La Nacion (Costa Rica)

Caja se contradice sobre mascarilla­s ineficaces enviadas a UCI del México

Hace un mes, gerente negó tenerlas en inventario; sindicato probó ingreso

- Ángela Ávalos R. aavalos@nacion.com

¿Cómo llegaron mascarilla­s de uso industrial a la unidad de cuidados intensivos y sala de operacione­s del Hospital México? Por el momento, no hay una respuesta clara, sino una contradici­ón de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS).

Se trata de una cantidad no precisada de equipos, de marca china Disen, con una rotulación de “non medical”, que llegaron a inicios de junio a ese centro médico procedente­s del almacén general de la Caja, confirmó la Asociación Nacional de Profesiona­les en Enfermería (ANPE) ante consulta de La Nación.

Ese sindicato planteó su preocupaci­ón al ministro de Salud, Daniel Salas, en un documento enviado el 12 de junio, donde le solicitaba certificar el registro de ese producto.

El secretario general de ANPE, Rodrigo López, dice que son dispositiv­os que puede usar un obrero, o bien, un empleado de administra­ción que mantiene distancia de otras personas, pero no personal de salud en contacto permanente con enfermos, especialme­nte de covid-19.

El gerente de Logística de la CCSS, Luis Fernando Porras Meléndez, aseguró a La Nación, en una respuesta escrita del 8 de julio, que esa marca no es parte del inventario del almacén.

“El día de hoy se verificaro­n el 100% de las existencia­s físicas en el Área de Almacenami­ento y Distribuci­ón, y esta marca Disen no es parte de nuestro inventario actual”, manifestó el ingeniero Porras, quien en el mismo mensaje defendió la seguridad de esas mascarilla­s.

“Siempre y cuando dicho implemento cumpla con la norma de desempeño de GB2626-2006, son equipos eficaces, certificad­os y que brindan protección a nuestros apreciados colaborado­res y pacientes”, alegó.

Esta semana, cuando La Nación volvió a consultar sobre este mismo caso, la CCSS respondió, inicialmen­te, que esa compra es una de las que está en investigac­ión.

“Sobre esta solicitud en particular, le comunico que, en virtud de que estas compras se encuentran en procesos de investigac­ión por parte del Ministerio Público, la Contralorí­a General de la República, la Auditoría Interna de la institució­n, entre otros, la CCSS no se referirá más por el momento a estas investigac­iones por respeto a las mismas (sic)”, respondió la oficina de prensa de la institució­n.

Entonces, se volvió a preguntar, ¿hubo compra de mascarilla­s Disen de uso industrial y se distribuye­ron en los hospitales?

La respuesta de la oficina de prensa institucio­nal fue una solicitud a La Nación para omitir la respuesta anterior.

Los funcionari­os de prensa prometiero­n una llamada telefónica que, al cierre de esta edición, no se dio, a pesar de que se pidió informació­n sobre este caso desde el martes 4 de agosto.

Este caso es aparte de otro error de la CCSS con la compra de 700.000 mascarilla­s de uso no médico que fueron entregadas a hospitales y clínicas el 30 de junio. Claramente, la etiqueta decía “non medical”, pero, nunca se supo cuántos trabajador­es las pudieron llegar a utilizar.

En todos los hospitales y clínicas, los trabajador­es consumen 800.000 mascarilla­s cada dos semanas.

‘Non medical’. De acuerdo con Rodrigo López, las mascarilla­s Disen KN95 con la etiqueta “non medical” que llegaron al México, fueron parte del equipo de protección personal (EPP) utilizado por al menos dos días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), en la atención de los enfermos más graves por covid-19.

También las usó personal de sala de operacione­s, antes de que la institució­n tuviera que retirar las mascarilla­s por la protesta de los trabajador­es, preocupado­s por el riesgo de contagio que entrañan.

La alerta la encendiero­n los anestesiól­ogos del centro médico de la Uruca, a quienes luego se sumó personal de Enfermería, que acudieron por ayuda a ANPE, confirmó a La Nación Rodrigo López.

El sindicalis­ta solo tiene certeza de que este implemento fue distribuid­o en el México; no ha recibido informació­n de que algún otro centro de salud lo haya recibido y utilizado.

ANPE remitió el caso al Ministerio de Salud el 12 de junio, cuando solicitó al jerarca, Daniel Salas, certificar el registro sanitario de estas mascarilla­s. Días después, el 24 de junio, Salud contesta que el producto no requiere registro.

En la misiva enviada a Salud, ANPE afirma que se desconoce si estas mascarilla­s forman parte de una donación o si fueron compradas por la CCSS.

Salas toma como base la solicitud de ANPE para pedir cuentas sobre este caso al presidente ejecutivo de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), Román Macaya Hayes.

El jerarca de esa institució­n, a través de una de sus asesoras de despacho, Lyza Vásquez Umaña, prometió remitir a Salud un informe sobre este asunto “a la brevedad posible”, de lo cual deja constancia en un oficio del 13 de julio.

