Debate vicepresidencial
La edad de los candidatos presidenciales no es asunto menor. Donald Trump tiene 74 años y el aspirante Joe Biden, 77; además, el contagio del presidente del virus causante de la covid-19 provocó en el electorado una sensación de urgencia en prestar especial atención a los vicepresidentes, porque podrían asumir el cargo si el mandatario llegara a fallecer.
Nunca como en esta elección ha prevalecido el sentimiento sobre la trascendencia de observar la figura de los compañeros de fórmula del presidente Trump y el exvicepresidente Biden.
La conclusión del debate es uno a uno. Ambos candidatos poseen el carácter y la preparación no solo para ocupar la vicepresidencia, sino también para hacerse cargo de la difícil responsabilidad de tomar las riendas de los Estados Unidos.
Un refrescante intercambio de ideas de fondo cuya única mancha fue el desempeño de la moderadora, quien quedó en deuda en el justo respeto de las reglas convenidas.
El debate reflejó lo mejor de cada aspirante y rompió con la caótica dinámica del primer encuentro presidencial. Discusión de altura que denotó las diferencias de fondo entre las propuestas de las fórmulas presidenciales en las líneas partidarias.
Como mujer, me siento orgullosa del desempeño de Kamala Harris, primera afroamericana de origen asiático que rompe paradigmas. Se desempeñó con éxito y mostró tener los atributos para ejercer la presidencia.
En el debate, a diferencia de las tres oportunidades anteriores en que una mujer aspiró a la vicepresidencia, no estuvo en juego su capacidad y, por ello, se evalúan sus ideas de fondo; sólidas, por cierto. Sin duda, un histórico avance.
El vicepresidente Mike Pence se vio como un vital balance de la personalidad y desempeño del presidente Trump. Prudente y avezado, con claridad en los temas, resaltó su prudencia y especial humanidad. Mi única crítica es su irrespeto reiterado por el tiempo en el uso de la palabra, tolerado por la moderadora.
En momentos de tanta incertidumbre y preocupación, el desempeño de Kamala Harris y Mike Pence refrescan y reafirman un buen intercambio de ideas, lo cual ayuda al electorado a decidir libremente en torno a cada una de las propuestas.