Amador tuvo arduo día de trabajo en la montaña
Fueron 141 kilómetros cortos, pero explosivos, entre Cazères y Loudenvielle; un trazado en el que había que ascender la Col de Menté, de primera categoría, en el kilómetro 59,5, con 6,9 kilómetros al 8,1% de pendiente media.
Después, el Port de Balès, de categoría especial con bono, en el kilómetro 104,5, con una subida de 11,7 kilómetros, al 7,7% y el Col de Peyresourde, de primera categoría, en el kilómetro 129,5, con 9,7 kilómetros al 7,8%.
Pese a que no había llegada en alto, no hacía falta. Era un legítimo día de dureza y exigencia total, en la primera batalla real de alta montaña, en los míticos Pirineos.
Andrey Amador sabía a lo que iba. El costarricense del Ineos trabajó como bien lo sabe hacer; también sufrió sobre la bicicleta, algo que es muy propio de su oficio.
Estuvo con Egan Bernal y con Richard Carapaz hasta donde le dieron las fuerzas, en pleno ascenso a ese puerto de categoría especial.
Cuando el tico perdió rueda su trabajo estaba consumado, ya había hecho lo que le correspondía y a partir de ese momento, eran sus líderes quienes debían responder, principalmente Egan Bernal, quien no atacó, pero se mantiene a 13 segundos del líder general, Adam Yates (Mitchelton).
La fuga del día premió al francés Nans Peters, quien se convirtió en el ganador de la octava etapa del Tour de Francia.
Le costó esa última subida y aunque cedió terreno, Adam Yates (Mitchelton) logró defender el liderato general, que ostenta con 34:44:52.
Amador acabó el exigente día en el puesto 126, dentro de un lote gigantesco, de 67 pedalistas, que arribaron a la meta a 32:39 del vencedor de la etapa. En la general, el tico está en el peldaño 114, a 1:37:37. Hoy será el segundo round en los Pirineos, con 153 km entre Pau y Laruns; otra etapa exigente, aunque quizás menos decisiva.