Ciclo de 9 años en Rincón de la Vieja hace descartar erupción devastadora
La erupción que este martes, a las 10:54 a. m. lanzó sedimentos volcánicos a dos kilómetros de la laguna, en el volcán Rincón de la Vieja, es parte de las exhalaciones entre moderadas y débiles que han estado presentes en lo que va del año.
El material fue lanzado de forma un poco más violenta que la semana pasada y fue a dar al noroeste, pero, como no hay vecinos cerca, nadie ha brindado reportes de olor azufre, ni caída de ceniza.
Con esas características, Javier Pacheco, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), afirma que lo que podría esperarse como punto máximo de este ciclo de nueve años, que empezó en el 2011, sería similar a la erupción freatomagmática que hubo en 1995.
“Erupciones como la de 1995 no son grandes, con respecto a lo que ese volcán es capaz de hacer, según sus registros geológicos, pero eso es lo que se estima en este momento, con base en lo ocurrido a partir del 2011”, explicó.
Hasta ahora no ha mostrado signos de algo mayor y lo que se nota es un vaivén entre la liberación de energía parcial y la posterior entrada en relativos reposos cortos, de manera cíclica, agregó.
Antecedente.
El científico recordó que hace 25 años el coloso arrojó cenizas a varios kilómetros de altura y el material bajó en flujos de lodo por ríos y quebradas, hasta dañar puentes y carreteras, pues a su paso por Buenos Aires y otras zonas del distrito de Aguas Claras, Upala, viajó a más de 90° Celsius.
Esa vez hubo bloques balísticos incandescentes y la actividad se mantuvo por varios días.
“Definitivamente hay un cuerpo magmático que desde el 2011 se estaciona en un reservorio o cámara magmática y que puede estar a dos kilómetros hacia abajo de la cima”, argumentó el experto.
Desde ahí es donde a juicio del científico suben burbujas de gas hasta la superficie y en su contacto con el sistema hidrotermal generan las erupciones que vemos.
De acuerdo con Pacheco, la actividad de anteayer fue muy superficial y por eso logró levantar sedimentos desde el fondo del lago y lanzarlos incluso hasta cimas cercanas.
Recordó que la semana pasada también hubo dos erupciones un poco más pequeñas y que han sido constantes en los últimos meses, aunque a veces no se ven por lo nublado del tiempo.