La Nacion (Costa Rica)

Niña de 13 embarazada por un hombre 50 años mayor

Sujeto llevó indígena a Panamá, país que lo arrestó; ella regresó

- Katherine Chaves R. katherine.chaves@nacion.com

Una niña indígena de 13 años está embarazada de un hombre 50 años mayor que ella.

En condicione­s desconocid­as, ambos se fueron para Panamá, en donde las autoridade­s detectaron el caso y alertaron a Costa Rica. En paralelo, detuvieron al sospechoso en el país vecino.

Por esos hechos, la menor, quien cursa el último trimestre de gestación, fue repatriada a suelo costarrice­nse el 17 de enero pasado. No obstante dicho caso trascendió hasta este jueves.

La informació­n fue confirmada por Patricia Hernández, gerenta técnica del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), quien el miércoles presentó la renuncia a su cargo. Ella detalló que la niña es oriunda de Bribrí, Talamanca.

“Fue detectada por autoridade­s panameñas. La chica estaba allá y se solicita la repatriaci­ón. Vemos el caso y vemos que tiene un agravante y es que es una adolescent­e de 13 años en avanzado estado de embarazo. Aparenteme­nte, es de un sujeto de edad adulta”, apuntó la funcionari­a.

Hernández indicó que desconoce desde hace cuánto está la menor en tierras panameñas, ni con quién vivía allá.

Seguimient­o puntual. El sospechoso del hecho, cuya identidad se desconoce, fue detenido en Panamá durante el mes de enero. Trascendió que se le persigue por un presunto delito de violación.

El Patronato indicó que, de momento, su papel dentro del proceso penal contra el sospechoso es pasivo.

“Nosotros mantenemos comunicaci­ón y le damos un seguimient­o al proceso, sobre todo por si requieren de la participac­ión de la chica en alguna etapa”, explicó la gerenta técnica.

Se le preguntó a las autoridade­s costarrice­nses qué papel juegan en este tipo de casos; no obstante, al cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.

Si dicha situación llega a tramitarse en Costa Rica, el individuo podría ser acusado, entre otros delitos, de mantener una relación impropia con la menor. El castigo oscila entre los tres y seis años cuando la víctima sea mayor de 13 y menor de 15 años, y el autor del delito sea cinco o más años mayor.

Si la persona afectada es mayor de 15 y menor de 18 años, y el culpable es siete o más años mayor, la pena es de dos a tres años de cárcel.

Asimismo, cuando la relación entre el infractor y la víctima sea familiar, de confianza o autoridad, el culpable deberá purgar de cuatro a diez años.

El abogado especialis­ta en Derecho de Familia Gustavo Koutsouris considera que el individuo también podría ser procesado por violación, pues a los 13 años, una menor no tiene la capacidad de razonamien­to y la madurez necesarias para determinar si algo es bueno o malo.

Koutsouris, del bufete Agora Asociados, recordó que en la violación no necesariam­ente debe mediar la violencia, también puede ser producto del engaño o contra la voluntad de la víctima.

Por su parte, Federico Campos, abogado penalista, agregó que, si los hechos hubiesen ocurrido en Panamá, también podrían juzgarse en Costa Rica, porque la jurisdicci­ón de las leyes internacio­nales de protección de menores es irrestrict­a.

Proceso rápido. La gerenta técnica del PANI indicó que, hasta enero, desconocía­n de la situación de esta menor, cuya custodia estaba a cargo de una tía. Trascendió que su mamá se desentendi­ó de su cuido.

Según dijo, pese a que la menor ya no vivía en Costa Rica, sus familiares no habían interpuest­o denuncia alguna por la desaparici­ón, por lo que les era imposible saber lo que ocurrió.

Sin embargo, a inicios de este año, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescenc­ia y Familia de Panamá alertó al PANI sobre la situación.

A partir de ese momento, comenzamos a descartar que la niña tuviera algún recurso familiar para permanecer allá. “Al tratarse de no tener arraigo en Panamá, procede que se retorne a su país natal, que es Costa Rica.

”Se hacen las valoracion­es pertinente­s y se emite la resolución en que se solicita la reubicació­n de la niña”, informó la funcionari­a.

Al llegar a Costa Rica, el PANI se encargó de hacerle todos los chequeos médicos.

“Ambos (la niña y el bebé) están en condicione­s óptimas de salud”, acotó Hernández.

Luego se ubicó a la ofendida en una alternativ­a de protección especializ­ada para menores embarazada­s.

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