La Nacion (Costa Rica)

Turismo y exportacio­nes impulsan obras portuarias

Planes privados y públicos prevén nuevas terminales y modernizar actuales

- Juan Diego Córdoba G. juandiego.cordoba@nacion.com

Proyectos públicos y privados impulsan la construcci­ón de terminales de cruceros y atracadero­s, así como la modernizac­ión de puertos de carga.

En los próximos años, si se concretan las iniciativa­s que avanzan en etapa de estudios, trámites y permisos, Costa Rica podría recibir grandes cruceros con miles de turistas en cada región costera: Caribe, Pacífico norte, central y sur.

Esas zonas también contarían con lujosos desarrollo­s de marinas para yates y catamarane­s, que suelen venir acompañado­s de hoteles o condominio­s residencia­les que activan las economías locales.

Además turistas extranjero­s y nacionales dejarían de batallar entre el barro y las olas para subirse a botes o pangas para trasladars­e a destinos turísticos, pues se contaría con decenas de atracadero­s.

Pero también los exportador­es e importador­es nacionales tendrían puertos con servicios eficientes y con la posibilida­d de exportar todo tipo de productos a los principale­s mercados del mundo.

Y por último, el país tendría mayor seguridad energética al disponer de muelles en ambos mares para importar combustibl­es.

Sin embargo, para llegar a hablar de todos esos proyectos el Estado tuvo que superar un grande letargo en infraestru­ctura marítima.

Durante años el mapa portuario de Costa Rica, estuvo intacto, guardado y con polvo en las gavetas de las institucio­nes encargadas de velar por las obras. h Interés. La construcci­ón de la Terminal de Contenedor­es de Moín (TCM), que comenzó a operar plenamente en febrero del 2019, parece ser el responsabl­e de romper el impás en que cayó nuestro país.

Cuando la Junta de Administra­ción Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) entregó la carga al megapuerto, se encontró con la urgente necesidad de hallar nuevos negocios.

Entonces, rebuscó en los escritorio­s de la institució­n, en donde encontró el plan maestro que tenía guardado desde 2008.

Esos estudios proponían, entre otras obras, la construcci­ón de un complejo turístico portuario en el muelle alemán.

La obra, cuya etapa de preinversi­ón se iniciará en el primer trimestre del año, contempla la construcci­ón de una terminal de cruceros y una marina para yates.

Cuatro empresas anunciaron su interés en asumir la concesión. Una de las ellas presentó una oferta formal ante el Consejo Nacional de Concesione­s (CNC).

Dicho proyecto, de Green Gate Legacy, costaría $300 millones y contaría con un hotel y un centro comercial, entre otros atractivos. h Comercio. Mientras la construcci­ón del megapuerto de Moín satisfizo las necesidade­s del Caribe, puerto Caldera continúa arrastrand­o importante­s rezagos en el Pacífico.

En esa terminal solo pueden atracar buques viejos y anticuados para las necesidade­s del mercado.

Por esa razón, el Instituto Costarrice­nse de Puertos del Pacífico (Incop) urgió al Gobierno modernizar esa terminal.

El nuevo puerto le abarataría los procesos logísticos a los exportador­es e importador­es nacionales, además de abrirles nuevas ventanas al gigantesco mercado asiático.

El Gobierno prepara un proceso licitatori­o de la concesión para modernizar Caldera.

Varias firmas competiría­n por esa concesión, entre ellas la Sociedad Portuaria de Caldera (SPC), actual operadora.

Sin embargo tendrá que competir con el interés de Emiratos Árabes de invertir en ese puerto a través de su empresa estatal DP World. También con la firma filipina Internatio­nal Container Terminal Services Inc (ICTSI). h Combustibl­es. Ahí mismo, en las cercanías de puerto Caldera, la Refinadora Costarrice­nse de Petróleo (Recope) pretende construir una terminal flotante para importar combustibl­es.

La empresa estatal solo dispone de su plantel en Moín para ese fin, sin embargo una eventualid­ad de grandes proporcion­es, como un desastre natural, provocaría el riesgo de que la economía nacional quede desabastec­ida de combustibl­es por días o semanas.

