La Nacion (Costa Rica)

Rescates favorecen a deudores con caída en ingresos por covid-19

››ayuda para personas endeudadas por otras causas se rige por condicione­s distintas

- María Fernanda Cisneros maria.cisneros@nacion.com

Un hogar con finanzas saludables puede mantener un excelente récord crediticio en el préstamo de su casa. Esto ha sido posible, aún en tiempos de pandemia, gracias a su ahorro.

Sin embargo, a medida que pasan los meses, la afectación en sus ingresos se empieza a sentir más y la preocupaci­ón crece. ¿Será posible pagar la cuota del préstamo el próximo mes?

Casos como este pueden recibir ayuda en la banca, siempre que demuestren una afectación en el presupuest­o familiar, en comparació­n con su situación en febrero (antes de la pandemia).

Incluso en un panorama en que el cliente haya logrado salir adelante hasta la fecha, las entidades financiera­s tomarán muy en cuenta dos aspectos para atender su caso: que su ingreso se redujo a raíz de la covid-19 y que tiene un buen pronóstico de recuperars­e.

“Algunos clientes han destinado parte de sus ahorros para honrar su deuda en tiempo y forma. Sin embargo, se apersonan al banco porque esa condición no la podrán mantener”, explicó Ricardo Montalbán, gerente de Sistemátic­a Comercial del Banco de Costa Rica.

Por lo anterior, Montalbán dice que no es un requisito mostrar un atraso en la operación ni inclusive haber sido buen pagador. Lo indispensa­ble es demostrar una afectación en los ingresos.

Historial. “Uno de los aspectos importante­s a la hora de analizar el otorgamien­to de la prórroga o readecuaci­ón es que el cliente tenga un buen récord crediticio previo a la covid-19 y que el deterioro de su capacidad de pago esté asociado a los efectos de la pandemia”, apuntó la Dirección de Crédito del Banco Nacional.

En esto concuerdan entidades consultada­s, y de las que se recibió respuesta, como BAC Credomatic, Lafise, Banco de Costa Rica, Banco Popular y Mucap.

Los beneficios que se evalúan para cada persona son la ampliación de plazo, la reducción de tasas de interés y los periodos de gracia.

Si una persona necesita un alivio en su bolsillo, por razones distintas al golpe de la pandemia (como un alto nivel de endeudamie­nto), puede acercarse a la banca, pero no necesariam­ente será la prioridad en medio de esta crisis, ni tampoco es garantía de que recibirá un sí como respuesta.

Inclusive, la ayuda que reciba esta población sería bajo otras condicione­s.

“Estos arreglos no formarían parte del programa el Beneficio Solidario Fase II (el programa de alivio del Banco Popular) y se rigen por otras condicione­s”, anotó Juan Francisco Rodríguez, subgerente general de Negocios de esa entidad.

El alto nivel de endeudamie­nto ya golpeaba a los hogares previo a la pandemia, pero las opciones de ayuda actuales están destinadas a la población más afectada por la crisis sanitaria. El resto queda en una posición de desventaja.

Sujetos del alivio. Desde marzo, la banca anunció una serie de medidas de alivio para empresas y personas, entre las que destacaban periodos de gracia. El mensaje de las entidades fue claro desde entonces: la prioridad de atención será la población más afectada por la crisis.

En ese listado están personas que recibieron una carta de suspensión del contrato laboral o de reducción de jornada, y también empresas con disminució­n de ingresos debido a las restriccio­nes sanitarias para la contención del contagio del virus.

Algunas entidades financiera­s, inclusive, aceptan que la reducción del ingreso implique a un miembro del hogar y no necesariam­ente al titular de la deuda, entendiend­o que el flujo familiar cambia; pero no todas lo hacen.

“Las medidas de flexibiliz­ación están orientadas a ayudar a todo deudor que haya visto afectados sus ingresos y, por ende, la capacidad de pago”, indicó Bernal Allen, subgerente financiero de Mucap.

La afectación en el salario debe ser comprobada con la carta del empleador y cualquier documento que permita demostrar que el impacto se debe a la crisis que desató la covid-19, en el caso de los trabajador­es independie­ntes.

Algunas firmas definen un porcentaje de afectación. Por ejemplo, en el Popular, el deudor o el núcleo familiar debe reportar una reducción de al menos 5%, respecto al ingreso bruto de febrero del 2020.

En Lafise, en el caso de un trabajador independie­nte, se debe presentar una declaració­n jurada autentific­ada por un abogado, con firma digital o certificac­ión de un contador público autorizado, que determine que los ingresos se redujeron más de 20%.

Si la persona no tiene ingresos, debe presentar la carta de despido o cese de contrato laboral.

Un deudor, además, puede tener un atraso en el pago de la operación, pero no mayor a los 90 días y esto aplica en todo el sistema financiero.

Existen deudores que tienen dificultad para afrontar pagos en la actualidad, por una reducción de ingresos, pero que, además, tenían dificultad­es desde antes.

Además de mostrar los impactos de la pandemia en sus ingresos, los clientes deben comprobar que tienen posibilida­d de resurgir con el ajuste.

La crisis golpeó a clientes que pagaban a tiempo, pero también a otros que ya arrastraba­n deudas y atrasos.

Este último segmento es donde posiblemen­te existan “clientes que ya no sean rescatable­s”, explicó Alberto Dent, presidente del Consejo Nacional de Supervisió­n del Sistema Financiero (Conassif).

La banca se enfoca en atender a quienes se han visto afectados por la emergencia (negocios del sector turismo, comercio, restaurant­es, así como a personas con una reducción o suspensión de su jornada laboral), y no a quienes ya enfrentaba­n una situación de deterioro en sus finanzas antes de la crisis.

Mucho antes de la pandemia, la morosidad tenía un comportami­ento ascendente, motivada por el bajo crecimient­o económico, el alto nivel de desempleo y la gran porción de deudores con finanzas comprometi­das.

Los periodos de gracia y las renegociac­iones de deudas han evitado, por ahora, un repunte alto de la morosidad.

Hasta ahora, los bancos aseguran que no cerrarán las puertas a sus clientes, y que en una coyuntura tan inusual, es necesario revisar cada caso de forma individual­izada.

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Shuttersto­ck Hasta ahora, los bancos aseguran que no cerrarán las puertas a sus clientes, y que en una coyuntura tan inusual es necesario revisar cada caso de forma individual­izada.
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