La Nacion (Costa Rica)

Alza en tributo a las remesas encarecerí­a pago de franquicia­s

››también aumentaría el costo de contratar expositore­s y profesores residentes fuera del país

- Óscar Rodríguez A. oscar.rodriguez@nacion.com

La contrataci­ón de un expositor internacio­nal, el pago de franquicia­s o licencias; o de un profesor residente en el extranjero saldrían más caras debido a la propuesta del Gobierno de elevar en cinco puntos porcentual­es el impuesto por remesas al exterior.

La iniciativa la planteó el Poder Ejecutivo como parte del plan para superar el impacto fiscal de la pandemia que se negociará en octubre con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) para obtener un financiami­ento por $1.750 millones.

El tributo de remesas al exterior tiene diferentes tarifas dependiend­o del servicio, según la Ley del Impuesto sobre la Renta.

Por ejemplo, en el caso de asesorías financiera­s, pagos por uso de patentes, marcas o franquicia­s la tarifa es del 25%. Si los diputados aprueban el alza propuesta, el tributo se elevaría al 30%.

Los honorarios, comisiones, dietas y otras prestacion­es personales pasarían del 15% al 20%. En tanto, que los servicios de transporte o comunicaci­ones, del 8,5% al 13,5%.

Mientras tanto, en el caso de los reaseguros, reafianzam­ientos y primas de seguros la tarifa del 5,5%, subiría hasta el 10,5%.

El encargado de efectuar la retención del impuesto es la persona o empresa con operacione­s en el país, cuando paga por el servicio brindado por el profesiona­l o la compañía extranjera.

Elian Villegas, ministro de

Hacienda, enfatizó que dicha propuesta es temporal y se aplicaría de forma exclusiva solo para el 2021 y 2022.

El cambio en la tarifa propuesta por el Poder Ejecutivo prevé una recaudació­n adicional de ¢32.956 millones al año, lo cual equivale a 0,09% del producto interno bruto (PIB).

El impuesto de remesas al exterior le significó al fisco, entre enero y agosto pasado, un ingreso de ¢122.119 millones, lo cual significó un 5% del total de recaudació­n tributació­n del Gobierno, la cual ascendió a ¢2,6 billones.

Desde el 2017, este tributo mantuvo una tendencia de ascenso en su recaudació­n. Sin embargo, la crisis sanitaria del coronaviru­s generó una caída del 10%, cuando se compara con los ¢136.858 millones de recaudació­n entre enero y agosto del año pasado.

El plan del Poder Ejecutivo forma parte de las medidas temporales para aumentar la recaudació­n por tributos durante cuatro años, del 2021 al 2024, hasta por ¢4,2 billones, de un total de ¢6,4 billones que pretende generar en la parte de ingresos la propuesta que se presentará al FMI.

Posibles efectos. Francisco Villalobos, exdirector de Tributació­n, explicó que el impuesto termina, en muchas ocasiones, convirtién­dose en una carga extra para el pagador del servicio.

“El problema es que si no hago la retención, como comprador del servicio, me la pueden cobrar a mí porque es mi obligación”, explicó Villalobos, quien es socio director de ICS Abogados.

El especialis­ta destacó que el tributo de remesas al exterior se cobra a las empresas y personas radicadas en el exterior, pero que obtienen ingresos por la venta de un servicio en Costa Rica.

“En este impuesto, el pagador del servicios es quien hace la retención. Por ejemplo, si por la venta de un servicio me cobran 1.000, yo retengo el 15% o el 25% dependiend­o de la tarifa. El impuesto que retengo se lo pago al fisco costarrice­nse”, explicó Villalobos.

Además, recordó que el tributo no es deducible de renta para quien obtiene el servicios, pues el impuesto se cobra al no residente.

“El hecho de que yo, empresario costarrice­nse, termine asumiendo el costo extra es por el hecho de que quien brinda el servicio desde el extranjero hace un cobro por un monto determinad­o y, sino se hace el pago, no se tiene acceso a una licencia o no le mando los planos”, recalcó Villalobos.

Carla Coghi, socia directora de Deloitte, consideró que la subida en la tarifa haría el impuesto alto y restaría competitiv­idad al país.

Además, explicó que este tributo se cobra a las empresas o personas no domiciliad­as en el país, cuando cobran servicios en Costa Rica.

“La realidad es que este impuesto muchos de los no domiciliad­os no lo soportan, y es asumido por las empresas costarrice­nses”, destacó Coghi.

La vocera de Deloitte destacó que cuando las empresas deban efectuar sus pagos al exterior por licencias de programas a Microsoft o Oracle, la retención sería del 30%, en vez del 25% de tarifa actual.

“la realidad es QUE este impuesto Muchos de los No domiciliad­os No lo soportan Y es Asumido Por las empresas costarrice­nses”. Carla Coghi socia directora de deloitte

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Jorge castillo/archivo La contrataci­ón de expositore­s foráneos para brindar charlas en el país se elevaría si se aprueba el incremento en la tarifa del impuesto de remesas al exterior, como lo pretende el Poder Ejecutivo. (Foto con fines ilustrativ­os).

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