Abecé de sismos tectónicos: ¿qué son y cómo ocurren?
Al desplazarse, las placas pueden chocar, separarse o rozarse lateralmente
Los sismos tectónicos ocurren como producto de un deslizamiento súbito entre dos bloques de roca separados por una falla.
Existe gran cantidad de otra clase de sismos que no son tectónicos, por ejemplo, erupciones volcánicas, explosiones químicas e impacto de meteoritos, entre otras.
Los sismos tectónicos se dividen en dos grandes grupos: los intraplaca y los interplaca, como una forma directa de asociarlos a la tectónica de placas.
Las placas tectónicas son fragmentos de la parte más exterior de la porción sólida de nuestro planeta. Incluyen toda la corteza terrestre (oceánica y continental) y la porción más superior del manto superior.
Esa parte rígida, más externa de la Tierra, se denomina litósfera y se encuentra prácticamente “flotando” sobre la astenósfera; es decir, una región del manto superior que se encuentra parcialmente fundida y que puede fluir en el tiempo geológico.
Es precisamente ese movimiento de la astenósfera, inducido por corrientes de convección en el manto, lo que constituye el motor del movimiento de las placas tectónicas.
Así se producen. Como las placas tectónicas se desplazan en diferentes direcciones, ellas pueden llegar a chocar, separarse o rozarse lateralmente.
Esas zonas de contacto, o límites entre placas, generan la mayor cantidad de sismicidad en el planeta. Los sismos a lo largo de esos contactos son los que se denominan sismos interplaca.
En Costa Rica, esos sismos interplaca ocurren por subducción, a lo largo del Pacífico norte, por el contacto entre la placa del Coco y la placa del Caribe.
En el Pacífico sur, por el contacto entre la placa del Coco y la placa de Panamá, mientras que en el Pacífico central, en el contacto entre la placa del Coco y una zona de transición entre las placas del Caribe y de Panamá.
Por este proceso de colisión entre placas, en Costa Rica se presentan, además, sismos interplaca en el Caribe sur, por el cabalgamiento de la placa de Panamá sobre la placa del Caribe.
Por rozamiento lateral, en Costa Rica se producen sismos interplaca al sur y por debajo de la península de Burica; en ese caso, se trata de un sistema de fallas con dirección norte-sur, que representa el límite o frontera entre la placa del Coco y la placa de Nazca.
Las placas tectónicas en su interior y, sobre todo cerca de los límites, están expuestas también a esfuerzos y deformaciones que generan también sismicidad.
Esos sismos que se producen como respuesta de la deformación interna de las placas son los que se denominan sismos intraplaca.
Fuentes de sismicidad intraplaca en Costa Rica existen prácticamente en todo el país y dentro de las cuatro placas tectónicas que nos afectan.
Dentro de la placa del Coco ocurren sismos intraplaca a profundidades desde casi la superficie, hasta a más de 200 kilómetros. Los más superficiales ocurren por el doblamiento que experimenta la placa del Coco para introducirse (subducirse) bajo las placas del Caribe y de Panamá.
Ejemplo. La actividad sísmica registrada la madrugada y mañana del 21 de enero del 2020 es un ejemplo claro de esta sismicidad intraplaca.
Los sismos intraplaca más profundos son producto de los cambios físicos y químicos a los que se somete la placa del Coco al ingresar al manto terrestre bajo Costa Rica.
Sismos intraplaca dentro de las placas Caribe y Panamá, ocurren todos superficialmente, a menos de 25 km.
Existe una región en la parte central de Costa Rica, desde Limón hasta el Pacífico central, entre Herradura y Quepos, que marca el límite, principalmente por rozamiento lateral, entre las placas del Caribe y Panamá.
En formación. Este límite de placas está en proceso de formación, quizás lleva tan solo algunos cientos de miles de años y, por lo tanto, no se ha desarrollado aún como una sola falla, sino que está constituido por una gran cantidad
de fallas pequeñas (5 a 10 km de longitud) que no alcanzan, en la mayoría de los casos, profundidades mayores a 15 km.
Es por esta razón que los eventos que se presentan a lo largo de este sistema de fallas, aunque representan un límite incipiente entre placas, los seguimos clasificando como sismos intraplaca, pero llamarlos interplaca no sería del todo un error.