ÁLVARO MARENCO, ACTOR: “ME HACEN MUCHA FALTA MIS NIETOS”
Quien tiene a Álvaro marenco en Facebook puede dar fe que sus 77 años no lo detienen para nada. Con una vida social envidiable para cualquier veinteañero, don Álvaro siempre publica fotos de sus viajes, de sus amigos, de sus salidas a tomar café y, sobre todo, de las decenas de grabaciones en las que actúa cada mes.
El grifo de toda esa actividad cultural, de repente, se cortó. la pandemia del covid-19, y las medidas de prevención de contagio, han hecho que el veterano y querido actor deba resguardarse en su casa y bajar revoluciones a su agitada vida.
“A pesar de mi edad, siempre tengo mil cosas por hacer; tengo vela en todo entierro”, bromea marenco. en sus últimos quince años, dice que ha tenido una liberación absoluta. Su pensión, contrario a un reposo, ha sido una montaña de rusa de actuaciones, en especial para cortometrajes que tanto aparecen.
“Siempre tengo eventos y ahora con esta cosa de estar en la casa me he reencontrado un poco con la casa misma. es muy curioso. Soy un señor hiperactivo que ahora está arreglando el patio”, dice riendo. “Pero no crea. me ha servido mucho para el estado de ánimo. Uno sabe que uno está más expuesto y estoy más disciplinado”.
Aún así, su mayor dolor es no poder estar en contacto con sus dos pequeños nietos, hijos del presentador Ítalo marenco y de la coreógrafa Valentina marenco. “me hacen mucha falta los nietos, pero por dicha está la tecnología y puedo hablar con ellos. Hacemos cosas muy divertidas por teléfono y eso me recarga”, cuenta.
La carga noticiosa es reducida en su casa, donde vive solo, aunque con la compañía temporal de una señora que le arregla el lugar y las precavidas visitas que le realiza su otro hijo, Danny.
En los tiempos en que no habla con su familia, conversa con sus viejos amigos de Francia, Turquía, españa y Chile, amistades que construyó cuando vivió en aquellos países y con quienes aún guarda contacto.
“Porque esto es de cuidado y me gusta saber cómo están. Trato de estar tranquilo. mi hija me mandó unas gotas de flores de bach para mi tranquilidad, pero por dicha me siento bien”, confiesa.
“Hay momentos en que me pregunto qué va a pasar con todo esto. lo que hago es tomarme la presión más que antes y pensar en lo bueno”, afirma. “Soy sobreviviente de cáncer y fue algo fuerte. ahora me cuido y pienso en el futuro”.