Así quedaría su salario en caso de regir la propuesta
En momentos en que se habla de incrementar las tasas del impuesto de renta sobre los salarios y las pensiones durante dos años, conviene saber de cuánto sería la carga tributaria para cada quien.
Para un salario mensual de ¢850.000, el incremento sería de ¢250, lo que equivale a un 0,03%. En este caso, el impuesto pasaría de ¢1.000 a ¢1.250. Mientras para un sueldo de ¢1 millón, el aumento sería de ¢4.000 (0,4% del sueldo); el tributo cambiaría de ¢16.000 a ¢20.000.
Si una persona tiene un sueldo de ¢1,5 millones, tendría que pagar ¢23.000 más, un 1,5% de su salario. El tributo subiría de poco más de ¢79.000 a ¢102.000. Si la remuneración es de ¢2 millones, el aumento sería de ¢48.000, lo que demandará un 2,4% de su salario, al pasar de ¢154.000 a ¢202.000.
Conforme mayor sea el salario, más alto sería el porcentaje de incremento en el impuesto.
Para un sueldo de ¢3 millones, el aumento tributario demandaría un 3,2% de la remuneración, casi ¢100.000, al pasar de ¢346.000 a ¢444.000.
Si se trata de un salario mucho más alto, de ¢5 millones por ejemplo, el incremento sería de ¢232.000, lo que representa un 4,6% del sueldo. El impuesto pasaría de ¢780.000 a más de ¢1 millón.
Así ocurre porque la estructura del impuesto de renta aumenta las tasas de cobro sobre tramos del salario, conforme más alto sea este. Los salarios inferiores a ¢840.000 están exentos de pagar.
Con estos cambios en el impuesto de renta, el Gobierno planea recaudar ¢292.000 millones adicionales por año, cerca de un 0,8% del PIB, en momentos en que el déficit fiscal ronda el 10%.
El grueso del dinero vendría del ajuste en el impuesto a salarios, con ¢139.000 millones.