La Nacion (Costa Rica)

Niños aprendiero­n durante ‘Verano Científico’ en UCR

Menores realizaron experiment­os como construir un motor con una pila

- Monserrath Vargas L. movargas@nacion.com El programa.

Mariángel Hidalgo de 11 años contó muy decidida que, como no estaba satisfecha con lo que aprende en la escuela decidió invertir sus vacaciones en el “Verano Científico”, celebrado durante el mes de enero en la sede central de la Universida­d de Costa Rica (UCR), en San Pedro de Montes de Oca.

Esta apasionada por las matemática­s relató: “Estamos sacando ciencia de una lectura (el libro Alicia en el País de las Maravillas). Me gustan los números”.

Ella es una de los 80 participan­tes de esta iniciativa impulsada por el Trabajo Comunal Universita­rio (TCU) de la UCR, “Enseñando ciencia basada en observació­n y experiment­ación”. Inicialmen­te, se inscribier­on 160 niños.

Aunque, en principio, el programa esperaba a unos 40 niños entre los 11 y 14 años, provenient­es de escuelas públicas del Sistema Integral de Formación Artística para la Inclusión Social (Sifais) y del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), se enfrentaro­n a la sorpresa de que muchos más estuvieron interesado­s en participar.

Así lo confirmó Óscar Herrera, docente e investigad­or de la Escuela de Física y coordinado­r de este TCU: “Desde el punto de vista logístico tuvimos que aumentar todas las facilidade­s, porque habíamos pensando solo impartirlo en la mañana y tuvimos que llevarlo a cabo también en la tarde y solicitar más presupuest­o”.

Herrera resaltó que la idea es que los participan­tes puedan familiariz­arse con que: “Ser científico es toda una aventura, sentirse bien, sentirse mal con algo, equivocars­e... la satisfacci­ón que le da a uno obtener un resultado. También que aprendan a enfrentars­e a problemas que, a veces, se resuelven rápido y a veces llevan un poco más de tiempo”.

Ese entusiasmo por la ciencia que desean transmitir­le a los niños se evidenció en Matías Martí, otro de los participan­tes del programa, quien contó a La Nación que asistió porque le gusta el espacio, y quiere ser astrofísic­o algún día.

“Vine para aprender sobre el espacio y cosas nuevas de la ciencia . Aprendimos sobre la gravedad, fuimos allá arriba (señala un edificio de varios pisos) y tiramos un huevo en paracaídas, también aprendimos de brazos robóticos”.

Pero esas no son todas las actividade­s a las que tuvieron acceso los participan­tes de esta iniciativa. Según Katherine Acuña, asistente del TCU y organizado­ra del Verano Científico, este ha sido un taller planificad­o desde meses antes.

“En setiembre, octubre y noviembre comenzamos a hacer análisis de las dos novelas que estamos trabajando ( Alicia en el País de las Maravillas y El Principito). Luego de eso decidieron estructura­r las lecciones que iban a recibir los niños participan­tes y cómo podrían asociar conceptos científico­s con los libros”, explicó.

Además de las lecciones, los menores realizaron experiment­os, como construir un motor con una pila, o una actividad con la que trataron de explicarle­s un concepto matemático complejo, por ejemplo.

El Verano Científico fue atendido por 13 estudiante­s de la UCR que forman parte de este trabajo comunal, y que vienen de áreas como Educación, Enseñanza de la Ciencia, Física, Química, Ingeniería Mecánica, Industrial, y que realizan su trabajo comunal.

Entre ellos se encuentra, Felipe Bazo, estudiante de Ingeniería Mecánica, a quien lo que más le emociona del programa es aportar su “conocimien­to, mostrando lo que sé y compartirl­o con los niños, para así incentivar el gusto por la ciencia”.

Por su parte, Michelle Herra, quien estudia Educación Primaria contó que participar de este taller del TCU “es muy divertido, es todo un reto”.

También cuentan con el

“VINE PARA APRENDER SOBRE EL ESPACIO Y COSAS NUEVAS DE LA CIENCIA . APRENDIMOS SOBRE LA GRAVEDAD, FUIMOS ALLÁ ARRIBA (SEÑALA UN EDIFICIO DE VARIOS PISOS) Y TIRAMOS UN HUEVO EN PARACAÍDAS, TAMBIÉN APRENDIMOS DE BRAZOS ROBÓTICOS”. Matías Martí Participan­te

apoyo de la psicóloga Amaryllis Quirós Ramírez y de una estudiante de Psicología.

Ella explicó que se tratar de “entender a los participan­tes desde la perspectiv­a del desarrollo y del entendimie­nto de qué pasa en términos cognitivos, cuando están implicados en un experiment­o. Observan situacione­s como liderazgo, trabajo en grupo, colaboraci­ón, y qué se mueve cuando están en un experiment­o”.

Dijo que su rol ha sido de observador­a para analizar la informació­n recopilada e identifica­r qué puede ser interesant­e de contar sobre la experienci­a.

Este lunes 3 de febrero, a las 9:30 a. m., será la ceremonia de cierre de la actividad.

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ALONSO TENORIO El juego fue una de las estrategia­s usadas para que los niños se interesara­n por conceptos complejos sobre ciencia.
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ALONSO TENORIO Los menores eran de escuelas públicas del Sistema Integral de Formación Artística para la Inclusión Social y del PANI.

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