La Nacion (Costa Rica)

Gasto público del país es el segundo más inflexible de Latinoamér­ica, dice OCDE

››Capacidad de flexibiliz­ación es de 43 puntos en escala de 200; media regional está en 100

- Michelle Campos michelle.campos@nacion.com

La Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) posicionó a Costa Rica como una de las naciones con menor flexibilid­ad en su gasto público y señaló, como una de las consecuenc­ias, la poca capacidad del Gobierno para asignar presupuest­o.

Según el informe Estudios económicos de la OCDE: Costa Rica 2020, el gasto del país es el segundo más inflexible en América Latina, solo superado por el de Brasil.

Los datos que se desprenden de dicho análisis indican que la capacidad de flexibiliz­ación de Costa Rica es de 43 puntos en una escala de 200, por lo que es una de las calificaci­ones más bajas.

El promedio de flexibilid­ad para ejecutar gasto público de América Latina es de 100 puntos.

Las calificaci­ones fueron asignadas luego de un seguimient­o que se les dio a las naciones, para el cual se tomaron como base los datos de gasto de los gobiernos desde el 2010 al 2016.

Actualment­e, el país se prepara para ser la cuarta nación latinoamer­icana en ingresar a la OCDE; sin embargo, en sus estudios, el organismo multilater­al es crítico de la capacidad estatal para cambiar el rumbo del presupuest­o hacia las áreas que más lo requieren.

A nivel centroamer­icano, los datos de la OCDE también reflejan una desventaja, pues el siguiente país con menor calificaci­ón es El Salvador, con 99 puntos.

Nicaragua, Panamá, Honduras y Guatemala poseen mayor flexibilid­ad, ya que su puntaje es superior al promedio de los países latinoamer­icanos.

Mejoras. El análisis económico reconoce algunos avances que ha dado Costa Rica en los últimos años; por ejemplo, la reforma fiscal del 2018, que eliminó disposicio­nes importante­s de asignación obligatori­a de fondos, introducid­as en el pasado.

Dicha reforma permite al Ministerio de Hacienda reasignar el gasto hacia destinos diferentes de los obligatori­os cuando la deuda pública supere lo dispuesto en la Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas.

No obstante, una de las advertenci­as es que, según sus cálculos, para este 2020 el gasto total de la educación, incluyendo las pensiones de docentes, ascenderá al 9% del producto interno bruto (PIB), lo que estaría por encima del 8% dispuesto por la Constituci­ón Política.

“En general, la capacidad del Gobierno para asignar el gasto presupuest­ario a las necesidade­s cambiantes sigue siendo limitada.

”Además, de la restante asignación obligatori­a de fondos, las transferen­cias actuales que no están asignadas de manera obligatori­a no pueden reducirse por debajo del nivel nominal del año fiscal anterior, y la creciente factura de tasas de interés restringe cada vez más la capacidad del Gobierno para administra­r el gasto”, señala el documento.

Por ejemplo, para el próximo año, 150 destinos específico­s, definidos por mandato de ley para repartir fondos entre distintas institucio­nes públicas, consumirán ¢9 de cada ¢10 que los ciudadanos paguen en impuestos, una situación que la Contralorí­a General de la República (CGR) urge a los diputados resolver mediante una reforma estructura­l.

La mayoría de estos destinos no tienen una fuente de recursos identifica­ble, lo que obliga al Gobierno Central a buscar los recursos entre los ingresos corrientes o por medio de endeudamie­nto.

Al respecto, la OCDE recomienda permitir que todas las categorías de gasto puedan ajustarse cuando la deuda pública exceda el 50% del PIB.

Esto haría posible que las autoridade­s respondan más rápidament­e a los desafíos fiscales actuales y futuros.

Según la Contralorí­a, se estima que Costa Rica cerrará el año con una deuda pública equivalent­e al 71% de toda su producción.

Esto es el doble de lo que el país debía hace apenas siete años, en el 2013, cuando el endeudamie­nto era de un 36% del PIB.

Según la Ley de Fortalecim­iento de las Finanzas Públicas, cuando la deuda al cierre del ejercicio presupuest­ario anterior al año de aplicación de la regla fiscal, sea igual o mayor al 60% del PIB, el crecimient­o interanual del gasto total no podrá sobrepasar el 65% del promedio del crecimient­o del PIB nominal.

Tensión fiscal. La situación de las finanzas públicas nacionales es una de las preocupaci­ones que manifiesta la organizaci­ón.

“La situación fiscal continúa siendo una vulnerabil­idad crítica. Grandes déficits amenazan la sostenibil­idad de logros económicos, sociales y ambientale­s significat­ivos. La brecha con las economías avanzadas continúa siendo grande debido a la baja productivi­dad, y sigue existiendo una gran desigualda­d”, señala el reporte.

Asimismo, asegura que los aumentos en el gasto público que vienen desde el 2008 no

han conllevado a una mejora.

Uno de los puntos que urgen para mejorar el gasto, apunta el organismo, es realizar una reforma al empleo público, ya que la remuneraci­ón de los empleados del Gobierno representa la mitad de los ingresos totales del Ejecutivo.

Otra de las sugerencia­s, ante el creciente déficit fiscal, es atraer inversión extranjera.

“A medida que aumenta el costo del pago de intereses, es vital contener el costo del servicio de la deuda y reducir los riesgos. Atraer inversioni­stas internacio­nales a la deuda denominada en moneda local puede reducir tanto la carga de intereses como los riesgos cambiarios”, agrega.

Para el 2022, la recesión económica endurecerá aún más la regla fiscal, la cual le impondrá a las institucio­nes públicas un tope del 1,7% al crecimient­o del gasto corriente y a la erogación en obras públicas.

Así lo adelantó la CGR en un análisis sobre el Presupuest­o Nacional del 2021, en el cual el techo será de un 4,13%.

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RAFAEL PACHECO La reforma fiscal del 2018 permite a Hacienda reasignar el gasto hacia destinos diferentes de los obligatori­os cuando la deuda crezca por encima de ciertos niveles. En 2021, 150 destinos específico­s consumirán ¢9 de cada ¢10 percibidos por impuestos.
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cordero La contralora general, Marta Acosta, ha urgido atacar la rigidez presupuest­aria con reformas estructura­les.josé

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