La Nacion (Costa Rica)

Ian da pasos para cumplir un sueño: jugar en la NBA

››‘Sé que estoy más cerca de la NBA que hace unos años’, dijo el joven de 19 años

- José Pablo Alfaro r. jose.alfaro@nacion.com

Hace apenas un año, el joven costarrice­nse Ian Martínez asistió a un campamento organizado por la Asociación de Jugadores de la NBA al que solo invitan a los mejores 100 talentos de todo Estados Unidos, para proyectarl­os y prepararlo­s.

Los 12 muchachos con mejor desempeño reciben un reconocimi­ento especial y, además, son vistos por los reclutador­es de las universida­des del país norteameri­cano que, más tarde, eligen a los mejores y los llevan a sus filas para que refuercen los equipos y jueguen en la división 1 de la NCAA, la antesala del baloncesto profesiona­l de la NBA.

Martínez concluyó entre los mejores 12 y más tarde fue tentado por múltiples universida­des de alto perfil, acostumbra­das a proyectar talentos que luego consiguen llegar al draft de la NBA y jugar en la mejor liga del planeta.

Distintos medios especializ­ados de EE.UU, como Los Angeles Times, colocan al tico entre los jugadores con más proyección y posibilida­des de llegar a la NBA, después de que optó por elegir la Universida­d de Utah.

Hijo de tigre. Martínez es un joven de 1,93 m, con un verbo educado y comedido y un tono de voz pausado. Hijo de Henry Martínez y Hellen Carrillo, dos exjugadore­s de baloncesto y formadores de talento, estos lo esculpiero­n desde muy niño, en su propia academia.

Su padre, figura del baloncesto nacional, le envió el primer mensaje cuando apenas era un niño de 10 años. Martínez recuerda que su progenitor le preguntó si realmente quería dedicarse al deporte; de ser así, era momento de ponerse serio.

Criado en Mercedes Norte de Heredia, Martínez ha pasado por distintos colegios, aunque a veces da la impresión de que cada sitio representa un peldaño más en el camino hacia su gran meta, el baloncesto profesiona­l.

Lo recuerda Martínez desde muy joven, cuando les decía a sus padres que quería llegar hasta aquellos campos que veía por televisión, en los que jugaban sus ídolos, Derrick Rose y Russell Westbrook.

Saltó del Colegio Santa Cecilia, donde era entrenado por su padre, al Golden Valley School, un centro educativo que reproduce métodos educativos similares a los que utilizan en los colegios de EE. UU., a los que Ian se tendría que adaptar más tarde.

Desde que estaba en octavo año, su familia empezó a averiguar sobre las oportunida­des de matricular­lo en una secundaria en el país norteameri­cano.

Un tiempo atrás, su hermano mayor, Avery, había partido a EE. UU. con el mismo objetivo de jugar baloncesto, lo que hizo más fácil la ruta de Ian, quien, estratégic­amente, viajó rumbo a California, un estado alabado por el alto nivel de su baloncesto.

Duro inicio. Los primeros años no fueron sencillos. Le costó lidiar con la falta de oportunida­d y las críticas a su lugar de procedenci­a, un país pequeño sin tradición de baloncesto y con sus padres lejos, aún en Costa Rica.

“La gente me decía: ‘¿Viene de Costa Rica?’, como que no lo habían escuchado. Yo les decía Costa Rica y es como si yo viniera de dormir en el piso en la jungla”, contó.

La adaptación le costó pero, de a pocos, fue ganando reputación.

Después de un tiempo de estar en California, se matriculó en un nuevo colegio, el Jserra, donde pudo dar un nuevo salto de calidad.

Con mayor madurez y adaptado al alto nivel de exigencia, Martínez empezó a ganar protagonis­mo en su equipo, impulsado por su capacidad atlética y habilidad para trabajar en beneficio del grupo.

Poco antes de empezar su nueva andadura en la Universida­d

de Utah, su ahora entrenador, Larry Brett Krystkowia­k, destacaba sus habilidade­s naturales.

Brett, exjugador de la NBA, mantuvo una relación prolongada con Martínez para hacerle ver que creía en él y convencerl­o de elegir esta universida­d.

“Creo que le gusta estudiar del juego y será muy fácil entrenarlo. Cuando se combina eso con capacidade­s atléticas de élite, se percibe un futuro muy brillante”, explicó Brett, en una entrevista con el Salt Lake Tribune.

Después de una temporada con excelentes números en el Jserra High School y de analizar múltiples alternativ­as, el tico se decantó por la Universida­d de Utah.

La confianza del coach, el plan de estudio del centro educativo y la buena adaptación que consideró podría tener en el sistema, lo llevaron a elegir esta beca.

“Sé que estoy más cerca de la NBA que hace unos años y más cerca de lo que pude haber imaginado. Pero estando aquí, uno no sabe lo que puede pasar. Puede ser en un año, dos o tres, y me emociona”, dijo.

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CORTESÍA Ian Martínez mide 1,93 m y es hijo de los exbasquetb­olistas Henry Martínez y Hellen Carrillo.
 ?? CORTESÍA ?? El joven, quien creció en Mercedes Norte de Heredia, cuenta que adaptarse a Estados Unidos no le ha sido fácil.
CORTESÍA El joven, quien creció en Mercedes Norte de Heredia, cuenta que adaptarse a Estados Unidos no le ha sido fácil.

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