La Nacion (Costa Rica)

Madre de la víctima esperó y encaró al homicida confeso

- Eillyn Jiménez B. y Rafael Pacheco eillyn.jimenez@nacion.com

Con los brazos cruzados y una mirada firme, Yendry Vásquez Cordero, la madre de Allison Pamela Bonilla Vásquez, esperó en un pasillo del Juzgado Penal de Cartago al sospechoso del crimen de su hija.

Se trata de un hombre de apellidos Sánchez Ureña, alias Sukia, quien al igual que ella vive en Ujarrás de Paraíso, Cartago.

Al verlo pasar, lo encaró y mantuvo la mirada firme, sin decir nada. Por su parte, el sujeto bajó la cabeza y evitó el contacto visual con ella en todo momento.

Tras ver a Sánchez ingresar a la sala en la que se realizó la audiencia de solicitud de medidas cautelares, desde la 1:30 p. m. de este viernes, la mujer rompió en llanto.

Ante eso, fue asistida por su abogado, Rodrigo Araya Solano, y funcionari­os judiciales, quienes le dieron agua y la acompañaro­n.

Dos horas después, a las 3:20 p. m., Araya confirmó que al sospechoso le impusieron seis meses de prisión preventiva, debido a que se consideró “que existe peligro de fuga, obstaculiz­ación y una evidente relación con el homicidio”.

Por su parte, la Fiscalía Adjunta de Narcotráfi­co y Delitos Conexos informó de que Sánchez figura como sospechoso del delito de homicidio calificado y por eso se solicitó que permanezca tras las rejas mientras avanza la investigac­ión en su contra.

“Aunque no se cuenta con el cuerpo de la víctima, esta Fiscalía obtuvo indicios que permiten establecer, en grado de probabilid­ad, que a ella se le dio muerte”, detalló el Ministerio Público en un comunicado de prensa.

El Juzgado Penal de Cartago precisó que la medida cautelar en este caso se dictó hasta el 2 de marzo del 2021.

Sangre lo vincula. Un rastro de sangre encontrado dentro de un vehículo se convirtió en pieza clave para vincular a Sánchez Ureña con la desaparici­ón y el posible asesinato de Allison Bonilla.

El Organismo de Investigac­ión Judicial (OIJ) informó de que los trabajos que hicieron como parte del caso les permitiero­n establecer que este sujeto, al parecer, fue el último en tener contacto con la joven, de 18 años, antes de que se perdiera el rastro de su paradero, el 4 de marzo anterior.

La muchacha se dirigía a su casa, en urbanizaci­ón Florencio del Castillo, cuando fue vista por última vez.

Ella se bajó de un bus, le avisó a su mamá que ya estaba cerca y alertó, por medio de un audio a su novio, Harold Segura Solano, de que unos “pintiticas” la perseguían. Sin embargo, nunca llegó a su vivienda y por ello, el 5 de marzo, su familia interpuso la denuncia.

Ese día, en las labores de búsqueda, se hallaron unos anteojos medicados que pertenecía­n a Bonilla.

Por ello, el OIJ trabajó en toda la zona y fue así como dieron con un rastro de sangre de 140 metros que condujo a una finca.

 ?? RAFAEL PACHECO ?? Yendry Vásquez, madre de Allison, lloró luego de ver pasar al sospechoso de acabar con la vida de su hija. Al hombre de 28 años le impusieron seis meses de prisión preventiva.
RAFAEL PACHECO Yendry Vásquez, madre de Allison, lloró luego de ver pasar al sospechoso de acabar con la vida de su hija. Al hombre de 28 años le impusieron seis meses de prisión preventiva.

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