‘Costa Rica debe ir reemplazando sus martillos por danza, todo lo que pueda’
››ingeniero considera que país debe elevar testeos y rastrear contactos
El ingeniero francés Tomás Pueyo, creador de la estrategia de la “danza y el martillo” contra la pandemia de covid-19, considera que Costa Rica debe ir cambiando los golpes para permitir el vals.
Para hacerlo sin saturar los hospitales de pacientes graves, alertó de la necesidad de cumplir las medidas sanitarias, como uso de mascarillas, distanciamiento social y lavado de manos.
Además, consideró que las autoridades de salud deberán elevar su capacidad para realizar pruebas a sospechosos de portar el virus, así como para rastrear a los contactos de casos positivos y girarles la orden de cuarentena.
Pueyo analizó la situación epidemiológica del país con motivo de su participación en el TEDX Pura Vida Salón, que se realizó este jueves.
Según el autor de la estrategia que sugiere usar el martillo (medidas restrictivas) para bajar la curva, y la danza (flexibilización de medidas) para permitir actividades, Costa Rica debe hacer un balance de la afectación económica que afronta en este momento.
Las opciones. “En Costa Rica cuesta más frenar el virus y el beneficio (del martillo) es menor. Por ello, Costa Rica está en una posición en la que puede considerar varias opciones”, explicó.
Según su criterio, esas alternativas son:
1. Abrir las medidas del país para que los contagios suban.
2. Mantener los casos actuales, incluso un poco más altos, siempre que no sobrepasen la capacidad del sistema de salud, reemplazando las medidas duras por otras más inteligentes, como testeo, rastreo y aislamientos.
3. Trabajar aún más duro para suprimir los casos.
“La 1) podría sobrepasar la capacidad del sistema de salud y dejar un reguero de muerte, como en países como Brasil.
”No parece realista la 3), para parar los casos por completo, ya que el martillo no lo consiguió. Tampoco parece necesario.
”Eso significa que Costa Rica debe ir reemplazando sus martillos por la danza, todo lo que pueda”, aseveró.
Para que el tiempo de baile no permita al virus incrementar exponencialmente las muertes, Pueyo advirtió de que se debe hacer el esfuerzo para respetar una larga lista de puntos: testeo, rastreo de contactos, aislamiento de infectados, cuarentenas para sus contactos, uso de mascarilla, higiene, educación pública y distanciamiento físico.
También insistió en evitar encuentros de personas en lugares cerrados, mejorar la ventilación de los espacios, reducir aglomeraciones y restringir viajes desde países con prevalencia más alta.
Pero, entonces, ¿funcionó o no el martillo en Costa Rica?
Según el análisis de Pueyo, sí. Y eso permite que el país tenga una tasa de letalidad baja con respecto a otras naciones latinoamericanas, así como el hecho de que el sistema de salud pública todavía no haya colapsado.
“Gracias a ello (el martillo), se dio tiempo al sistema de salud a fortalecerse, y se pudo aprender del virus, cómo se comporta, y cuál es la letalidad real. ¿Cuánta es esa letalidad? Como vemos, el pico de casos reciente aún no se ha traducido en muertes, pero probablemente (los decesos) vayan a subir en los próximos días, de unas nueve o 10 al día a unas 13 o 15”, estimó Pueyo.
Advirtió, como lo ha hecho en ocasiones pasadas, de que la estrategia del martillo no tiene el mismo efecto en países ricos que en naciones pobres o de ingreso medio, como lo es Costa Rica.
Esto obedece, según Pueyo, a que el costo de las medidas restrictivas para buscar el beneficio estimado tiene un impacto social más grave en las naciones pobres o de renta media.
Otros análisis. De acuerdo con Pueyo, Costa Rica tiene una prevalencia de 200 casos por cada 100.000 habitantes.
El ingeniero analizó 14 días de casos para varios países y, por ejemplo, destaca que se tiene una prevalencia similar a la que reportan países vecinos con mayor afectación por la pandemia.
La prevalencia es la proporción de la población que padece una enfermedad en un periodo de estudio. Esta es una foto estática que permite reflejar la magnitud de un problema en un momento específico.
“Está bastante alta, muy parecida a la de otros países latinoamericanos como Colombia, Brasil o Panamá.
”Esta alta prevalencia es un patrón que se ve en varios países de riqueza media o baja, donde aún con la aplicación del martillo, acaba siendo alto el número de casos”, afirmó el ingeniero.
Agregó que los números epidemiológicos de Nicaragua “no parecen muy creíbles, sobre todo porque la prevalencia en Costa Rica con la frontera nicaragüense es alta”.