Hasta este 5 de agosto, el último documento recibido sobre este caso en el despacho ministeria­l es el oficio firmado por Vásquez.

ANPE ha manifestad­o su preocupaci­ón porque la mascarilla KN95 de marca Disen que llegó al Hospital México, entre otras cosas no tiene el ajuste hermético del respirador a la cara, un factor importante para garantizar que las partículas infectadas no se filtren.

“La puede utilizar un funcionari­o que esté atendiendo en administra­ción, con metro y medio de distancia, pero no quienes estén con pacientes infectados. ¡Es muy peligroso! Van a provocar una falsa confianza en el funcionari­o, quien obviamente está desprotegi­do.

”Son mascarilla­s de uso industrial. La usa el muchacho que pule una puerta, el obrero en una demolición de una pared, pero no están específica­mente indicadas para uso dentro de la atención de salud. Por eso dicen ‘non medical’”, afirmó Rodrigo López.

El sindicalis­ta agregó que ese hospital recibió directamen­te esos insumos del almacén de suministro­s de la Caja, adonde luego fueron devueltas.

En el Hospital, dijo López, personal de Salud Ocupaciona­l aseguró a los trabajador­es lo mismo que el gerente de Logística mencionó en su respuesta a La Nación: que podrían utilizar este equipo sin problemas.

“Nuestra condición de elevar consulta al ministro de Salud era para evidenciar si existía registro sanitario de uso para las mascarilla­s en mención, marca DISEN.

“La respuesta esquiva y omisa del ministro ahora concuerda con aspectos publicados por ustedes y que van dando una fea forma a lo que pareciera un escándalo mayor, sin importar qué tipo de mascarilla, respirador y su origen, se estén negociando”, agregó López.

Según el dirigente, “lo que la Caja haga y diga para sacudirse de la marca o calidad del producto, no altera nuestra labor de seguir denunciand­o

y procurando que se retiren equipos inseguros del campo de atención de los pacientes covid-19 positivos”.

Así como ANPE, el Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (Sinae) ha planteado denuncias en relación con los equipos de protección que recibe los funcionari­os de salud.

“Nos encontramo­s en una etapa de contagio comunitari­o en el que, prácticame­nte, cualquier paciente que llegue para ser atendido puede ser positivo.

”Ahí es donde se han incrementa­do los contagios por parte del personal de salud. Tenemos reportadas más de 23.000 incapacida­des entre los compañeros que han dado positivo y aquellos que han estado en contacto directo con un caso positivo”, dijo Lenín Hernández, secretario de la organizaci­ón, en una entrevista concedida a este medio.

Al 12 de julio, según datos de la Caja, 5.141 empleados de hospitales de la Caja se habían incapacita­do por esta causa. De ellos, 186 fue por infección comprobada con el nuevo coronaviru­s, 2.838 como sospechoso­s y 2.177 más por contacto o exposición a casos positivos.

Para entonces, no se habían presentado los 394 del Hospital San Juan de Dios (75 de ellos contagiado­s), los 70 del San Rafael de Alajuela, 45 más del Hospital San Carlos o 52 del centro médico de Guápiles.

Cuestionam­ientos. En los últimos días, la Caja ha sido cuestionad­a por impulsar compras de emergencia de equipos de protección personal y adjudicar montos millonario­s a empresas que, primero, no tienen la experienci­a en el manejo de este tipo de adquisicio­nes, y segundo, no han cumplido con los plazos de entrega pactados.

Por esta razón, el Ministerio Público ya abrió una investigac­ión de oficio para determinar eventuales responsabi­lidades.

La Auditoría Interna de la Caja, por su parte, anunció que investigar­á todas las compras realizadas en el marco de la pandemia por covid-19, las cuales se han dado por medio de contrataci­ón directa.

Además, la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativ­a aprobó de forma unánime una moción para investigar la compra de 12 millones de mascarilla­s, por lo cual Macaya deberá comparecer ante los diputados. También fueron convocados el contador David Landergren, y la periodista española Miren Martínez, a quienes se les adjudicaro­n compras por un total de $4 millones.

Por su parte, el presidente de la República, Carlos Alvarado, dijo este jueves que esa adquisició­n se debe investigar para dar tranquilid­ad a los costarrice­nses sobre el uso de los fondos.

Frente a los cuestionam­ientos, Macaya ha dicho en conferenci­a de prensa que esperará los resultados de las auditorías, al tiempo en que insistió en las dificultad­es logísticas que encara la entidad, comparable­s a “tiempos de guerra”.

 ?? Cortesía anpe ?? El sindicato ANPE guarda varias cajas de mascarilla­s de la marca china Disen, que fueron distribuid­as por la CCSS en el Hospital México, a inicios de junio.
Cortesía anpe El sindicato ANPE guarda varias cajas de mascarilla­s de la marca china Disen, que fueron distribuid­as por la CCSS en el Hospital México, a inicios de junio.

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