Pensar en las mujeres
ENuria Marín Raventós l cierre de escuelas y colegios durante cuatro semanas, incluida la Semana Santa, es una medida necesaria para la contención de la covid-19, pero aumenta las cargas de las mujeres.
Las crisis son oportunidades y este puede ser el momento para renegociar las responsabilidades en el hogar. Según la última encuesta del uso del tiempo del INEC, publicada en el 2017, las mujeres asumen un promedio de tiempo tres veces superior al de los hombres en el trabajo doméstico no remunerado.
De no efectuarse una redistribución, la proporción aumentará con la estadía de los niños y jóvenes en las casas, más el recargo del cuidado de algún miembro enfermo dentro del núcleo familiar o la atención de personas en el grupo de riesgo, como los adultos mayores. El Informe estado de la nación acierta cuando señala que si a la economía le va mal, a las mujeres les va peor, e, irónicamente, cuando la economía se recupera estas tardan más en beneficiarse de la bonanza. Antes del coronavirus, la situación de las mujeres era económicamente precaria y el nivel de desempleo era superior al 16 %, aunque, simultáneamente, crecía su participación en la economía informal.
El gobierno ha tomado dos medidas acertadas sopesando el impacto social: una, ordenar que los centros de la red de cuidado infantil se mantengan abiertos, lo cual da un respiro a las jefas de hogar. Un inconveniente es su baja cobertura, solo un 8,3 % de la población entre 0 y 6 años. Dos, mantener abiertos los comedores escolares para los 800.000 niños usuarios, pues para muchos de ellos es su mayor fuente de sustento. Es doloroso que los sindicatos de la APSE y el SEC solicitaran la suspensión del servicio porque ponen en peligro la nutrición de los menores.
El mayor reto es la reactivación económica y la preservación de empleos, de ahí mi llamado a tomar decisiones con el fin de apoyar las jefaturas femeninas, que representan el 38 % de los hogares, porcentaje que se incrementa cuanto mayor sea el nivel de pobreza. El #quedateencasa podría derivar en un incremento en la violencia contra las mujeres. Como muestran las estadísticas de fin de semana y tiempo de vacaciones, sube de 1 llamada cada 5 minutos a 1 cada 2 minutos, de ahí la necesidad de hacer un uso responsable del 911.