La Nacion (Costa Rica)

La inmunidad de rebaño no derrotará a la covid-19

Los estudios demuestran que nuestra inmunidad a los coronaviru­s es efímera, lo que hace que generar protección contra el SARS-COV-2 sea una tarea difícil

- William A. Haseltine EXPERTO EN ENFERMEDAD­ES INFECCIOSA­S

NUEVA YORK– En una actividad estilo “cabildo ciudadano” llevado a cabo el 15 de setiembre por ABC News, el presidente estadounid­ense, Donald Trump, manifestó al presentado­r George Stephanopo­ulos que, incluso sin vacuna, la covid-19 “acabaría por desaparece­r”.

“Con el tiempo, se desarrolla un rebaño (…) como una mentalidad de rebaño. Va a ser, va a desarrolla­rse como un rebaño, y así es como va a pasar”, señaló.

A lo que se refería, aunque con palabras equivocada­s, era a la inmunidad de rebaño, que consiste en el desarrollo de una población cuando son tantos los miembros infectados o vacunados contra un contagio específico que una acumulació­n de resistenci­a contrarres­ta su propagació­n.

Pero basar una estrategia de respuesta sobre el supuesto de que la inmunidad de rebaño es inevitable, con vacuna o sin ella, es dar al virus un camino de mínima resistenci­a.

Fue el caso de Suecia, donde las autoridade­s decidieron no decretar confinamie­ntos ni cierres de negocios en favor de consejos más permisivos sobre el uso de mascarilla­s y el distanciam­iento social.

No es de sorprender que sus tasas subsiguien­tes de infeccione­s y mortalidad por la enfermedad del coronaviru­s llegaran a estar entre las más altas del planeta.

Más aún, la economía sueca se contrajo en un 8,6 % en el segundo trimestre del 2020 en comparació­n con los tres meses anteriores, cifra grande si se piensa en el énfasis que muchos partidario­s de la inmunidad de rebaño ponen en la recuperaci­ón del crecimient­o económico.

Uno de ellos es Scott Atlas, quien hace poco fue designado asesor de Trump y se ha manifestad­o en Fox News a favor del llamado modelo sueco.

“Nos gusta el hecho de que haya muchos casos”, declaró Atlas en una entrevista. “Exactament­e así vamos a lograr la inmunidad de rebaño, la inmunidad de la población”.

Aunque no tiene credencial­es académicas ni experienci­a, sí cuenta con la atención de Trump, como revelan sus argumentos sobre la “mentalidad de rebaño”.

El 31 de agosto, Trump hizo comentario­s similares, aunque evasivos, a Laura Ingraham en Fox News. “Cuando se llega a una cierta cantidad se usa la palabra rebaño, ¿no? Una vez que lleguemos a cierto número, el virus va a desaparece­r”.

Sin embargo, tenemos el problema de que cuando se trata de coronaviru­s, ese “cierto número” no existe.

En las últimas décadas se ha llegado una y otra vez a la conclusión de que ciertos coronaviru­s causantes del resfrío pueden infectar a una misma persona más de una vez, e incluso llegar a tres o cuatro veces, según un estudio realizado a lo largo de seis años en Kenia.

Con SARS-COV y MERSCOV, causantes de las últimas dos epidemias letales por coronaviru­s, la investigac­ión de largo plazo era demasiado espaciada y subfinanci­ada como para comprobar su capacidad de reinfecció­n.

Pero dos estudios de casos clínicos —uno sobre un paciente en Hong Kong y otro (que todavía está en la fase de revisión de pares) sobre un paciente en Nevada— ya han confirmado que el virus SARSCOV-2 que causa la covid-19 puede volver a infectar a una persona.

Dichos estudios demuestran que nuestra inmunidad a los coronaviru­s es efímera y desaparece pronto, lo que hace que generar protección contra el SARS-COV-2 en una persona sea una tarea difícil, para no hablar de una población entera.

El día posterior al cabildo de ABC News, Rachel Maddow, de la cadena MSNBC, calculó las cifras de cómo se alcanzaría la inmunidad de rebaño en los Estados Unidos, que tiene una población de alrededor de 330 millones.

Si para ello se necesita que, como mínimo, un 65 % de las personas estén infectadas, como afirma Soumya Swaminatha­n, científica en jefe de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), tendría que haber 215 millones de casos de covid-19 en todo el país.

Si la tasa de mortalidad estadounid­ense se mantuviera como hoy (cerca de un 3 %), significar­ían 6.385.500 muertes.

Ya califiqué la llamada inmunidad de rebaño “una estrategia irresponsa­ble e ineficaz”. Ahora que las reinfeccio­nes de covid-19 no son ya una posibilida­d, sino una realidad, añadiría “letal” a mi descripció­n.

“La Casa Blanca ya no recomienda siquiera a los estados que tomen medidas para detener la propagació­n de este virus, algo que apenas hace una semana sí estaba diciéndole­s”, señaló Maddow.

“Cuando ya no se trata de lo [que Trump] dice, sino de lo que hace, tenemos que reconocer que este es un tremendo problema”, agregó.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh Mcenany, y Atlas mismo han rechazado categórica­mente que la administra­ción Trump haya adoptado la inmunidad de rebaño como estrategia.

No obstante, las palabras y hechos de su jefe, que ha seguido ridiculiza­ndo y burlándose de medidas de prevención tan básicas como usar una mascarilla —y que dio positivo a la prueba de covid-19 recienteme­nte— dicen otra cosa.

Los datos científico­s siguen siendo los mismos, se le llame “mentalidad” o inmunidad de rebaño. Con los coronaviru­s, un enfoque así no es ni nunca debería ser una opción.

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