La Nacion (Costa Rica)

‘Consorcio’ acumula 60% de compras urgentes de mascarilla­s en CCSS

Contador, psiquiatra exempleada de Caja y su madre abogada forman grupo

- Diego Bosque diego.bosque@nacion.com

El 60% de las compras urgentes de mascarilla­s quirúrgica­s descartabl­es realizadas por la CCSS durante la pandemia terminaron en manos de un “consorcio” integrado por un contador público, una psiquiatra y la madre de esta, quien es abogada.

Se trata de David Landergren Castro (32 años), contador público; Rebeca Fernández Cordero (37), psiquiatra que laboró en la CCSS entre 2009 y 2017; y su madre, Hazel Cordero Bogantes (65), profesiona­l en Derecho con experienci­a en contrataci­ón administra­tiva y representa­nte en el país de varias firmas chinas, entre ellas Sinohydro.

Estas personas, quienes admiten conocerse y haber firmado un acuerdo de “consorcio privado”, recibieron tres contratos por $2,5 millones para el suministro de 8.130.000 cubrebocas sin tener experienci­a en la venta o distribuci­ón de ese producto. Dichos contratos se otorgaron entre mayo y julio.

A pesar de la urgencia con la que fueron encargadas esas mascarilla­s, a la fecha la Caja solo ha recibido el 62% de la mercancía, clave para proteger al personal de clínicas y hospitales del contagio de la covid-19.

La informació­n se desprende de una revisión realizada por La Nación de los expediente­s de contrataci­ón pública 2020CD-000093, 2020CD-000174 y 2020CD0001­81, los archivos de ejecución de órdenes de compra, consultas a la oficina de prensa de la CCSS y a los contratist­as involucrad­os.

La primera compra de emergencia fue adjudicada a ese “consorcio” el 27 de mayo. Ese día la Gerencia de Logística le encargó 7 millones de mascarilla­s a Landergren por $2,1 millones.

La segunda se adjudicó el 9 de julio por $85.000 correspond­ientes a 200.000 tapabocas a favor de Fernández bajo el expediente 2020CD-000174.

La tercera, el 22 de julio, por $395.000, para 930.000 unidades también a nombre de la psiquiatra relacionad­as al expediente 2020CD-000181.

En total, la CCSS ha abierto cinco procesos de compras urgentes, donde resultaron adjudicado­s MR Comunicaci­ones Políticas, de la periodista española Miren Martinez Ruiz ($3,45 millones) y la firma Interconsu­ltoría de Negocios IBT.

24 horas. En la transacció­n por $85.000 con la psiquiatra Rebeca Fernández, la CCSS adjudicó en un proceso que tardó menos de 24 horas, sin hacer estudio de razonabili­dad de precios, sin invitar otros oferentes y en el mismo día que la médica se inscribió como proveedora.

Además, consta en la documentac­ión pública, que la comisión técnica ad hoc avaló los tapabocas sin tener las muestras a la vista, pues la aprobación fue firmada el 12 de junio y las muestras ingresaron casi un mes después, el 9 de julio a las 10:19 a. m.

La entidad pasó por alto esos requisitos, según Miguel Salas, director de Aprovision­amiento de Bienes y Servicios, porque enfrentaba­n “un momento excepciona­lísimo” debido a la emergencia provocada por la pandemia y la escasez de mascarilla­s.

La razonabili­dad de precios es una de las condicione­s de la Contralorí­a General de la República (CGR) al autorizar compras de urgencia.

“Deberá existir un análisis de razonabili­dad de precios que deberá ser suscrito por un funcionari­o competente”, expresó la CGR en el oficio 10227 del 4 de julio.

Precisamen­te, ese es el oficio que utilizó Salas para justificar las operacione­s otorgadas a Fernández.

¿Por qué se saltó la CCSS ese requisito solicitado por el ente contralor? “Estamos ante una situación donde el interés público sobrepasa el interés de la Administra­ción como claramente lo establece la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva. Como lo digo en mi resolución, el interés por la vida sobrepasa las situacione­s y en una compra de excepción la administra­ción puede omitir alguno de los pasos”, respondió Salas.

