Final del curso
Una vez más la ministra de Educación demuestra su poco tacto para tratar a la comunidad educativa. Que los estudiantes no volverán a las aulas debido al impacto de la pandemia se sabe desde el 10 de marzo. Lo ignominioso fue la manera como, irrespetando el esfuerzo de los docentes, declaró que “ningún estudiante reprobará”.
Su decisión contrasta con el esfuerzo, la dedicación y la responsabilidad características de los docentes, quienes cumplen siempre su compromiso, que no se ve, pero se critica. Entre otras cosas, el docente lucha a diario para ponerse en contacto con sus estudiantes, planificar sus lecciones y distribuir el material; angustiado por su salud, lucha contra la adversidad. Nada de eso es fácil cuando las condiciones son adversas.
No era el momento del anuncio porque la lucha diaria del docente evidenciaba su condición de profesional para lograr una evaluación final acorde con las limitaciones producidas por la pandemia. Nadie iba a quedarse, pero éticamente hablando, la ministra demostró, una vez más, falta de consideración para con sus colaboradores y la carencia de planificación imperante en el MEP. Fue una decisión de una administradora y no de una administradora educativa. Deje en manos del docente el cierre del curso lectivo. porque ellos sabrán qué hacer.
Henry Fallas Sojo
San José