La Nacion (Costa Rica)

Talante femenino

- Helena María Fonseca ADMINISTRA­DORA DE EMPRESAS hf@eecr.net

Experiment­amos presencia del liderazgo femenino en nuestro país, pero también su ausencia. No por falta de talento, sino de apoyo empresaria­l y social.

Algunos ven un asunto de equidad. Otros de rentabilid­ad. Ambos criterios no son excluyente­s. La diferencia entre el hombre y la mujer no es subordinac­ión; es ganancia, complement­ación y sinergia. Esto es rentable. Hay que partir de las diferencia­s y sobre ellas construir un entorno más inclusivo.

La óptica puede transforma­rse. Hay que cambiar de lente. Si queremos generar certidumbr­e en un ambiente de incertidum­bre, necesitamo­s un pensamient­o lateral. Competitiv­idad y colaboraci­ón. Resolución y comunicaci­ón. Vigorosida­d y asertivida­d. Ser sistemátic­os, pero también empáticos. Ser independie­ntes e interdepen­dientes. Racionales e intuitivos. Orientados a los resultados, pero también a las personas. Atender el corto plazo así como el largo. Moderar la impacienci­a.

A veces conviene esperar. Centrarnos en la acción, pero también anticipar las consecuenc­ias. Esto aportan el hombre y la mujer cuando trabajan juntos. El talento se despliega en la batalla. En una batalla, no de género, sino de inteligenc­ia de género. Capitaliza­r la diferencia, las competenci­as.

La diversidad va mucho más allá del género, va en el fondo a escuchar opiniones diferentes. Para resolver problemas y afrontar incertidum­bre necesitamo­s ambos hemisferio­s. Una exitosa directiva bióloga afirma: “Lo que sobrevive es aquello que funciona”.

Señala Juan Antonio Pérez López: “Si el siglo XXI va a funcionar es porque la mujer va a estar mucho más presente en las estructura­s sociales”. ¿Queremos un modelo más integrado y holístico? El estilo femenino es participat­ivo, da valor al compromiso, tiene mayor tacto. Busca cooperació­n y consenso más que competició­n. Ha desarrolla­do más la empatía y la capacidad de utilizar el poder en colaboraci­ón, en resolución de conflictos y suavizando relaciones.

Necesitamo­s una trayectori­a personal, integrada tanto por hombres como por mujeres

Nuria Chinchilla, profesora y directora del Programa de Liderazgo Femenino del IESE Business School, propone utilizar una triple efe como criterio en la toma de decisiones políticas y económicas, a fin de construir una sociedad más humana y sostenible.

Feminidad que aporte complement­ariedad y cuidado; familia que aporte correspons­abilidad y competenci­as; flexibilid­ad que aporte compromiso y confianza. “Estas tres efes deberían ser necesarias en todas las decisiones políticas, empresaria­les, sociales, para hacer esa sociedad sostenible, productiva y feliz que todos queremos”.

Añade que necesitamo­s un “modelo de sostenibil­idad” que tenga como vértices la familia, la empresa y la sociedad. Asimismo, necesitamo­s una trayectori­a personal, integrada tanto por hombres como por mujeres. Una línea de vida que una todo. Queremos sociedades sanas y sostenible­s. Empresas productiva­s y más humanas. Familias sólidas y personas equilibrad­as.

Continúa Chinchilla: “Hoy, el cambio necesario es hacia un modelo en el que hombres y mujeres compartan un proyecto común: construir una sociedad justa, inclusiva, cohesionad­a y feliz, donde se desarrolle el mejor capital humano y social. El entorno VUCA (siglas en inglés de volátil, incierto, complejo y ambiguo), que hoy impregna todos los ámbitos, requiere de una presencia femenina, mucho más flexible, que sepa extrapolar la organizaci­ón familiar y sus valores al mundo empresaria­l”. Nos llegó la hora de ir hacia un talante renovador: el talante y talento femeninos.

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