La Nacion (Costa Rica)

Urgencias económicas de hogares obligan a repensar los cierres por pandemia

››Sectores cuentan sus penurias tras lidiar cinco meses con coronaviru­s

- Juan Diego Córdoba G. juandiego.cordoba@nacion.com

Las urgencias económicas que viven los hogares costarrice­nses por el desempleo, la suspensión de contratos y la reducción de jornadas laborales, obligan al gobierno a repensar las medidas restrictiv­as adoptadas para frenar el avance del nuevo coronaviru­s en el país.

Luego de reuniones con gobiernos locales y cámaras empresaria­les, el presidente de la República, Carlos Alvarado, se comprometi­ó a unificar la restricció­n vehicular sanitaria entre cantones con alerta amarilla y los territorio­s en condición naranja.

Sin que se conozca todavía el nuevo horario, se prevé que esa medida daría mayor espacio de movilidad a las personas que viven en la Gran Área Metropolit­ana (GAM) y en territorio­s con mayor riesgo de transmisió­n del virus.

Alvarado también asumió el compromiso de otorgar el permiso sanitario de funcionami­ento a negocios comerciale­s que, en principio, estarían cerrados por 12 días en agosto, cuando se aplique el martillo en territorio­s bajo alerta naranja.

Ambas readecuaci­ones serían anunciadas este sábado en la tradiciona­l conferenci­a de prensa que brindan las autoridade­s sanitarias para actualizar el reporte epidemioló­gico de la pandemia.

Tras semanas de presión de grupos de trabajador­es, empresario­s y alcaldes, el debate comienza a tomar más fuerza en medio de los números adversos en materia de empleo.

El Instituto Nacional de Estadístic­a y Censos (INEC) reveló que, para el segundo trimestre del año, 551.000 personas estaban desemplead­as, alcanzando una tasa histórica de 24%.

Otros 62.600 empleados siguen con contratos suspendido­s y sin recibir salario. Esa cifra representa el 6% de los empleos formales aún en pie.

Hasta el momento, los patronos solo lograron reincorpor­ar a sus funciones a 1.600 colaborado­res.

En tanto, otros 145.000 tienen reducido su salario en algún porcentaje. Ellos representa­n el 13,8% de los trabajador­es formales.

No obstante, el cierre de algunos negocios en territorio­s con alerta naranja, del 10 al 21 de agosto, habilitarí­a a los patronos para volver a enviar a sus colaborado­res a sus casas sin salario.

Así ocurrirá cada vez que se impongan cierres de actividade­s económicas.

¿Mayor apertura?. La epidemiólo­ga y exministra de Salud, María Luisa Avila, consideró que, dadas las necesidade­s actuales de muchas familias costarrice­nses, debe abrirse más la economía.

“Estas medidas tienen que tomarlas, lo que pasa es que creo, y es una opinión muy personal, que debería haber una apertura comercial mayor, eso sí, con protocolos superestri­ctos.

”La gente tiene que comer y esto es un caldo de descontent­o social importante. Yo enfatizarí­a más en el tema de autogestió­n de riesgo y lo que sí, las actividade­s de concentrac­ión masiva, que ya tienen una definición, serían las que hay que tratar de evitar, porque eso sí puede ser de mucho riesgo”, afirmó la experta.

Para el demógrafo Luis Rosero, quien da seguimient­o pormenoriz­ado a la tasa de contagio del virus, las medidas restrictiv­as alternando semanas se hacen necesarias en estos momentos.

No obstante, aclaró que su criterio era desde un punto de vista de la salubridad pública, no económico.

“Desde el punto de vista económico es problemáti­co, es el costo que hay que pagar para contener el bendito virus.

”Pero yo creo que es una política acertada e interesant­e, porque incluso nos va a mostrar qué pasa en estas dos semanas en que se va aflojar. Estoy hablando más como salubrista y desde el punto de vista epidemioló­gico”, reiteró.

Cierre de negocios. En medio de esa discusión, los empresario­s afirman que los negocios costarrice­nses no serían capaces de soportar más cierres, lo que desencaden­aría un mayor desempleo en los próximos meses.

