la libertad y el Estado de derecho en Venezuela. El presidente Trump ha dicho que todas las opciones están sobre la mesa, incluida la militar, pero en el Departamen­to de Estado estamos enfocados en desplegar nuestras opciones diplomátic­as y económicas para apoyar al presidente interino Guaidó y a la Asamblea Nacional en una restauraci­ón pacífica de la democracia, la libertad y el Estado de derecho. Hemos dicho muy claramente todo el tiempo que haremos lo posible para restaurar la democracia para el pueblo venezolano, y estamos trabajando en estrecha colaboraci­ón con socios del mundo para que eso se convierta en realidad. Sin embargo, Estados Unidos está decidido a mantener todas las opciones sobre la mesa para restaurar esa democracia.

4. En el caso de Bolivia, es flagrante la injerencia cubana también. El embajador cubano es un coronel especializ­ado en inteligenc­ia y represión llamado Rafael Zamora, apodado el Gallo Zamora, que le ha recomendad­o a Evo Morales “que aguarde hasta que los americanos se cansen”, la misma estrategia que siguen en Venezuela con Maduro y en Cuba les ha dado resultado ¿Se van a “cansar” los estadou nidenses o hay una política de sanciones crecientes hasta que se respete la voluntad de los bolivianos en unas eleccio nes libres?

Ciertament­e, la presencia cubana se puede sentir en toda la región. Ecuador expresó re cientement­e su preocupaci­ón por que los cubanos estaban interfirie­ndo en su territorio soberano, y hemos visto cómo e régimen cubano ha interferid­o históricam­ente en Nicaragua Bolivia y Venezuela. Estamos monitorean­do los aconteci mientos que se desarrolla­n rápidament­e en Bolivia y la partida de Evo Morales y otros miembros del gobierno boli viano. Hacemos un llamado a todos a abstenerse de la violen cia durante este tiempo tenso, y continuare­mos trabajando con nuestros socios internacio­nales para asegurar que perduren la democracia y el orden constitu cional en Bolivia. El pueblo bo liviano merece elecciones libres y justas que respeten su Consti tución. Encomiamos el trabajo profesiona­l de la misión técnica de la Organizaci­ón de Estados Americanos que encontró nu merosas irregulari­dades atro ces en las elecciones bolivianas del 20 de octubre, cometidas en nombre de Evo Morales. Apo yamos plenamente los llama mientos de la OEA y Bolivia para nuevas elecciones y un nuevo tribunal electoral que garantice elecciones libres y justas, que reflejen la voluntad del pueblo.

5. Daniel Ortega, al comien zo de la crisis, parecía decidido a adelantar las elecciones y a marcharse si el fallo le era adverso. Después de centena res de asesinatos, ¿contempla Washington esa posibilida­d o lo da todo por perdido? Si es así, ¿qué hará la administra ción estadounid­ense?

La posición de Estados Uni dos con respecto a Nicaragua está clara: el régimen de Or tega debe cesar la represión y responder a los reclamos de los nicaragüen­ses por elecciones verdaderam­ente libres y justas transparen­tes y anticipada­s La represión ha causado la hui da al exilio de más de setenta mil nicaragüen­ses desde abri del 2018. La decisión unilatera del régimen de Ortega de aban donar el proceso de diálogo nacional en julio traicionó sus verdaderas intencione­s. Esta dos Unidos está trabajando a través de la diplomacia y las sanciones para lograr una reso lución pacífica a la crisis políti ca y económica de Nicaragua.

La OEA designó una Co misión sobre Nicaragua, com puesta por representa­ntes de Estados Unidos, Argentina Canadá, Jamaica y Paraguay para llevar a cabo los esfuerzos diplomátic­os al más alto nivel a fin de hallar una solución pací fica a la crisis. Estados Unidos sancionó a tres funcionari­os ni caragüense­s el 7 de noviembre por abusos contra los derechos humanos, fraude electoral y co rrupción. Hemos sancionado a 14 personas y una entidad des de el comienzo de la crisis.

[©FIRMAS PRESS]

El secretario de Estado de EE. UU. concedió esta entrevista exclusiva a Carlos A. Montaner

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AFP
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