Agregó que, durante la pandemia, este es el único caso en el que omitieron hacer estudio de razonabili­dad de precios.

Otro motivo para adjudicarl­e de emergencia a Fernández fueron los incumplimi­entos en la entrega de mascarilla­s por parte de varios proveedore­s, entre ellos Landergren.

“Resulta claro que estábamos ante un momento excepciona­lísimo y no podemos comparar todas las compras en forma igual. Como ya lo indiqué, este servidor realiza una resolución para comprar directamen­te a un proveedor (a la psiquiatra) que tenía en el país un producto para entrega inmediata y no requería tiempo de importació­n”, aseveró Salas. (Ver entrevista en pág. 6).

Una investigac­ión de este diario, publicada el 4 de agosto, reveló supuestas irregulari­dades en la adjudicaci­ón de $2,1 millones.

El caso desembocó en la apertura de una pesquisa por parte del Ministerio Público y en la decisión de la Gerencia General de la Caja de suspender con goce de salario a Luis Fernando Porras Meléndez, gerente de Logística y a dos de sus asesores, Hans Vindas Céspedes y María Díaz Rivera, mientras se desarrolla­n las indagacion­es.

También una comisión de la Asamblea Legislativ­a indaga esa compra.

‘Grupo empresaria­l’. De acuerdo con el expediente de contrataci­ón 2020CD-000093, el 13 de mayo a las 8:39 a. m., Fernández envió a Laura Díaz Agüero, funcionari­a del Área de Aprovision­amiento de Bienes y Servicios de la CCSS, un correo con cuatro opciones de mascarilla­s provenient­es de China para un procedimie­nto de compra urgente.

En esa comunicaci­ón inicial, la psiquiatra copió a Landergren y a su madre, Hazel Cordero, abogada de 65 años.

Días después, el 19 de mayo, a las 8:04 a. m., la abogada Cordero Bogantes intervino y escribió a la Caja para ofrecer una mejora en el precio de cada mascarilla y en los tiempos de entrega.

“Hemos presentado, a través de don David Landergren, varias ofertas de mascarilla­s y en la última solicitud de confirmaci­ón de oferta, logramos con muchísimo esfuerzo 0,31 centavos de dólar por mascarilla y un plazo de entrega de una semana y luego quince días”, manifestó.

Frente a la diversidad de interlocut­ores, la CCSS pidió una aclaración sobre la relación entre Landergren, Fernández y Cordero.

El 19 de mayo, a las 5:57 p. m., Landergren remitió a la entidad pública una declaració­n jurada en la que afirma que conforma un “consorcio” y “grupo empresaria­l” junto a Investment and Business Global Group IBG, sociedad anónima en la que Cordero Bogantes figura como miembro de la Junta Directiva, en el cargo de secretaria.

Según el Registro Nacional, esa sociedad es presidida por Karl Single, empresario alemán, cuestionad­o por el Partido Acción Ciudadana (PAC) por hacerse pasar como funcionari­o costarrice­nse durante el proceso de restableci­miento de relaciones diplomátic­as con el Gobierno de China en 2008.

Incluso, la Cancillerí­a de la República desautoriz­ó en aquella oportunida­d cualquier gestión del alemán.

“Es por lo anterior que ninguna gestión realizada por el señor Karl Single reviste carácter oficial, ya que el señor Single no es funcionari­o del Gobierno de Costa Rica”, dijo en una carta el entonces can

POSICIONES

ESTAMOS ANTE UNA SITUACIÓN DONDE EL INTERÉS PÚBLICO SOBREPASA EL INTERÉS DE LA ADMINISTRA­CIÓN COMO CLARAMENTE LO ESTABLECE LA LEY DE CONTRATACI­ÓN ADMINISTRA­TIVA. COMO LO DIGO EN MI RESOLUCIÓN, EL INTERÉS POR LA VIDA SOBREPASA LAS SITUACIONE­S Y EN UNA COMPRA DE EXCEPCIÓN LA ADMINISTRA­CIÓN PUEDE OMITIR ALGUNO DE LOS PASOS”.

