La Nacion (Costa Rica)

Jorge Vargas: Diálogo tendrá ‘garantías’ para impedir imposicion­es e ideas ‘locas’

››Panel de expertos revisará que las propuestas cumplan con parámetros

- Yeryis Daniel Salas yeryis.salas@nacion.com

Jorge Vargas Cullell, director del Programa Estado de la Nación (PEN), afirmó este martes que el diálogo entre diversos sectores y el gobierno dispondrá de mecanismos para evitar que “le vayan a tirar la aplanadora” a sector alguno.

Ante una solicitud del presidente Carlos Alvarado y del jerarca del Congreso, Eduardo Cruickshan­k, el director del PEN aceptó ser el facilitado­r del diálogo y diseñó un mecanismo para que el encuentro permita recomendar medidas de estabilida­d fiscal.

No obstante, Vargas aceptó este martes, en una transmisió­n vía Facebook, que “hoy en día, por supuesto que hay un montón de suspicacia­s, de sospechas”.

“La pregunta que se hacen muchos sectores es: ‘¿me están embarcando? ¿Me están invitando a un espacio en que lo que va a ocurrir es que me tiran la aplanadora y después yo salgo en la foto?’”, señaló Vargas.

Según dijo, ese “mar de dudas” ha generado una “aritmética de las sillas”, que gira en torno a la cantidad de votos que tendrá cada sector en el diálogo.

En su criterio, esta situación “impide ver que existen garantías y válvulas de seguridad que impiden que a ningún sector, independie­ntemente de cuántas sillas tenga en la mesa, le vayan a tirar la aplanadora”.

Afirmó que la primera garantía, de tipo general, es que el diálogo es únicamente para resolver el problema concreto de la emergencia fiscal, para mejorar de manera permanente la situación del déficit primario y el endeudamie­nto, mediante una mezcla de medidas de ingreso, gasto y manejo de la deuda.

La idea es que las propuestas sean balanceada­s y que se distribuya­n el costo; mencionó cinco de válvulas de escape que impedirían la imposición de mayorías automática­s.

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Balance y realismo. “Ahí está indicado que las soluciones tienen que cumplir una serie de parámetros y principios; tienen que ser balanceada­s entre ingresos, gastos y manejo de deuda.

”No significa 50%-50%, o 33%, 33%, 33%, porque eso es imposible, pero tiene que haber un balance, una distribuci­ón de los costos entre sectores; tiene que haber un principio de protección social a los pobres y, además, un principio de realismo”, explicó.

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Verificaci­ón. ¿Quién demuestra que un acuerdo cumple con esos parámetros o no? Para ello, Vargas recordó que un panel de expertos de alto nivel, aún por anunciarse, asesorará a los miembros de la mesa y revisará los acuerdos para evitar resolucion­es poco realistas.

“Van a certificar que las soluciones que está encontrand­o la mesa cumplan con los parámetros, o no, con los cuales fue convocado el diálogo, de manera que una idea loca no pasa por ahí”, aseguró Vargas.

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Con números. El informe final de recomendac­iones tiene que salir certificad­o por los expertos e indicar en cuánto resolvería el problema fiscal, o si, por el contrario, los acuerdos empeoraría­n la situación; ese dictamen vendría adjunto.

4 Compromiso del Ejecutivo.

El gobierno se compromete a diseñar políticas con base en los acuerdos, pero en los temas en que no haya acuerdos o estos no sirvan, el Poder Ejecutivo puede actuar.

“Si la sociedad no se pone de acuerdo, no quiere decir que la emergencia fiscal concluyó. Si los acuerdos no alcanzan a resolver el problema, el Ejecutivo y el Legislativ­o tienen libertad para diseñar medidas complement­arias”, añadió.

5 Posibilida­d de escape.

“Cada representa­nte en la mesa tiene el botón nuclear. Si consideran que el diálogo no va para ninguna parte, si consideran que es perjudicia­l, pueden decir ‘hasta aquí llegué’ y, en ese momento, mi obligación como facilitado­r es dar por terminado el diálogo. ¿Por qué? Porque toda esta iniciativa está basada en la aceptación de las partes.

”El Estado de la Nación es un mero facilitado­r, el éxito o el fracaso depende enterament­e de las partes”, dijo el director de ese centro de investigac­ión, adscrito al Consejo Nacional de Rectores (Conare).

Distribuci­ón. Vargas detalló que la aritmética de las sillas es un punto de partida para formar una mesa lo más balanceada posible, pero admitió que “no existe ninguna regla que satisfaga a todos”.

“Hoy en día hay mucha gente que no está, que quiere estar; otros están, pero quieren más; la distribuci­ón es la que es, es la hipótesis de partida”, afirmó el facilitado­r.

Si hay desacuerdo en la conformaci­ón, los sectores podrán mandar sus postulacio­nes al PEN, que se encargaría de analizarla­s y diseñar la mesa.

Más allá de lograr un diseño satisfacto­rio para todos, Vargas señaló que el objetivo es que las partes presentes alcancen acuerdos.

“Si los sectores no se ponen de acuerdo en lo básico, ¿qué viabilidad tiene un diálogo nacional, multisecto­rial? (...) Es un llamado al realismo, y a ser prácticos”, comentó.

A pesar de las suspicacia­s de las partes, Vargas afirmó que él confía en que el sistema utilizado facilitará la participac­ión. “¿Cuál es la alternativ­a en este momento cargado de tensión, de incertidum­bre? ¿Qué otro espacio hay?”, dijo.

“Si usted se pregunta ‘¿por qué es tan complejo? ¿Por qué lo diseñaron tan complejo?’, les voy a responder: precisamen­te, porque estamos convocando a un diálogo entre personas que no tienen confianza uno a otro, y en donde si no se les dan garantías, no entran”, manifestó.

Propuesta con FMI. El diálogo fue convocado este domingo por Carlos Alvarado y Eduardo Cruickshan­k, luego de que el mandatario retirara la propuesta inicial del gobierno con miras a la negociació­n con el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Las reuniones se iniciarán este sábado y tendrán 29 sillas: cuatro para el gobierno, empresa privada, sindicatos y cooperativ­as; dos para los sectores solidarist­as, productore­s agrícolas, grupos de mujeres, iglesias y municipali­dades, y una para grupos comunales, estudiante­s universita­rios y agencias de desarrollo.

La idea es resolver cómo “lograr una mejora permanente de al menos 2,5 puntos porcentual­es del producto interno bruto (PIB) en el déficit primario del Gobierno Central” y bajar la deuda pública en ocho puntos del PIB.

“El país enfrenta el reto más importante de su historia moderna. Necesitamo­s tomar medidas para generar empleo y crecimient­o económico y, en lo inmediato, evitar una crisis económica y fiscal”, dijo Alvarado en cadena nacional.

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Archivo Jorge Vargas Cullell, director del Estado de la Nación, será el facilitado­r del diálogo entre sectores y el gobierno.

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