Ayuda ciudadana permite desarticular ventas de drogas en Guanacaste y Cartago
Las llamadas a líneas confidenciales, así como la pesquisa policial, permitieron a agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) sacar de zonas rurales a dos sujetos dedicados a la venta de drogas.
En el cantón cartaginés de Jiménez, los agentes entraron a primeras horas de la mañana a una casa situada en el distrito de Juan Viñas, donde se capturó a un hombre de apellidos Ortiz Chinchilla, de 31 años.
En su casa tenía más de ¢600.000 en efectivo, producto de las ventas que al parecer realizaba con clientes que llegaban a su casa, así como a otros que pedían la droga a domicilio.
Tras varias semanas de investigación, las autoridades pudieron determinar que Ortiz se dedicaba a vender cocaína y marihuana. Incluso en la casa tenía este martes varias dosis listas, las cuales fueron recogidas por los agentes para entregarlas a la Fiscalía, junto con las demás evidencias y el detenido.
Santa Cruz.
En otra acción del OIJ, los agentes de Santa Cruz lograron detener a un sujeto de apellido Corea, de 20 años, quien resulta sospechoso de vender drogas y de una serie de asaltos en esa zona de la bajura guanacasteca.
La detención se realizó tras allanar su vivienda en El Llano de Santa Cruz, donde se decomisó droga y evidencias que lo vinculan con los asaltos.
La Policía informó de su presunta participación en varios asaltos a peatones en zonas aledañas, donde las víctimas eran interceptadas en lugares solitarios y luego de amenazarlas con arma de fuego, eran despojadas de las pertenencias.
Carrillo.
De igual manera, en Belén de Carrillo, varios vecinos, que denunciaron bajo el anonimato para evitar represalias, también están a la espera de una pronta acción policial en contra de un sujeto que distribuye marihuana y cocaína en moto.
Además, a la casa del sospechoso llegan clientes en carro, en bici y a pie. Los lugareños sostienen que hay taxistas que ante la falta de empleo y oportunidades en la zona, se prestan para la distribución de drogas.
Añaden que a raíz de esas ilegales ventas, la inseguridad aumenta y que en la vivienda de distribución hay niños y mucha violencia.