Educadores del MEP rechazan puestos en zonas más pobres
Incentivos para atraer a docentes no tienen efecto en su permanencia
En cada inicio de curso lectivo se repite la historia: miles de docentes nombrados de forma interina en zonas que ellos mismos eligieron, deciden renunciar al puesto y dejar botados a sus alumnos, quienes quedan hasta tres meses sin recibir lecciones en espera de un educador con mayor disposición.
Esa negativa es lo que el Ministerio de Educación Pública (MEP) denomina “desestima”. Cada año se enfrenta a unos 5.000 casos.
Para el Estado de la Educación, la posibilidad de que se dé esa renuncia aumenta si el centro educativo muestra una alta proporción de estudiantes reprobados, y si el distrito es pobre.
“La identificación del vínculo entre pobreza y rechazo de los puestos tiene implicaciones con respecto a la distribución de los docentes. Esto es importante porque el profesorado cumple un papel fundamental para reducir las diferencias de resultados entre estudiantes de distintos niveles socioeconómicos”, revelaron estudios realizados en el marco del Sétimo Informe Estado de la Educación (2019).
Según el análisis, la variabilidad en el atractivo de los centros educativos para los docentes hace que “aquellos colegios en desventaja, por localizase en distritos más pobres, se segreguen geográficamente y perpetúen su situación”.
Las condiciones que favorecen la aceptación del contrato por parte del docente son: nombramiento en su provincia de nacimiento; que la asignatura por impartir sea básica; que los colegios sean grandes y con posibilidad de tener numerosas lecciones.
Para el Estado de la Educación, este es un asunto que el Ministerio y la Dirección de Servicio Civil deben revisar, pues los esfuerzos de políticas para reducir la pobreza requieren de acciones para llevar docentes motivados a trabajar a dichos colegios, por las condiciones de la población en esas zonas.
Los distritos alejados de la región central son los que concentran a personas en mayor condición de pobreza, hogares de bajo clima educativo, alumnos con resultados educativos débiles (deserción y reprobación de bachillerato), así como una alta proporción de docentes interinos.
“Actualmente, el Ministerio de Educación Pública ofrece incentivos para atraer y retener docentes en colegios localizados en distritos de bajo desarrollo social. Estos incentivos se pagan como un porcentaje (máximo 20%) sobre el salario base.
”Sin embargo, los resultados de la investigación evidenciaron que estos no tienen efecto sobre la aceptación y desestimación de contratos”, indica el estudio.