Decepcionante
La Selección pierde otra vez 1 a 0 ante Panamá
Quienes piensan que los dos fogueos de la Selección de Costa Rica ante Panamá fueron un desastre y las dos derrotas por 1 a 0 dan para encender las alarmas, no son del todo certeros. Por el contrario, los amistosos son muy valiosos y reveladores: la oportunidad se esfumó para muchos.
Más allá del funcionamiento colectivo de la Nacional, de si produjo en ofensiva y fue ordenada en defensa, lo más importante y significativo de estas caídas es que la gran mayoría de los 22 convocados del medio local le abrieron los ojos a Rónald González. Esta vez le demostraron que no son una alternativa confiable para la Tricolor y que aún no están del todo listos para competir o ser recambios para los habituales.
Es una realidad que no se puede descartar del todo a un futbolista en dos compromisos, no obstante, las oportunidades en el fútbol pasan solo una vez y en un combinado patrio tal vez hasta menos.
No hay espacio para quejas, los citados tuvieron su chance y a lo mucho Minor Álvarez, por tractos Yeltsin Tejeda y con chispazos Jeikel Venegas, Ricardo Blanco y Maricio Núñez dejaron cierto sabor agradable; el resto regresarán a sus clubes con el gran lamento de ser responsables de su destino.
Óscar Duarte, único legionario en esta ocasión, fue el más destacado, aunque siendo realista, su sitio no está en discusión.
Volviendo al tema de fondo, González lo advirtió en la previa, esta era la última posibilidad de ganarse un sitio y para noviembre vendrán quienes son los llamados a cargar con el peso de la eliminatoria.
Las excusas no valen, el contrincante estaba igual o peor: con su liga suspendida desde el inicio de la pandemia, sin muchos de sus legionarios y aún así, funcionó mejor individualmente y con un esquema que aplicó con más entrega y sacrificio.
El balance es relevador, tras dos fogueos con dos derrotas: sin anotar un solo gol, con pecados constantes en definición y con dos tantos en contra de un adversario que llegó a cuenta gotas y fue efectivo; lo que dicta el fútbol moderno.
Intentos en vano. Rónald presentó tres cambios con respecto a su alineación anterior ante los canaleros: Ariel Soto, Yostin Salinas y Osvaldo Rodríguez tomaron el lugar de Keyner Brown, Jeikel Venegas y John Jairo Ruiz. Sin embargo, el cambio más significativo fue en el parado táctico de inicio y la disposición para atacar.
El timonel colocó un 1-35-2, con el objetivo de que los volantes laterales se sumaran constantemente a la ofensiva y también para contar con más hombres en la presión y la elaboración. Sin embargo, esto no se tradujo en las llegadas elaboradas que se pretendían o en más duelos y combinaciones, sino que la Nacional
intentó llegar directo o con centros.
Por lapsos parte de lo que dispuso el estratega se cumplió: las líneas estuvieron coordinadas para limitar la posesión del rival, la presión tras perdida fue eficiente. Además, los envíos al área o los trazos largos se dieron, aunque sin claridad o ventaja para los delanteros.
La Sele terminó la etapa inicial con 12 llegadas que generaron algo (centro o remate), tres disparos directos (uno al palo) y uno desviado. Así mismo, la pelota estuvo mayoritariamente en su control.
Eso sí, los canaleros cedieron la iniciativa, pero no por esto fueron presas dóciles. Su disposición fue muy clara, con un bloque bajo compacto, intensidad en la marca y salidas rápidas al momento de tener la esférica en sus pies. Es más, la primera vez que estuvieron en peligro real fue el minuto 19, tras un tiro libre que conectó Óscar Duarte.
El segundo fue el intento que se estrelló en el vertical de Mauricio Núñez, en el 30’ y el tercero fue un derechazo de Marvin Angulo, en el 36’. Estos fueron los únicos momentos de apremio verdadero.
Este recuento evidencia uno de los grandes males y que radica en la falta de un delantero consolidado, con gol o que al menos sea una buena opción. No hay solución a esto ni con los legionarios.
En contra parte, la producción de Panamá fue más eficiente que cuantiosa. Un único intento al arco valió para llegar al gol, mismo que llegó como dicta el libreto de una eliminatoria y para un equipo que sabe que debe recuperar y sacar provecho a las contras.
César Yanis montó el desborde, centró para Jorman Sánchez y este dejó pasar la redonda para que Abdiel Ayarza concretara en el 37’.
A partir de acá todo cambió, desde el libreto de González, hasta los hombres en la cancha y la ansiedad caló en los ticos. En contra parte, el adversario se sitió más cómodo.
El timonel nacional probó con el 1-4-2-3-1 y luego con el 1-4-41, pero nada. Es más, ni los cambios de nombres valieron. La Tricolor entró en desesperación y perdió claridad.