‘Zurdito’ de Jacó llena de esperanza la banda de la ‘S’
›Sus entrenadores destacan su fina técnica; lo creen un jugador de proceso
Hace aproximadamente seis años, cuando Mathew Bolaños García apenas terminaba la escuela, el técnico Luis Diego Arnáez lo invitó a entrenar con Jacó Rays, en ese momento equipo de la Liga de Ascenso.
Era un niño, no tenía posibilidad de jugar en el torneo, pero su técnica con la pierna zurda llamó mucho la atención del entrenador nacional.
“Él iba a entrenar con el equipo del Comité de Deportes y Arnáez después entrenaba con Segunda y lo vio”, cuenta el papá de Mathew, Gersan Bolaños.
Poco importó su edad, recuerda Arnáez, pues cumplía muy bien. Las diferencias se notaban solamente cuando tocaba ir al cuerpo.
“Veía que técnicamente era sobresaliente. Cuando hacía falta algún jugador, me ayudaba bastante porque era muy bueno. Lo poníamos y era uno más. No es algo normal (que entrene un niño en Segunda), pero él pasaba muy bien el balón, pases precisos...”, destacó.
Gersan Bolaños y su esposa, Alba García, concuerdan en algo: su hijo traía el talento, pero la experiencia al lado de diferentes técnicos fue puliendo las habilidades que hoy lo tienen con el primer equipo de Saprissa.
Mathew, hoy de 18 años, debutó el domingo anterior en la derrota de los tibaseños 1-0 ante Limón. Ingresó de cambió y disfrutó de sus primeros minutos en la máxima categoría.
A los 14 años. Ese debut era el momento más esperado por él y su familia desde que tomó la decisión de ser un jugador profesional. Eso sucedió a los 14 años, cuando Saprissa mostró interés.
Antes de que Manuel Puro Ureña y Enrique Rivers, de la S, también se asombraran por las destrezas de Bolaños, su proceso llevó varias etapas.
A los cuatro años, sus papás lo llevaron a una escuela dirigida por Luis Fernando
Fallas, quien les dijo que todavía no era un buen momento, pero después regresó y estuvo hasta los siete años, aproximadamente. También tuvo los consejos de Enrique Quique Vásquez, en otro proyecto privado; en el Comité de Deportes de Parrita estuvo al mando de Ronald Carraco Chávez; después compartió con Arnáez y Federico Sandí (entrenador en su escuela).
Con este último, llegó la oportunidad de participar en el programa de selecciones regionales de la Fedefútbol. En una eliminatoria en el Lito Pérez, lo vieron Ureña y Rivers.
Quien había dado parte de esas referencias fue Luis Roberto Sibaja, en ese entonces coordinador de selecciones regionales. “Es un jugador de muchas condiciones. Es muy interesante, con buena técnica, con gran actitud para entrenar y jugar. En la visoria nacional destacó tanto que Saprissa lo fichó”, recuerda Sibaja.
Bolaños aparece en el equipo morado en una posición difícil de encontrar: lateral izquierdo, pero en realidad, el puntarenense ha pasado por muchos lugares en la cancha.
Finalmente, esa terminó siendo la puerta hacia el primer equipo morado. Al lesionarse Wálter Cortés, el otro lateral morado, apareció su oportunidad.
La técnica no ha sido su única virtud, también influye que siguiera los consejos de sus padres.
‘Estudie’. Cuando Saprissa mostró interés en reclutarlo, don Gersan y doña Alba le hablaron claro: si quiere esto, necesita ser muy disciplinado y eso no solo incluye fútbol.
Le dijeron que el estudio es también una prioridad. Actualmente, Bolaños cursa su segundo año de Administración de Empresas en la Universidad Hispanoamericana, gracias a un convenio de la institución tibaseña.
Alejarse de la playa, a la que disfrutaba ir con sus amigos, dejar a sus papás en Jacó y empezar una nueva vida, primero en casa de un amigo en Alajuela, y ahora solo, en Tibás, están valiendo la pena.