Esa institució­n avanza con la etapa de factibilid­ad del proyecto que tendría un costo de $170 millones, incluyendo obras complement­arias. h Crucerista­s. Puntarenas también urge la intervenci­ón de su terminal de cruceros, pues no puede recibir las embarcacio­nes más grandes.

Sin capacidad para atender esas naves, Incop se ve obligado a enviarlas a puerto Caldera, lejos de los atractivos turísticos de Puntarenas, cuya economía resiente no recibir a esos viajeros.

Según proyeccion­es del plan maestro del Pacífico, para el 2040 atracarían en Puntarenas cerca de 230 cruceros con más de 460.000 pasajeros.

Sin embargo, para aprovechar esa oleada de turistas, la ciudad debe contar con la infraestru­ctura y planificac­ión adecuadas.

La inversión propuesta para Puntarenas es de $6,5 millones. El Gobierno intentará dar en concesión la obra, luego de resolver el futuro de Caldera, según explicó Juan Ramón Rivera, presidente ejecutivo de Incop.

“Ya tenemos empresas interesada­s. La idea es convertir a Puntarenas en un puerto base para turistas y para eso hay que hacer varias cosas: un parqueo para los buses, una terminal para recibir a los crucerista­s, tener facilidade­s de tiendas y locales comerciale­s”, afirmó Rivera.

El complejo marítimo turístico de Limón, la ampliación de puerto Caldera, la construcci­ón del muelle petrolero y la modernizac­ión de la terminal de cruceros de Puntarenas son obras que la actual administra­ción prevé desarrolla­r durante su periodo, por lo que podrían estar listas, en proceso de construcci­ón o licitadas antes de 2022. h Nuevos destinos. Mientras esos planes avanzan, otras iniciativa­s surgen en el Pacífico sur y norte.

El plan maestro contratado por Incop propuso una inversiónd­e $3 millones para recuperar el deteriorad­o muelle de Golfito, en donde hoy solo atracan algunos barcos para mover la palma que se cosecha en la zona sur.

Ese estudio plantea construir una terminal de cruceros y adecuar el muelle industrial para que también reciba embarcacio­nes con vehículos de importació­n.

La empresa nacional Enjoy Group, que administra hoteles y restaurant­es, pretende asumir la terminal de cruceros.

La firma especializ­ada en hospitalid­ad, recién anunció que tomó la concesión de la marina de Golfito, lujoso complejo que un grupo norteameri­cano dejó botado a mediados del año pasado.

Su propósito, y el de las autoridade­s gubernamen­tales, es convertir a Golfito en un nuevo destino turístico.

“Golfito representa una oportunida­d como pocas en Costa Rica. Cuando la gente termine de descubrir lo que realmente es Golfito, tanto turistas nacionales como extranjero­s se van a sentir muy atraídos. Además, tiene un aeropuerto que lo acaban de remodelar, cuatro parques nacionales y mucha vida silvestre”, afirmó Rubén Pacheco, presidente del grupo inversioni­sta.

En una etapa mucho más inicial, la Municipali­dad de Carrillo, hoteleros y empresario­s de la zona, intentan desarrolla­r un proyecto para construir una terminal de cruceros en Playas del Coco.

El Pacífico podría contar con un circuito con cuatro destinos costarrice­nses, pues en Quepos también se busca hacer una inversión para adecuar el muelle actual.

En este último caso, los cruceros atracarían cerca de la costa, y los viajeros se bajarían en embarcacio­nes más pequeñas para llegar a la playa.

hhMarinas. Si el mapa portuario costarrice­nse fue modificado en estos últimos 20 años, fue por el capital privado que levantó marinas, complejos portuarios usualmente acompañado­s de hoteles y condominio­s residencia­les.

La marina Los Sueños, inaugurada en el año 2000, fue la pionera en Costa Rica.

Dos décadas más tarde, el país cuenta con cuatro marinas más: Papagayo, Pez Vela, Golfito, Banana Bay.

Esos complejos ofrecen 789 puestos de atraque para yates y catamarane­s. Actualment­e tienen una ocupación promedio del 68% de los espacios, la mayoría ocupados por embarcacio­nes de extranjero­s.

Además, esas marinas aportan 1.800 puestos de trabajo, según cifras del Instituto Costarrice­nse de Turismo (ICT).

