Cifra de decesos en Italia cae por segundo día consecutivo
ROMA. Italia, de rodillas por la pandemia del coronavirus, registró este lunes una segunda caída consecutiva de muertos y nuevos infectados, y se aferra a la esperanza prudente de una ralentización del contagio, pese a que la península sumamás de 6.000 muertos.
“Todavía no es el momento de cantar victoria, pero vemos una luz al final del túnel”, comentó Giulio Gallera, responsable de Salud en el gobierno regional de Lombardía (en el norte del país), la región más castigada de la península por la pandemia, con 28.761 infectados y 3.776 muertos.
Miles aún. Según el balance nacional publicado este lunes, los nuevos infectados fueron 4.789, frente a los 6.557 del sábado. El número de muertos que se reportó es de 601, con lo que el total se eleva a 6.077 desde el inicio de la epidemia.
El presidente del Instituto Superior de Salud (ISS), Silvio Brusaferro, también evitó el triunfalismo. “Examino atentamente y con una mirada favorable las cifras, pero prefiero no adelantarme y decir si hay una tendencia” a la baja.
Para aumentar las posibilidades del país de salir más rápido de la pandemia, el gobierno amplió las medidas de confinamiento, ordenando parar toda la industria de producción no esencial y prohibiendo a los italianos desplazarse de una localidad a otra, salvo en casos “de urgencia absoluta” o por “motivos de salud”.
El objetivo de estas nuevas medidas es detener al máximo la circulación de personas y evitar lo que sucedió el fin de semana del 7 y el 8 de marzo, tras la orden que puso en cuarentena a 15 millones de habitantes del norte.
En ese momento, miles de personas que trabajan en el norte se precipitaron a aeropuertos y estaciones de buses y trenes para reunirse con familiares en ciudades del sur del país, lo que contribuyó a la propagación del virus en regiones menos equipadas en términos de salud.
La gran mayoría de los italianos ahora parece aceptar y respetar las medidas restrictivas ante lo que han vivido.
Paciente uno. Otro motivo de esperanza es que el paciente número uno, Mattia, de 39 años, que contagió a su esposa embarazada, a un amigo y a sus médicos, recibió este lunes el alta del hospital. Él también infectó a personal sanitario del hospital de Codoño, la ciudad cercana a Milán que se convirtió en el principal foco de la epidemia en Italia.
“Es posible curarse pero hay que quedarse en casa, la prevención es clave. He tenido suerte, me he curado, pero ahora quizá no hubiera sido posible”, dijo en Facebook.