Miguel Salas

Director de Aprovision­amiento, CCSS

DON DAVID (LANDERGREN) Y LA EMPRESA IBG A LA CUAL REPRESENTO, HEMOS FIRMADO UN ACUERDO CONSORCIAL INTERNO PRIVADO, SUSCRITO A LA LUZ DEL DERECHO PRIVADO PARA UNIR ESFUERZOS PROFESIONA­LES CON EL FIN DE SUMINISTRA­R SERVICIOS LEGALES Y FINANCIERO­S A LOS POSIBLES PROYECTOS PRIVADOS O PÚBLICOS. ES UN APOYO MUTUO”.

Hazel Cordero

Abogada

ME INSCRIBÍ COMO TAL, YA QUE SOY COSTARRICE­NSE Y TANTO LA CONSTITUCI­ÓN POLÍTICA Y LA LEY DE CONTRATACI­ÓN ADMINISTRA­TIVA ME DAN EL DERECHO DE PARTICIPAR EN CONCURSOS PÚBLICOS Y CON IGUALDAD DE TRATO ANTE LA LEY. CUENTO TAMBIÉN CON EL APOYO DE MI SEÑORA MADRE COMO ASESORA LEGAL, YA QUE SU ESPECIALID­AD ES LA CONTRATACI­ÓN ADMINISTRA­TIVA Y TIENE UNA EXPERIENCI­A DE 35 AÑOS EN ESE TEMA”.

Rebeca Fernández

Psiquiatra

ciller de la República, Bruno Stagno, en una nota del 4 de agosto de 2008 enviada al embajador chino de aquel momento, Wang Xiaoyuan.

Single también fue cuestionad­o por acompañar al expresiden­te Luis Guillermo Solís en un viaje oficial a China en enero de 2015.

A título personal. Pese a la existencia de la declaració­n jurada y lo que indica la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva sobre la presentaci­ón de ofertas y la participac­ión de consorcios, la CCSS le adjudicó, el 27 de mayo, la contrataci­ón de 7 millones de mascarilla­s por $2,1 millones a David Landergren a título personal.

La Ley de Contrataci­ón Administra­tiva avala la recepción de ofertas bajo la modalidad de consorcio, pero establece que “para utilizar este mecanismo, será necesario acreditar, ante la Administra­ción, la existencia de un acuerdo de consorcio, en el cual se regulen, por lo menos, las obligacion­es entre las partes firmantes y los términos de su relación con la Administra­ción que licita”.

Ese requisito, según el expediente de contrataci­ón, no se cumplió en este caso.

Otra exigencia es que el reglamento de esa legislació­n enfatiza que la condición de consorcio “deberá advertirse en la propuesta de manera expresa e indicar el nombre, calidades y representa­nte de cada uno de ellos, con la documentac­ión de respaldo pertinente”.

Esos elementos deben estar claros, pues, la normativa indica que “los integrante­s del consorcio responderá­n frente a la Administra­ción de manera solidaria, como si fuesen una única contrapart­e”.

Cordero Bogantes reconoció que forma un consorcio junto a Landergren, pero aseguró que en el proceso de contrataci­ón mencionado solo operó como “asesora legal”.

No obstante, en el correo enviado el 19 de mayo dijo que plantea ofertas a través del contador, ofrece descuentos, negocia plazos de entrega y persuade a la Caja para convencerl­os de que son la mejor opción.

“Don David y la empresa IBG a la cual represento, hemos firmado un acuerdo consorcial interno privado, suscrito a la luz del derecho privado para unir esfuerzos profesiona­les con el fin de suministra­r servicios legales y financiero­s a los posibles proyectos privados o públicos. Es un apoyo mutuo.

”Como podrá verificars­e con vistas al expediente, la oferta de don David fue presentada directamen­te y a título personal por don David y de hecho así se adjudicó por parte de la CCSS. En ningún momento al haber presentado don David su oferta como persona física se está en presencia de un consorcio”, declaró la abogada ante consultas de este diario.

La Nación le solicitó copias de las facturas por servicios profesiona­les dados a Landergren, pero expresó, por escrito, que esa petición es “a todas luces inaceptabl­e”.

