Reducción del gasto
Como un fantasma, carente de alma y cuerpo, la idea de un impuesto al débito bancario recorrerá pronto los pasillos oscuros de la Asamblea Legislativa. Esto es, ni más ni menos, que el garrafal error que han cometido otros países de gravar toda transferencia bancaria relacionada con el pago de bienes y servicios. Es encarecer más el precario nivel de vida de los costarricenses.
La imposición de esta tasa, que gravaría todas las transacciones bancarias, va en contra del proceso moderno de transformación digital que propicia una mayor bancarización y que las personas lleguen en un futuro a utilizar menos el dinero en efectivo.
El problema del déficit no se arregla con más impuestos descabellados, la solución es reducir el gasto corriente del Estado.
Mario Herrera Flores
Alajuela