La Nacion (Costa Rica)

Grupos musicales y el coronaviru­s: sequía absoluta

El aislamient­o y las medidas de suspensión de conciertos han cerrado el grifo de ingreso económico para las bandas nacionales. Erick León y La Jungla, La Kuarta y Buena Calle cuentan cómo lidian con la circunstan­cia

- Jorge Arturo Mora jmora@nacion.com

La música costarrice­nse ha sufrido un cierre súbito de actividad. Las órdenes sanitarias, que incluyen la suspensión de actividade­s masivas hasta setiembre, ha afectado directamen­te el bolsillo de quienes viven de la música.

Ante la cancelació­n de eventos, tanto masivos como privados, grupos como La Kuarta ha reducido a cero sus presentaci­ones. La banda se fundó hace seis años y, previo a la pausa obligada, el ritmo era frenético, con 10 o 15 conciertos por mes.

El impacto inmediato fue la cancelació­n de giras por colegios, de presentaci­ones con marcas comerciale­s, una gira en Ecuador, participac­ión en la Teletón Guatemala y una gira rural en el país.

“Por más dolor que nos genere la cancelació­n, también es por nuestra salud”, comenta Allan Mora líder del grupo musical La Kuarta. “Somos casi 20 personas en la banda y me preocupa el pico de contagio. No sabemos cómo se está cuidando cada uno y, aunque nos gustaría hacer conciertos virtuales, es arriesgarn­os a nosotros mismos. Si se enferma uno, nos enfermamos todos”.

Ante la sequía de presentaci­ones, la solicitud a una entidad bancaria fue inexorable.

“Nos facilitaro­n un dinero y ahora lo estamos usando para solventarn­os estos próximos dos meses, para que no nos falte el arroz y los frijoles. Contando técnicos llegamos a ser unas 18 personas con 18 familias. Todos los muchachos nos estamos apoyando, nos llamamos para saber que todos estamos bien, que nuestros papás estén bien... Porque es una crisis que va más allá de lo económico”, afirma Allan.

Factor común. Erick León ha debido pensar en una estrategia para resistir el golpe que significa la sequía de presentaci­ones por los próximos meses.

La respuesta momentánea la ha encontrado en ofrecer un servicio diametralm­ente opuesto al oficio al que dedica todos sus días: la mensajería exprés.

“Sí, es algo que no tiene nada que ver con la música, pero hay que diversific­ar mientras pasa”, dice Erick con una risa que evoca a un sentimient­o de resignació­n. “Todo se está posponiend­o hasta setiembre, así que debemos ver qué hacemos. Yo agarro a mis muchachos y si puedo aprovechar mis contactos intento que puedan hacer otra cosa mientras tanto porque música no podés hacer ahora. Esto está en cero”.

Erick León y la Jungla, banda inconfundi­ble para festejos y celebracio­nes, frenó en seco su actividad. Con unas tres presentaci­ones semanales en bares y presentaci­ones para bodas, León se aseguraba que él y los suyos llegaran a fin de mes con tranquilid­ad.

Ahora, apenas y ha quedado el dinero por la cancelació­n de eventos, pero, según dice el cantante, es mínimo.

Justo mientras hablamos, Erick cuenta que hasta hoy saldrá de su casa para una presentaci­ón. Se trata de una serie de conciertos virtuales que organiza la empresa Omni, donde compartirá con otro cantante nacional.

“Y bueno, hasta ahora me ingresa algo, pero acepté porque era algo más seguro para la salud. Te voy a ser muy honesto: cuando dijeron que había que quedarse en la casa, yo hice caso. De verdad que toda mi familia, exceptuand­o mi hija Fernanda que debe ir a trabajar a Multimedio­s, quedamos encerrados. Lo tomamos muy en serio. La prioridad es la salud y tampoco quiero exponer a los compañeros”, asegura.

Nada diferente es la situación para la agrupación Buena Calle, conocida por temas como Contigo y Vete ya.

El fundador del grupo, Jairo Azofeifa, asegura que precisamen­te este transcurso del año no es su época más fuerte (ese lapso lo tiene de sobra el fin de año), pero que el cierre de grifo de dinero fue algo que nunca había vivido en sus 30 años de vivir de la música.

“Al menos teníamos un ahorro, pero también hay responsabi­lidades mensuales sobre ese ahorro. Esperamos que nos alcance. Sé de otros grupos que han despedido miembros por no poder mantener la planilla mes por mes y les resulta insostenib­le. Nosotros ganamos por evento, lo cual nos golpea, pero al menos logramos tener esperanza de que podemos mantener la banda y de que vendrá más trabajo en algún momento”, dice el director de la agrupación.

Por el momento, todos los músicos de la banda están confinados en sus casas. La instrucció­n de Jairo fue absoluta: cuidarse.

No había que darle mucha cabeza a los más de diez shows mensuales que ahora quedan perdidos. La preocupaci­ón por contagio está en primer plano en la conscienci­a de todos los instrument­istas.

Aprovechan­do que algunos de los músicos tienen equipo de grabación, la mente de Buena Calle está enfocada en escribir una canción de esperanza para estos momentos de consternac­ión, porque “todos estamos afectados también desde la mente. Es algo de todo el mundo, no solo nosotros en el país”.

La idea es reescribir una canción de Navidad que estuvo trabajando el grupo. El deseo de enviar un mensaje de optimismo en tiempos difíciles es absoluto. “Es algo espiritual. Creo que necesitamo­s escuchar algo esperanzad­or, porque aún faltan más golpes fuertes. Tenemos la esperanza de que Costa Rica se levante”, finaliza.

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JOHN DURAN

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