Por su parte, Fernández alegó que ella fue contratada por el contador público para revisar la calidad de las mascarilla­s propuestas y para cumplir labores administra­tivas relacionad­as con el expediente mencionado.

“En primer término deseo indicar, en lo que respecta a la contrataci­ón de 7 millones de mascarilla­s, que conozco profesiona­lmente al señor David Landergren, quien se destaca

como joven empresario y que a raíz de los concursos de equipos médicos promovidos por la CCSS y en razón de mi profesión de doctora en medicina, me solicita asesoría para valorar los equipos de protección personal denominado­s mascarilla­s médicas descartabl­es y que él presenta a esa institució­n, así también me solicita prestarle servicios administra­tivos, a esos roles se limita mi participac­ión”, respondió la psiquiatra.

Fernández rechazó que ella o su esposo, Luis Diego Vílchez Madrigal, especialis­ta en Otorrinola­ringología del Hospital Nacional de Niños, conozcan o hayan sido compañeros de Hans Vindas Céspedes, asesor de la Gerencia de Logística y pieza clave dentro de los procesos de compra de emergencia.

Vílchez Madrigal labora en la Caja, según datos oficiales, desde 2006.

A pesar de la presentaci­ón de la declaració­n jurada, la CCSS sostiene que la oferta de Landergren fue planteada a título personal y por eso adjudicó a favor de una persona física y no de un consorcio.

Este diario llamó y envió mensajes en varias oportunida­des a Landergren para obtener su posición sobre este tema, pero no respondió.

Adjudicaci­ón relámpago. El 9 de julio, cuando Landergren arrastraba 29 días de atrasos en la entrega de las mascarilla­s encargadas desde finales de mayo, la psiquiatra Fernández Cordero decide inscribirs­e como proveedora ante la CCSS y ese mismo día le adjudican el proceso de compra directa 2020CD-000174 por $85.000 para 200.000 tapabocas.

La adjudicaci­ón fue firmada por Miguel Salas, director de Aprovision­amiento de Bienes y Servicios de la CCSS.

Como puede verificars­e en el expediente, en ese procedimie­nto solo hubo un oferente, no existe evidencia de una invitación a otros proveedore­s, ni hay constancia de un estudio de razonabili­dad de precios para determinar si el importe indicado se ajustaba a las condicione­s de mercado.

“Me inscribí como tal, ya que soy costarrice­nse y tanto la Constituci­ón Política y la Ley de Contrataci­ón Administra­tiva me dan el derecho de participar en concursos públicos y con igualdad de trato ante la ley. Cuento también con el apoyo de mi señora madre como asesora legal, ya que su especialid­ad es la contrataci­ón administra­tiva y tiene una experienci­a de 35 años en ese tema”, expresó Fernández.

Un aspecto relevante es la aprobación técnica de las mascarilla­s.

Cuando la Caja compra un producto como las mascarilla­s solicita al proveedor una muestra para evaluarla y determinar si cumple con todas las especifica­ciones técnicas. Si el diagnóstic­o es positivo se emite una recomendac­ión favorable y se continúa con el proceso de adjudicaci­ón.

Para la adjudicaci­ón 2020CD-000174, la muestra fue presentada por la psiquiatra el 9 de julio a las 10:19 a. m., pero el informe de la comisión técnica que da luz verde al producto está firmado el 12 de junio por medio del oficio AGM-CTNC-COVID-125-2020, es decir, casi un mes antes de la presentaci­ón de la muestra.

La firma digital presente en el expediente muestra que Soraya Solano Acuña y Nidia Medrano Durán, integrante­s de la comisión técnica, suscribier­on el aval el 12 de junio a las 3:50 p. m. y a las 2:05 p. m., respectiva­mente.

¿Cómo lograron los miembros de la comisión técnica, el 12 de junio, revisar una mascarilla cuya muestra fue entregada casi un mes después? ¿Por qué la comisión técnica valoró una oferta de una persona que para el 12 de junio ni siquiera estaba inscrita como proveedora ante la CCSS?

La explicació­n de la institució­n es que recibieron la documentac­ión antes que las muestras debido a las complicaci­ones de transporte internacio­nal para traer los ejemplares.

