‘No me pusieron para calentar la silla’
La jerarca no tuvo un 2019 sencillo, incluso, diputados pidieron su despido. Ella dice que llegó a poner orden en el manejo de los fondos y el desarrollo de proyectos de la niñez
No fue un año sencillo para Patricia Vega en la presidencia ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI). Así es capaz de reconocerlo la misma jerarca, quien para refugiarse de las críticas visitaba a los niños en los centros de la institución.
Una comisión de diputados pidió su salida al presiente Carlos Alvarado, pero la jerarca se aferra al cargo para demostrarles, según afirma, que está haciendo lo mejor para la institución, para el país y para los niños.
Sostiene que los cambios que ejecuta en el Patronato tocan intereses de trabajadores públicos y de organizaciones no gubernamentales (ONG). Estas últimas reciben dineros públicos para financiar proyectos.
Patricia Vega conversó con La Nación sobre su gestión.
––¿Cuál es el balance que hace de este año de gestión? —El balance que hago es que iniciamos las cosas que se tenían que hacer.
”Por ejemplo, con la creación de oficinas de proyectos, institucionalizamos el modelo en que las ONG deben plantear proyectos al PANI. Esto porque cuando yo llego aquí me encuentro proyectos costosísimos, pero costosísimos de ¢2.600 millones, que simplemente estaban mal planteados.
”Las organizaciones que no son serias, o habían encontrado un grado de facilidad para presentar proyectos livianos, probablemente son las que tengan problemas”.
––¿Lo hacían para beneficio propio?
—Es que es una fuente de recursos. Eso hay que decirlo claramente. Si usted tiene recursos y es fácil accesarlos sin necesidad de demostrar que es una buena inversión, diay, obviamente, hay gente que participa de eso y no en beneficio de la niñez.
––¿Además de suspender programas, abrió alguna investigación administrativa o judicial en contra de alguna fundación por esto? —Vamos a ver, es que si presentaban un proyecto mal hecho y la institución decía ‘sí hágalo mal hecho’ y no tenía un control para evaluar, diay ahí hay una coparticipación verdad, y por eso se pararon los que se pararon.
”Necesitamos a las ONG y hemos buscado a las más fortalecidas y seguimos trabajando para fortalecer proyectos que valen la pena”.
––¿Usted podría afirmar que entonces se desperdiciaban recursos del PANI durante la administración anterior? —Yo puedo decir que en la administración anterior había una gestión inadecuada de varias cosas. Una, por ejemplo, los convenios con proyectos que no procedían.
”Una de las cosas, por ejemplo, es que se nos exige aplicar la reestructuración del PANI que dejó la administración anterior, sin probar que funciona. Nosotros en un año y cuatro meses tenemos lo que pretendemos, aprobado por Mideplán. Bueno, es que esa la diferencia de una gestión oportuna.
”Los diputados nos critican a nosotros que no tenemos control interno. No, no han hecho control interno en la historia del Patronato, hasta ahora lo hace Patricia Vega, lo instauramos nosotros, ¿y yo soy la culpable de que no haya habido control interno antes?
”Hay un traslape de cosas mal hechas en otro momento, que lo quieren atribuir a mi gestión, cuando más bien hemos venido a corregir. Esta institución tiene serias falencias y las señalé una por una: infraestructura, tecnología y recurso humano, que ha estado mal administrado en cuanto a su capacitación, elección y atención cuando ya están trabajando”.
––Usted ha tenido problemas también con los trabajadores del Patronato.
—No fue en esta administración donde hubo un informe de clima organizacional donde se decían una barbaridad de cosas, de que esto era una bomba de tiempo, fue en el 2016.
––¿Le estalló a usted?
—Creo que sí. Desde entonces se planteó que había que hacer algo urgente, sino podía desencadenar una crisis y no se hizo nada.
”Yo aquí vine a decir las cosas que estaban ocurriendo, porque uno debe ser leal para lo que lo pusieron a uno en el cargo. No me pusieron para calentar la silla.
”Vine a decir las cosas y molesté a las ONG que no tenían proyectos adecuados y a funcionarios que están en una zona de confort, o los que no quieren ser supervisados porque les piden cuentas”.
––¿Abordó el problema del clima organizacional de forma adecuada para que la “bomba” no le estallara a usted?
—El problema es muy profundo, eso no se corrige en el corto plazo, requiere de mucho análisis. Porque cuando se habla de recargo de trabajo, usted tiene que definir qué es lo que una persona puede hacer de las tareas que se hacen en el PANI, midiendo tiempos, para definir si hay recargo o no. Como esa información es tan incierta, pasan cosas que no se deben contabilizar como una notificación de la Corte, que lo cuenta, entonces, claro, se inflan los números.
––¿Cuál es la autocrítica que se hace usted en este año y medio al frente del PANI? —Me ha faltado una mejor comunicación para contrarrestar la mala fe de esos interesados (ONG con propuestas flojas y trabajadores en zona de confort).
––¿Le faltó tacto o sensibilidad?, que es lo que dicen algunos diputados.
—Cuando un comentario de esos proviene de alguien que no te conoce, yo creo que hay que dejarlo pasar por alto, porque eso demuestra una inmadurez.
”Pregunte cuántos presidentes ejecutivos conocen todos los albergues. Un montón de cambios que se hacen en beneficio de los niños es porque Patricia Vega ha ido a verlos”.
––También ha existido la polémica con proyectos que dejó la administración anterior.
—Los proyectos como unidades móviles y centros de intervención temprana, que se han dicho que se han debilitado, no es cierto. Se sigue trabajando, pero se redefinió el modelo.
––Diputados sugirieron que usted era corresponsable de la muerte de tres menores bajo circunstancias en las que se demandó un mejor accionar del PANI, ¿por qué se mantiene en el cargo pese a críticas tan fuertes?
—Cuando en este país se tenga que ir el que quiere arreglar las cosas, el que quiere hacer bien su gestión, vamos a estar fregados.