Empate del Herediano deja liderato a Saprissa
Cuadro florense iguala, 0 a 0, en visita a Gualalupe
Un duelo sin claridad. Al partido lo envolvió una nebulosa de imprecisiones, de trazos inseguros en el último cuarto, como si un humarascal les impidiera a los futbolistas afinar la mira para transformar las jugadas de peligro en remates a portería.
Fue en el epílogo, en el 91’, cuando se generó la jugada más clara de gol; Bryan Rojas remató fuerte a puerta, pero la pelota rozó con un defensor y acabó en el tiro de esquina.
El delantero, que se perdió las primeras jornadas a causa de una lesión, ofreció algo de peligro en medio del insípido duelo, marcado por la falta de profundidad.
Aburrido, soso, poco vistoso. La realidad es que hubo poco que destacar. Quizás el regreso del delantero Rojas, una promesa con buena estampa, o la presencia del joven Andrés Gómez, cada vez más lúcido e influyente con la redonda.
Insuficientes fueron las combinaciones entre Frank Zamora y Gómez, el más incisivo y mejor figura de Guadalupe. El último trazo terminó por ser una pesadilla para ambos equipos, lo que al final se tradujo en exceso de balones largos del Team.
El roce, la marca y la certeza de los jugadores para bloquear las jugadas de su adversario, acabaron por golpear el espectáculo, reducido a muy pocas aproximaciones.
A Guadalupe le faltó la claridad que suele aportar Arturo Campos, el más expedito cuando se trata de apoyarse y oxigenar a su equipo, pero esta vez en el banco; ante la falta de un director de orquesta, el local acabó por enredarse.
Ante la maraña que se armó en la medular, prevaleció el juego directo, con muchos trazos sin sentido. Hubo diagonales sí, también algunas paredes, pero la mayoría lejos del arco defendido por el florense Bryan Segura.
Tampoco ayudó la cancha del Coyella Fonseca, muy maltratada, lejos de permitir un fútbol de posesión, con transiciones rastreras y limpias.
Al principio, Guadalupe intentó tocar. Ante la falta de resultados regresó al juego directo, como también lo hizo Herediano, sin grandes oportunidades.
Once. Fue un once con variables el del campeón nacional, desde el propio arco; Segura volvió a jugar y mantuvo su portería en cero.
Pesó poco Gerson Torres, también Nextalí Rodríguez, y aún menos Yendrick Ruiz.
La única clara de la etapa inicial nació en los pies de Rodríguez, quien tuvo un mano a mano con el arquero Luis Torres, determinante para repeler el disparo.
Irónicamente, las únicas dos acciones de peligro del cotejo nacieron en los primeros minutos y en los últimos, con dos individualidades jóvenes, ambas formadas en Carmelita. Rodríguez y Bryan Rojas le dan ‘músculo’ a la ofensiva del Team.
Un partido sin brillo.