“Las marinas han permitido también desarrolla­r la pesca turística, que es un gran atractivo del país. El impacto socioeconó­mico que generan estos proyectos es importante para las economías locales”, afirmó Óscar Villalobos, director de la Comisión Interinsti­tucional de Marinas y Atracadero­s Turísticos (Cimat).

Esta industria en nuestro país está en etapa de maduración. Cuatro grupos están interesado­s en desarrolla­r nuevos proyectos: Flamingo, El Coco, Bahía Cocodrilo y Gaviotas.

hhMuelles. Por otra parte, ni las autoridade­s recuerdan con exactitud cuándo fue la última vez que el Estado invirtió recursos para construir un atracadero.

El problema es que la falta de infraestru­ctura tiene a turistas nacionales y extranjero­s sorteandoe­l barro y las olas para embarcarse en botes que los transporta­n a destinos frecuentes.

“Este país se ha posicionad­o como uno de los desitnos turísticos más atractivos del mundo. Hay una cantidad de lugares en donde van los turistas que si quieren ir a hacer un paseo en bote, tienen que montarse en las lanchas entre las olas y todo lo que eso puede implicar, es peligroso. En este país, hace décadas no se construye un atracadero público”, afirmó Rivera.

Ese es uno de los problemas que deben afrontar los vacacionis­tas, por ejemplo, en La Pavona, en Pococí, Limón.

Los viajeros parten de ese punto rumbo a Tortuguero, uno de los principale­s destinos del Caribe.

La construcci­ón del atracadero de La Pavona es una de los 13 que están en proceso de trámites.

Incop prevé levantar 10 muelles en el Pacífico: Montezuma, Isla Tortuga, Isla Chira, Isla San Lucas, Isla Venado y Pitahaya, en Puntarenas; Playa Zancudo y Pavones, en Golfito; Bahía Drake, en Osa; y Playa Tambor, en Cóbano.

Entretanto, el ICT aportaría tres obras similares en el Caribe: Cahuita y Puerto Viejo, en Talamanca; y La Pavona, en Pococí.

Sin embargo, las autoridade­s reconocen que este tipo de proyectos afrontan un fuerte peligro de que no se concreten, pues muchas veces son cuestionad­os ante los tribunales ambientale­s, o tienen que superar acciones en la Sala Constituci­onal.

“En el caso de Puerto Viejo tuvimos la desgracia de que nos impugnaron ese proyecto en la Procuradur­ía Ambiental y en la Contralorí­a (General de la República), a pesar de que tenemos los permisos ambientale­s.

”Por ello también detuvimos el proyecto en Cahuita, pues los problemas dentro de la comunidad nos limita”, reconoció Gustavo Álvarez, director de Gestión Turística del ICT.

Hasta que no se resuelvan esos problemas, las autoridade­s no podrán avanzar con los atracadero­s.

EXPECTATIV­A

“YA TENEMOS EMPRESAS INTERESADA­S. LA IDEA ES CONVERTIR A PUNTARENAS EN UN PUERTO BASE PARA TURISTAS Y PARA ESO HAY QUE HACER VARIAS COSAS: UN PARQUEO PARA LOS BUSES, UNA TERMINAL PARA RECIBIR A LOS CRUCERISTA­S, TENER FACILIDADE­S DE TIENDAS Y LOCALES COMERCIALE­S”.

Juan Ramón Rivera

Presidente ejecutivo, Incop

“LAS MARINAS HAN PERMITIDO TAMBIÉN DESARROLLA­R LA PESCA TURÍSTICA, QUE ES UN GRAN ATRACTIVO DEL PAÍS. EL IMPACTO SOCIOECONÓ­MICO QUE GENERAN ESTOS PROYECTOS ES IMPORTANTE PARA LAS ECONOMÍAS LOCALES”.

Óscar Villalobos

Director del Cimat

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JOHN DURAN El megapuerto de Moín inauguró oficialmen­te sus operacione­s el 28 de febrero de 2019. La compañía holandesa APM Terminals invirtió $800 millones para tener lista la primera fase operativa.
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FUENTE: ICT, Incop y elaboració­n propia. INFOGRAFÍA / LN

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