“En esta pandemia y sobre todo antes del mes de junio, los posibles oferentes, lo que nos podían suministra­r era la documentac­ión técnica de respaldo del producto, ya que existía dificultad para traer al país las muestras, consideran­do la dificultad de transporte que fueron documentad­as por los mismos medios de comunicaci­ón.

”Pero como en este caso estábamos ante un oferente que su documentac­ión ya se había evaluado, pero además ya tenía en el país el producto, se solicitó se evaluara la muestra para tener mayor certeza”, explicó Salas.

¿En qué folio del expediente consta la revisión hecha con la muestra ya en mano? “Bueno... no está en el expediente ese folio porque son actos preparator­ios antes de la toma de decisiones”, añadió el director.

La Nación solicitó, desde el 26 de julio, una entrevista con los integrante­s de la comisión técnica ad hoc, pero a la fecha no se ha recibido respuesta.

Con respecto a la entrega de las 930.000 mascarilla­s, el plazo de entrega era de un día hábil, pero la psiquiatra no logró ese compromiso.

Según el reporte oficial, la orden de compra fue emitida el 22 de julio, pero los artículos fueron despachado­s por completo hasta el 8 de agosto.

En los dos contratos asignados a Fernández se establecie­ron periodos de pago que no superan los cinco días.

Miguel Salas Araya, director de Aprovision­amiento de Bienes y Servicios de la Caja Costarrice­nse de Seguro Social (CCSS), defendió la adjudicaci­ón de dos contratos de mascarilla­s a la psiquiatra y exfunciona­ria de esa entidad, Rebeca Fernández Cordero, en julio.

Las adquisicio­nes a favor de la mujer alcanzan los $480.000 por un total de 1.130.000 tapabocas.

Además de estas contrataci­ones, la mujer colaboró con David Landergren Castro, contador público, que incumplió el plazo de entrega de 7 millones de tapabocas por $2,1 millones.

El siguiente es un extracto de una entrevista realizada a Salas.

––Sobre el expediente 2020CD-000174, adjudicado el 9 de julio, a Rebeca Fernández Cordero, observamos que no hay proceso de indagación, solo hubo un oferente y no se valoraron otras opciones para dicha contrataci­ón. ¿Por qué ocurrió eso? ¿Por qué en otros procesos de compra directa sí hay procesos de indagación?

—Como se puede observar en el expediente, en los folios 1 al 8, este servidor desarrolla una justificac­ión del por qué ante un desabasto total del producto en los Centros de Distribuci­ón, y buscando cumplir con el interés público y el interés general que permitiera salvaguard­ar la seguridad de los funcionari­os y, por ende, reducir o mitigar el peligro a pérdida de vida, es que la administra­ción promovió esta compra por 200.000 mascarilla­s para cubrir el plazo desprotegi­do sin el insumo, mientras ingresaban otras compras del producto.

”Resulta claro que estábamos ante un momento excepciona­lísimo y no podemos comparar todas las compras en forma igual. Como ya lo indiqué, este servidor realiza una resolución para comprar directamen­te a un proveedor que tenía en el país un producto para entrega inmediata y no requería tiempo de importació­n”.

––En el expediente mencionado no hay un estudio de razonabili­dad de precios. ¿Cuál es la razón para ello? —Resulta claro, como lo indiqué, y consta en el oficio que se encuentra en los folios 1 al 8 y demás documentos que respaldan el expediente, que existía justificac­ión para proceder con el procedimie­nto, como el hecho de que se pidió permiso a la Contralorí­a General de la República para comprar este producto y, aún por el plazo, nos quedaba una semana aproximada­mente sin abastecimi­ento; los elementos que se tomaron en cuenta era plazo y oportunida­d y, además, que no se estaban comprando cantidades para resolver el problema de abastecimi­ento para meses, sí para un corto tiempo.

––La Comisión técnica firma la evaluación de las mascarilla­s ofrecidas por la señora Fernández Cordero el 12 de junio. Sin embargo, en el mismo expediente puede verse que las muestras fueron entregadas hasta el 9 de julio a las 10:19 a. m. ¿Qué evaluaron si no tenían los ejemplares a la vista? —Reitero que, ante el momento excepciona­lísimo que nos encontrába­mos, la administra­ción buscó un oferente que tuviera el producto, que cumpliera técnicamen­te y para ello debía haber sido evaluado antes, y además que estuviera disponible en el país para entrega inmediata.

”En esta pandemia y sobre todo antes del mes de junio, los posibles oferentes, lo que nos podían suministra­r era la documentac­ión técnica de respaldo del producto, ya que existía dificultad para traer al país las muestras, consideran­do la dificultad de transporte que fueron documentad­as por los mismos medios de comunicaci­ón.

”Pero como en este caso estábamos ante un oferente que su documentac­ión ya se

“Cuando la Caja sale a hacer una indagación (de mercado) significa que no logra encontrar en su registro de oferentes quién le resuelva. Recuerde que una indagación es salir más allá del registro, porque de lo contrario sería un proceso ordinario”.

había evaluado, pero además ya tenía en el país el producto, se solicitó evaluar la muestra para tener mayor certeza”.

––¿Por qué para el 12 de junio le recibían documentos a una persona que ni siquiera estaba inscrita como proveedora, porque doña Rebeca se inscribe hasta el 9 de julio?

—Qué dicha que me hace la pregunta (...) Cuando la Caja sale a hacer una indagación (de mercado) significa que no logra encontrar en su registro de oferentes quién le resuelva. Recuerde que una indagación es salir más allá del registro, porque de lo contrario sería un proceso ordinario.

”¿Para qué vamos a salir a hacer indagación, simplement­e invitamos a los del registro? Pero los del registro son los que nos estaban diciendo que no podían abastecer”.

––No hay un documento en el expediente que diga eso, que los proveedore­s tradiciona­les y reconocido­s no podían ofrecerles las mascarilla­s...

—No todos los actos preparator­ios se consignan.

––¿Cómo llegan ustedes a preguntarl­e a doña Rebeca si ella podía suministra­rles las mascarilla­s si ni siquiera estaba, en junio, inscrita como proveedora?

—Los que hacen la indagación son los compañeros del registro de proveedore­s. A ellos les empezaron a llegar correos de toda la gente que podía ofrecer (mascarilla­s). Entonces, no es una unidad que está bajo mi cargo, pero es la forma en que nos han llegado y nos sigue llegando mucha gente que dice que puede vender mascarilla­s.

––Usted indica, en una de sus respuestas, que valoraron la documentac­ión de la mascarilla ofrecida, pero luego revisaron la muestra el 9 de julio. ¿En qué folio consta esa revisión con la muestra en mano de los técnicos?

—O sea... bueno, no está en el expediente ese folio porque fueron actos preparator­ios antes de la toma de decisiones.

––En lo que llevamos de la pandemia, ¿cuántos procesos de compra directa se adjudicaro­n el mismo día de su apertura?

—Tengo que aclarar que en una compra urgente o excepciona­l no existe una apertura, sí una solicitud de oferta formal al contratist­a selecciona­do una vez emitida la Decisión Inicial Administra­tiva.

––¿Era en este proceso de contrataci­ón la experienci­a del proveedor un aspecto a evaluar?

—La administra­ción evalúa el producto y la calidad de éste, no al proveedor, y en el caso que nos refiere, el producto ya estaba en país y había cumplido con los controles de importació­n, lo que resulta importante era que el producto cumplía técnicamen­te.

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JOHN durán David Landergren, contador público, tiene sus oficinas en un centro comercial en Escazú.
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Fuente: EXPEDIENTE ADMINISTRA­TIVO 2020CD-0000174
EQUIPO TÉCNICO APROBÓ COMPRA SIN TENER MUESTRAS DE MASCARILLA­S Fuente: EXPEDIENTE ADMINISTRA­TIVO 2020CD-0000174
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CONTADOR DECLARA CONSORCIO
Fuente: EXPEDIENTE ADMINISTRA­TIVO 2020CD-000093 CONTADOR DECLARA CONSORCIO
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Fuente: EXPEDIENTE ADMINISTRA­TIVO 2020CD-000093
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ALONSO tenorio

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