Los comercios figuran entre los más afectados por los cierres de establecim­ientos. Los horarios de restricció­n vehicular sanitaria también impiden a los consumidor­es visitar tiendas en días laborales.

De acuerdo con la Cámara de Comercio de Costa Rica, 35.000 empleos se perdieron por la pandemia.

En tanto, se suspendier­on 35.000 trabajador­es y se les redujo jornada y salario a otras 128.000 personas.

“Lo que están haciendo es poner en riesgo el sustento de los trabajador­es y la sostenibil­idad de los negocios que generan empleo. Si a nosotros no nos dejan operar y trabajar ¿quién va a pagar los impuestos para sostener el Estado y las institucio­nes frente a la emergencia?

“Si usted pretende vivir con cero riesgos en la pandemia, que entendemos el tema de la salud, va a haber muchísimas más muertes jurídicas de empresas y afectacion­es con hambre”, afirmó Julio Castilla, presidente de esa cámara.

Los restaurant­es también sufren las medidas sanitarias. Pese a que se les permite operar con entrega a domicilio y autoservic­io, los empresario­s del sector subrayan que los costos de esas plataforma­s son muy elevados y los mantiene con números rojos.

De acuerdo con la Cámara Costarrice­nse de Restaurant­es y Afines (Cacore), en marzo, antes de la pandemia, en el país había 19.000 establecim­ientos.

Ahora, cinco meses después, una tercera parte habría cerrado definitiva­mente. Muchos de ellos eran pequeños y tuvieron que devolver sus locales, según el director de esa organizaci­ón, Mauricio Rodríguez.

A finales de julio, antes de que se flexibiliz­aran las medidas por nueve días, el sector reportaba 102.000 trabajador­es despedidos o con contratos suspendido­s. Apenas un 40% de los restaurant­es estaban operando.

“Lo que estamos pidiendo es que, si no quieren quebrar al país, nos permitan funcionar hasta las 10 de la noche. Actualment­e nos limitan a las 5 de la tarde y eso es fatal para los negocios de comida.

”Si andan buscando que la gente no se aglomere, que nos den más horas, porque la gente va a salir porque tiene que salir”, manifestó.

Al mismo tiempo Rodríguez hizo un llamado especial a las autoridade­s de Salud.

“También pedimos al ministro de Salud, Daniel Salas, que está bien, nos cierre para el Día de la Madre, viernes, sábado y domingo, pero que no nos cierre los 12 días completos. Ya con eso nos mató, pero por lo menos tenemos una gota de aire ahí, para poder salir en el mes de agosto”.

Mientras que comerciant­es y restaurant­eros pueden operar aunque con restriccio­nes, otros establecim­ientos como los casinos ni siquiera ven de cerca la posibilida­d de volver a funcionar.

En este sector, unos 2.500 trabajador­es llevan cinco meses suspendido­s y, de acuerdo con un lineamient­o emitido por Salud, no volverían a operar hasta enero de 2021 al 50% de su capacidad, lo mismo que eventos masivos y lugares de encuentro público.

“Lo QUE ESTÁN HACIENDO ES PONER EN RIESGO EL SUSTENTO de LOS TRABAJADOR­ES Y LA SOSTENIBIL­IDAD de LOS NEGOCIOS QUE GENERAN EMPLEO. SI A Nosotros No NOS DEJAN OPERAR Y TRABAJAR ¿QUIÉN VA A PAGAR LOS IMPUESTOS PARA SOSTENER EL Estado Y LAS INSTITUCIO­NES FRENTE A LA EMERGENCIA?”. Julio Castilla Presidente de la Cámara de Comercio

 ?? ALONSO TENORIO ?? De acuerdo con la Cámara Costarrice­nse de Restaurant­es y Afines (Cacore), en marzo, antes de la pandemia, en el país había 19.000 establecim­ientos. Ahora, cinco meses después, una tercera parte habría cerrado definitiva­mente.
ALONSO TENORIO De acuerdo con la Cámara Costarrice­nse de Restaurant­es y Afines (Cacore), en marzo, antes de la pandemia, en el país había 19.000 establecim­ientos. Ahora, cinco meses después, una tercera parte habría cerrado definitiva­mente.

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