‘El reglamento de vida silvestre topa con un desorden muy grande’
Jerarca admite ‘laxo manejo’ institucional de una gran cantidad de sitios con especies salvajes
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) confirmó la semana pasada que investiga a cuatro funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) por aparentes irregularidades graves.
Lo hizo a pedido de la Fiscalía General de la República, luego de denuncias civiles que la llevaron a detectar presuntos delitos como enriquecimiento ilícito, peculado, fraude de ley y tráfico de influencias en el Sinac en relación con su supervisión de la tenencia de vida silvestre en manos privadas.
Franklin Paniagua, viceministro de Ambiente, explicó por qué Costa Rica tiene tantos problemas y sitios de manejo de vida silvestre privados, cómo nació el desorden y qué sigue.
––¿Cómo llegamos a una discusión tan pública sobre sitios de manejo de vida silvestre y su reglamento, incluidas investigaciones en curso? —Esto es una película larga pero, en resumen corto y respuesta sencilla, todo arrancó con una reforma a la ley de vida silvestre en el 2012, que fue por iniciativa popular y procedente de grupos ecologistas. Incorpora una visión sobre la no presencia humana en la vida silvestre. Eliminó la cacería deportiva, por ejemplo.
”Sin embargo, tomó del 2013 al 2017 la preparación de su reglamento. Este no solo refleja una ley más avanzada sobre vida silvestre, sino que recoge un amplio desarrollo técnico de los últimos 30 años en su manejo de vida. Es más moderno y actualiza nociones e instrumentos con los cuales se trabaja”.
––¿Y por qué genera tantas fricciones?
—El reglamento se hizo con base en un proceso de diálogo que nunca es perfecto, para una integración completa de todas las opiniones. Siempre tienen un grado de imperfección, por lo cual inevitablemente hay siempre inconformidades, críticas y quejas. Y eso es lo que queda alrededor de algunos grupos que se oponen el reglamento y su aplicación.
”Esto explica los recursos de amparo en contra del reglamento que han sido desestimados y quienes se manifiestan en distintos foros y exponen una serie de críticas”.
––Sin embargo, observo que nadie ha atacado su rigurosidad técnica. Los dardos se vinculan a cómo aplicarlo. —Coincido. Ello explica el fenómeno de oposición y que tomara esa vitalidad reciente en la discusión pública; (sin embargo), desde la perspectiva técnica, la de biólogos y veterinarios, tenemos una buena norma, pero en el contexto que ya traíamos.
––¿Y cuál sería ese?
—Si vamos al pasado, vemos que en muchas de nuestras zonas rurales la agricultura perdió capacidad como generadora de riqueza y el turismo vino a sustituir esa capacidad. Pero esa actividad, en sus nichos más importantes, empezaron a ocuparla sobre todo inversores extranjeros con recursos.
––¿Y los costarricenses? —También, pero uno de los lugares donde los costarricenses ocuparon un sitial en el negocio del turismo fueron al principio sitios de manejo de vida silvestre. Muchos biólogos subrayan que Perú, con un territorio gigantesco en comparación a Costa Rica, apenas tiene 25 a 30 sitios de vida silvestre, mientras que en Costa Rica hay casi 270. Esto fue en gran medida por el negocio del turismo.
––Y sitios no necesariamente actualizados en cuanto a pautas modernas de vida silvestre. —Bueno, creo que un elemento importante es que, por descuido y falta de una normativa técnicamente rigurosa, abrimos como institucionalidad una ventana que volvió muy barato ingresar en el turismo con uso de vida silvestre. Por eso tenemos tantos lugares y de forma tan repartida por el país. Entonces, se observan hoteles con su jaulita de animales
“Debemos cambiar nuestro enfoque de control casi policial a uno de fomento y apoyo, servir como facilitadores. Es la intención para sitios de manejo de vida silvestre”.
para sus visitantes.
––¿El tema de vida silvestre nunca fue prioridad en el Ministerio?
—Esa es una de las cosas que buscamos superar. Nuestro Sistema Nacional de Áreas de Conservación siempre ha adolecido de falta de recursos, limitaciones presupuestarias y recurrentes problemas de gestión con reiterados superávits que reflejan una incapacidad de ejecución. Y en ese contexto de limitaciones e imperfecciones, pues se priorizan las zonas protegidas y, dentro de estas, los parques nacionales.
”Por eso el tema de vida silvestre ha estado rezagado siempre al momento de elegir a qué darle atención en medio de ciertas limitaciones”.
––¿Cuándo se empieza la admisión del problema?
—En ese proceso del desorden generado, la ley es un punto de quiebre y el reglamento del 2017 es el siguiente punto de inflexión. El reglamento topa con un desorden muy grande. Entonces, el costo de ordenar, de aplicar el reglamento, es ahora alto y cuesta más porque hay una curva de mejora bien elevada por superar.
––¿Por dónde empezar? —Vamos a reforzar con personal porque tenemos que ponernos al día con la Fiscalía y con los trámites ligados al cumplimiento de requisitos de estos sitios de manejo. Tenemos que pasar de un desorden a un cumplimiento de normas rigurosas.
”E insisto, hay una cuota de responsabilidad institucional, no es tanto que hay funcionarios corruptos –aunque puede que lleguemos a ese extremo–, pero es sobre todo un asunto del laxo manejo de estos lugares de nuestra parte por muchos años y el hecho de que el manejo de vida silvestre se volvió un trampolín de costo inicial bajo para entrar en la economía turística”.
––¿Y por qué es importante ordenar estos sitios?
—Te pongo un ejemplo bien grave. Descubrimos que la mayoría de personas que llevan estos sitios no son profesionales. Son personas que, por pasión o negocio o ambas, se metieron en esto; en general, pequeños empresarios.
”Entonces pasa, por ejemplo, que desde los años 90 un señor de apellido Otoya, en Los Ángeles de Río Cuarto, empieza a reunir lapas verdes y rojas que terminan apareándose. Esta reproducción genera especímenes mezclados o híbridos. En términos de conservación de las lapas verdes y rojas, es gravísimo”.
––¿Por qué?
—Porque son especies por completo diferentes, pero ahora tenés un híbrido de ambas que se reproduce. Eso te desvirtúa la población natural de las dos especies de lapas (...).
––¿Cuál sería el mensaje del Minae a dueños de sitios con fauna silvestre cautiva?
—Lo último que el Minae puede desear es afectar a gente que tiene esto como medio de vida. Además, tenemos intención de evitar cierres y generar un orden acorde al reglamento (...). Para nosotros es clave asumir nuestra cuota de responsabilidad y tratar de reorganizar todo el sector para que esos sitios sean seguros para sus visitantes, la salud pública, la vida silvestre y la economía.