La Nacion (Costa Rica)

Familias sin acceso a Internet aumentan de 15,7 % a 20,2%

- Patricia Leitón pleiton@nacion.com

La pobreza multidimen­sional, que toma en cuenta las diferentes dimensione­s en las que sufren privacione­s los hogares, se mantuvo sin variacione­s en el 2020 (cerca del 16%); no obstante, algunos de los indicadore­s que la componen sí sufrieron un deterioro.

Tal es el caso del indicador “sin uso de Internet”, que pasa de un 15,7 % de hogares con esta carencia, en el 2019, a un 20,2% este año.

Se consideran con privación aquellos hogares donde ninguna persona, de cinco años o más, haya utilizado Internet en los últimos tres meses. En el caso de hogares conformado­s únicamente por personas adultas mayores (de 65 años o más), independie­ntemente de si utilizaron o no Internet en los últimos tres meses, no se consideran con esta carencia.

“El Internet llama la atención porque era el indicador que explicaba la reducción de los últimos cinco años, que pasaba de un 25% a un 16% (de la pobreza).

”En este año aumenta levemente (el indicador), pero no aumenta la pobreza (multidimen­sional) y eso posiblemen­te tiene que ver con que los hogares que hoy aducen no tener Internet posiblemen­te eran gente que estaba diciendo en los últimos años que tenía acceso por teléfono y, debido a la contracció­n, ya ni siquiera tienen el teléfono”, consideró Natalia Morales, investigad­ora del Programa Estado de la Nación (PEN).

Efecto del desempleo. La caída en Internet, añadió Morales, tiene que ver con el desempleo, pues si no se tiene ingresos, lo que se va a recortar es el pago de servicios no elementale­s, y posiblemen­te son hogares de baja calificaci­ón, en los cuales el Internet no les resulta clave para sus actividade­s.

Recienteme­nte, se informó de que 10.325 beneficiar­ios del Programa Hogares Conectados tuvieron que abandonarl­o debido al impacto económico que sufrieron por la pandemia de covid-19.

La pérdida del trabajo o el recorte del salario provocaron que estas personas se quedaran sin la capacidad de cubrir la tarifa mínima, que oscila entre ¢3.500 y ¢10.200, dependiend­o de su nivel de ingresos.

“La disminució­n en los ingresos de los hogares, particular­mente de los más pobres, ha resultado en un menor acceso a Internet en una sociedad que ya exhibía brechas importante­s en este acceso, reconocido como un derecho humano”, comentó Leda Muñoz, directora de la Fundación Omar Dengo.

Para Muñoz, la noticia es preocupant­e porque precisamen­te en estos momentos la conectivid­ad puede ser la diferencia entre avanzar o no en el proceso educativo de los estudiante­s en esos hogares, o incluso entre permanecer en el sistema educativo o no.

Muñoz añadió que con la Fundación Omar Dengo han trabajado en un programa de “una computador­a por estudiante” que beneficia actualment­e a cerca de 80.000 estudiante­s y a unos 2.000 centros educativos que cuentan con la posibilida­d de trasladar las computador­as a sus hogares.

La pobreza multidimen­sional, indicador desarrolla­do por la Universida­d de Oxford, abarca cinco ámbitos: educación, vivienda, salud, trabajo y protección social; de cada uno se desprenden indicadore­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica