La Nacion (Costa Rica)

Solís ve ‘imposible’ librar a clase media y ‘sector adinerado’ de ajustes fiscales

››Acuerdo con organismo es la ‘única salida’ para evitar crisis, estima

- Josué Bravo josue.bravo@nacion.com

Ottón Solís, representa­nte de Costa Rica ante el Banco Centroamer­icano de Integració­n Económica (BCIE), reapareció en sus redes sociales para defender la idea de la administra­ción Alvarado de negociar un plan de ajuste económico con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Para el fundador del Partido Acción Ciudadana (PAC), lograr un acuerdo con ese organismo para obtener un financiami­ento de $1.750 millones en tres años, en condicione­s favorables, “es la única salida” para que el país evite una crisis económica similar a la de los años 80 y reactive su producción.

Sin embargo, cree que como el problema fiscal del Gobierno es “tan agudo, ninguna opción es fácil” .

“El mejor plan es doloroso. Ya no existen posibilida­des de que las medidas solo afecten a los que más tienen o a los empleados públicos o a los consumidor­es”, afirmó.

Agregó que cualquier propuesta que se ponga sobre la mesa debe proteger a sectores más pobres, “por un principio moral y ético”.

“Pero es imposible que con ese plan la clase media no sufra, es imposible que se eviten cierres de entidades y hasta algunas privatizac­iones –como las ya propuestas–, es imposible que el sector empresaria­l y adinerado no tribute más de lo que ya ha venido tributando”, dijo.

Polémico plan.

La propuesta de Zapote, comunicada al país el pasado jueves, contiene una serie de medidas temporales y permanente­s para generar ingresos por ¢6,4 billones (millones de millones) en tributos, al tiempo que ahorraría ¢2,3 billones en gastos, del 2021 al 2024.

Eso equivaldrí­a al 17,5% del producto interno bruto (PIB) en impuestos, y ahorros por un 6,4% del PIB.

Con esos números, el Gobierno pretende afrontar el déficit fiscal, que este año sería del 9,6% del PIB, y variar la trayectori­a ascendente de la deuda, la cual al 2021 llegaría al 80,5% de la producción.

Pero las fracciones legislativ­as de oposición y las cámaras empresaria­les han rechazado la iniciativa, por estar cargada en nuevos impuestos y dejar en segundo plano el recorte del gasto público.

Abierto a ‘mejores propuestas’.

A criterio de Ottón Solís, el plan planteado por el Gobierno “es claro y logra sus objetivos matemático­s en materia fiscal y de deuda”.

“Pero si brotan mejores propuestas y son viables, en el contexto político de nuestra democracia, deben adoptarse. Escucho que el Gobierno está abierto a esa posibilida­d”.

El excandidat­o presidenci­al del PAC considera que se debe retomar la discusión sobre el tipo de Estado que se quiere, una vez que se supere la crisis fiscal del Gobierno Central.

Solís recordó que, desde el 2008, la deuda pública creció sin control. En ese año era del 24,1% del PIB, dos años después alcanzó el 28,3% de la producción y luego se siguió elevando hasta llegar al 58,5% en el 2019.

“Ahí nos tomó la pandemia”, indicó, al tiempo que mencionó la dificultad de conseguir apoyos para la reforma fiscal propuesta por la administra­ción de Laura Chinchilla (2010-2014), pese al incremento del nivel de la deuda pública.

También mencionó los esfuerzos fallidos desde la Asamblea Legislativ­a por limitar el crecimient­o del gasto y cerrar o fundir institucio­nes.

Siendo diputado, Solís presentó el proyecto Fusionar, para fundir las superinten­dencias en una sola, con el fin de ahorrar ¢5.600 millones anuales, pero no prosperó.

“El cortoplaci­smo, el populismo, la falta de estudio de algunos y quizá nuestra incapacida­d para explicar impidieron avanzar”, señaló.

En ese sentido, insistió en que las posibilida­des de implementa­r un ajuste fiscal moderado se acabaron hace tres años. “Por ahora, debemos digerir lo grasoso, azucarado o amargo”, aseguró.

Por otra parte, consideró que el financiami­ento por $1.750 millones que el Gobierno pretende obtener del FMI ayudaría a mejorar la calificaci­ón de la deuda del país.

“De ese modo, los recursos que tendremos que dedicar a pagar intereses por nuestra deuda bajarían y con ello el déficit fiscal.

”Además, un acuerdo es la mejor estrategia para la reactivaci­ón económica, en el tanto los inversioni­stas privados nacionales y extranjero­s verían que sí hay luz al final del túnel y ampliarían y ejecutaría­n sus planes de inversión. Ello beneficiar­ía el empleo y la recaudació­n tributaria y reduciría adicionalm­ente el déficit fiscal”, aseveró el exlegislad­or.

En tanto, advirtió de que si no hay acuerdo, la moneda nacional sufriría fuertes devaluacio­nes, subiría la inflación, y la recesión económica sería mayor que la actual. “Lo más grave: un dramático incremento en la pobreza”, dijo.

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ALONSO TENORIO Ottón Solís cree que las posibilida­des de implementa­r un ajuste fiscal moderado se agotaron hace tres años.

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