Reapertura de parques nacionales trajo de regreso a visitantes... y su basura
Los Parques Nacionales, Reservas Biológicas y áreas de conservación se han visto afectados por el regreso de los costarricenses, luego de que durante algunos meses estuvieran cerrados por la pandemia.
Con la apertura de estas zonas, estos lugares se han convertido en el destino ideal de muchas personas, debido a que dentro de sus hábitats no hay alto riesgo de contagio del nuevo coronavirus ni tampoco presentan aglomeraciones de personas.
Según Rafael Gutiérrez, director del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), esta seguridad ha propiciado que las personas se internen legal o ilegalmente en bosques, donde dejan botadas desde empaques hasta las mascarillas.
“Eso sucede porque nosotros lo que ahorita estamos promoviendo son los recorridos en los senderos, y las personas entran y hacen los recorridos por los senderos, y en gran parte de los senderos no podemos tener funcionarios en todos los puntos, y una vez que las personas sienten que están ya dentro del bosque, y nadie los está viendo, botan basura”, aseguró Gutiérrez.
Según el jerarca, hay sitios en donde no se dan, como el caso del Volcán Poás, donde todos los grupos son guiados por un funcionario.
Gutiérrez asegura que Quebrada González, en el Parque Nacional Braulio Carrillo, así como en el Parque Nacional Tapantí son otros de los puntos donde más se reportan visitantes dejando basura.
Yeimy Cedeño, administradora del Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional, lamenta la “cultura del costarricense” de dejar tirada la basura y delegar la responsabilidad de la recolección a funcionarios de las zonas silvestres.
Cedeño recuerda que el problema de los desechos siempre ha existido en Ostional, pero se agrava más con la llegada de la temporada alta.
Cuando el coronavirus llegó, el refugio y los animales que habitan en él tuvieron un respiro, se olvidaron de los visitantes que ingresaban empaques y dejaban latas de cerveza en su hogar, esto pese a la prohibición del sitio de introducir alimentos y bebidas.
Sin embargo, la reapertura trajo nuevamente el problema, con el que deben de lidiar los únicos dos funcionarios del refugio, a los cuales se les hace imposible monitorear las 14 entradas que tiene Ostional.
“Es imposible aún con la Fuerza Pública y la policía turística, que nos apoyan un montón, no damos a basto para controlar que la gente cumpla con las regulaciones establecidas, entonces todo pasa”, afirma la administradora, quien lamenta que las personas no acaten las medidas.