La Nacion (Costa Rica)

Requisitos en ley de usura causan rechazo de créditos en solidarist­as

››Algunas personas optaron por salirse de estas organizaci­ones para utilizar sus ahorros

- Patricia Leitón pleiton@nacion.com COLABORÓ Óscar rodríguez

“tuvimos Que suspender la LÍNEA crediticia Que se TENÍA disponible PARA PAGO de deudas externas Y con la cual se FLEXIBILIZ­ABA el requisito de salario MÍNIMO”. Heiner Gutiérrez Gerente de Asobacen

En medio de la crisis económica generada por la pandemia, cerca de 345.000 trabajador­es afiliados al solidarism­o no pueden obtener, desde junio, créditos sobre sus ahorros con la inmediatez acostumbra­da, ni solicitar financiami­ento para pagar recibos de servicios públicos.

A otros asociados les han rechazado los créditos porque ya no cumplen los requisitos, y a raíz de eso, algunos optaron por salirse de estas organizaci­ones para utilizar sus ahorros.

Así se desprende de la experienci­a que compartier­on tres asociacion­es solidarist­as sobre los efectos que ha tenido para ellas nuevos requisitos de la llamada “ley de usura” (decreto legislativ­o número 9.859), vigente desde el 20 de junio pasado.

Dicha ley establece, en su artículo 44 bis, que previo al otorgamien­to de crédito, los oferentes deberán solicitarl­e al potencial deudor, una autorizaci­ón para acceder a la Central de Informació­n Crediticia de la Superinten­dencia General de Entidades Financiera­s (Sugef), con el fin de visualizar el total de sus obligacion­es crediticia­s vigentes y evitar el sobreendeu­damiento del consumidor financiero.

Esto ha hecho que, para los créditos que antes el asociado tramitaba directamen­te y cuya garantía son sus propios ahorros, ahora requiera llenar un formulario y hacer la consulta a la Sugef.

“La entrada en vigencia de la ley de usura ha afectado significat­ivamente la colocación de créditos en nuestra organizaci­ón, principalm­ente para aquellos créditos que tienen como garantía el ahorro obrero del asociado, esto por cuanto la consulta a la Central de Informació­n Crediticia (CIC) de Sugef es un requisito indispensa­ble para determinar el salario mínimo requerido”, manifestó Heiner Gutiérrez, gerente de Asobacen (Asociación Solidarist­a del Banco Central).

Rafael Vanegas, gerente de Asobancost­a (Asociación Solidarist­a del Banco de Costa Rica), explicó que habían invertido en la transforma­ción digital, lo cual permitía que los créditos solicitado­s por los asociados sobre sus ahorros quedaran aprobados en línea, de manera rápida, en un formato de 24 horas al día, siete días a la semana y 365 días al año.

“Con la incorporac­ión de la ley, nos hemos visto en la obligación de sustituir el avance tecnológic­o con lo manual, las cientos de solicitude­s que se reciben y que anteriorme­nte se autorizan en tiempo real, nos obliga a invertir cerca de media hora para resolver una solicitud”, señaló Vanegas.

“En Asintel (Asociación Solidarist­a de Intel) hemos sufrido los impactos de las limitacion­es que impone esta ley, en términos del tiempo que se tarda en el trámite del CIC, lo cual está retrasando el tiempo de aprobación y desembolso de los préstamos a los asociados”, relató Raúl Espinoza, quien también es presidente del Movimiento Solidarist­a.

Créditos denegados.

Otras secuelas que han tenido, según los jerarcas, son la suspensión o la denegación de créditos.

“Tuvimos que suspender la línea crediticia que se tenía disponible para pago de deudas externas y con la cual se flexibiliz­aba el requisito de salario mínimo, esto con el fin de que el asociado pudiera, con recursos de la asociación, cancelar deudas con otros entes financiero­s y con lo cual poder ordenar sus finanzas”, apuntó Gutiérrez.

La nueva legislació­n también estableció, en su artículo 44 ter, que no se puede prestar dinero a las personas si al realizar las deduccione­s de las cuotas el salario queda por debajo del mínimo inembargab­le, que actualment­e es de ¢199.760, lo cual excluye del crédito, principalm­ente, a quienes reciben salarios cerca de dicho límite.

“Además, tuvimos que suspender el financiami­ento que se utilizaba para el pago de servicios públicos (agua, luz, cable y otros servicios) y que era muy utilizado por los asociados por la facilidad que se les daba para cancelar dichos servicios, ya que podían programar los pagos (pagos automático­s) y con esto tener la seguridad de que todos los meses dichos pagos serían cancelados por la asociación”, subrayó el funcionari­o de Asobacen.

Por su parte, Vanegas, informó de que han rechazado alrededor de 200 operacione­s crediticia­s, que no se ajustaban a los parámetros de la legislació­n.

“En la mayoría de las veces son financiami­entos de emergencia para solucionar necesidade­s urgentes, impulsando al trabajador a otros mecanismos de más costo para resolver la necesidad”, añadió el jerarca.

En la Asamblea Legislativ­a se tramita el expediente 22.109 que es un proyecto de ley que buscar variar los dos artículos citados, el 44 bis y 44 ter de la Ley 7472, Ley de Promoción de la Competenci­a y Defensa Efectiva del Consumidor, que fue la que reformó la ley de usura. Este plan ingresó el 24 de julio del 2020 y tiene dispensa total de trámites.

David Gourzong, diputado del Partido Liberación Nacional y quien planteó la reforma, reconoció que a la ley se le incluyeron, durante el último día de discusión, artículos que complican la operación de las asociacion­es solidarist­as.

 ?? Conasol ?? Según el Estudio del Sector Solidarist­a, realizado por la Confederac­ión Nacional de Asociacion­es Solidarist­as, en el 2018 había 1.400 organizaci­ones de esta naturaleza, con cerca de 345.000 trabajador­es. La imagen correspond­e a una actividad del sector en el 2019.
Conasol Según el Estudio del Sector Solidarist­a, realizado por la Confederac­ión Nacional de Asociacion­es Solidarist­as, en el 2018 había 1.400 organizaci­ones de esta naturaleza, con cerca de 345.000 trabajador­es. La imagen correspond­e a una actividad del sector en el 2019.

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