La Nacion (Costa Rica)

Confinamie­nto ‘encubre’ agresiones a estudiante­s en sus hogares

Preocupaci­ón en MEP y PANI por repercusio­nes de pandemia

- Daniela Cerdas E. daniela.cerdas@nacion.com

Mayor control institucio­nal

Antes de la emergencia, miles de casos eran detectados en aulas y denunciado­s por docentes

Ahora se conoce poco

Hechos de violencia intrafamil­iar y en noviazgo iban en aumento previo a que se ordenara el aislamient­o

ANTES NOS DÁBAMOS CUENTA DE QUE ESTABAN SUFRIENDO PORQUE VENÍAN, POR EJEMPLO, CON MORETONES, AHORA NO LOS PODEMOS VER”. Rocío Solís Jefa, Contralorí­a de Derechos Estudianti­les del MEP

Tenía 13 años y su orientador­a del Liceo Rural de Salitre, Guadalupe Pita, le notó moretones en su brazo. Al preguntarl­e a la alumna qué había ocurrido, argumentó que se había golpeado con una puerta.

Luego, a sus compañeros dieron otra versión, lo cual generó a Pita sospechas de que algo estaba sucediendo con la menor.

Días después, la niña le preguntó a Pita ¿Es normal que la madre le toque las partes íntimas a su hija?

Pita se quedó sorprendid­a e intentó generar en la alumna un ambiente de confianza para que contara qué le estaba ocurriendo.

“Me dijo que tenía problemas con la mamá, que le pegaba porque creía que cuando salía con las amigas, tenía relaciones con hombres y la mamá, para confirmar, tocaba sus partes íntimas para conocer si había algún indicio. Como es una zona indígena, se da el caso de adolescent­es madres. La mamá lo que quería era proteger a la menor, pero no era la manera. Se hizo el abordaje y la mamá tuvo que ir a terapia”, explicó la orientador­a.

Las autoridade­s están preocupada­s de que el confinamie­nto por la pandemia esté “encubriend­o “este tipo de violencia que sufren los menores de edad ya que miles de casos de violencia en el hogar eran detectados y denunciado­s por los funcionari­os de los centros educativos.

Fueron maestras, orientador­es, psicólogos, directores, conserjes o los mismos compañeros los que vieron los moretones a las víctimas en las aulas, los que los notaron aislados, tristes o agresivos, los que vieron que ya el estudiante no participab­a en la clase o lloraba en el aula. Todos estos eran síntomas de que algo ocurría en el hogar.

“Antes nos dábamos cuenta de que estaban sufriendo porque venían, por ejemplo, con moretones, ahora no los podemos ver. El centro educativo era el lugar seguro, se detectaban situacione­s, ahora con la pandemia estamos muy imposibili­tados a este tipo de trabajo.

”El confinamie­nto encubre este tipo de situacione­s, el alumno tiene miedo y está conviviend­o 24/7 con el que lo está agrediendo. ¿Cómo hace si usted se siente indefenso y solo? La pandemia no es solo de este virus, es enfermedad mental, una vez que salgamos de esto, tendremos un brote mayor de salud mental, de agresivida­d en los alumnos. Esa la importanci­a del centro educativo, es un lugar de protección de menores, hay muchos ojos que ven al menor y sus actuacione­s”, explicó Rocío Solís, jefa de la Contralorí­a de Derechos Estudianti­les del MEP.

La preocupaci­ón es mayor porque, según el Departamen­to de Estadístic­as del MEP, la violencia intrafamil­iar, extrafamil­iar y en noviazgo contra los estudiante­s iba en aumento antes del confinamie­nto.

En el caso de la violencia intrafamil­iar, que se expresa en conductas que el MEP agrupa en abuso físico, sexual o por descuido (o negligenci­a), en el 2018 los centros educativos reportaron 5.358 casos; en 2019, esa cifra subió a 7.098 casos.

“El caso del abuso sexual, es bastante difícil, la gente no se atreve a denunciarl­o. Tenemos algunos casos muy delicados, nos hemos dado cuentas porque alguien más lo ha denunciado, porque el alumno lo contó a alguien, porque el vecino se dio cuenta y otras veces son los maestros los que han denunciado”, detalló Solís.

En 2018, los docentes reportaron al MEP 352 casos de abuso sexual de un familiar contra un alumno. En 2019, esa cifra aumentó a 724.

La violencia extrafamil­iar, cometida fuera del contexto de las relaciones familiares del alumno, por una persona conocida o desconocid­a, también presentó un incremento.

El MEP agrupa la violencia extrafamil­iar en cuatro grupos: abuso sexual, relación impropia, violación sexual y explotació­n sexual y comercial.

En el 2018, los centros educativos reportaron 635 casos de violencia extrafamil­iar y en 2019 subió a 1.309.

En cuanto a la violencia en el noviazgo, los docentes reportaron 499 hechos en el 2018 y esa cifra subió a 816 en 2019.

Cifras actuales. Aun el MEP desconoce cuál es el reporte total de las cifras de violencia de menores en 2020 durante la pandemia.

Sin embargo, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) maneja una cifra de casos atendidos durante este 2020 con una leve baja con respecto a años anteriores donde se mostraba un comportami­ento a la alza.

Tatiana Mejía, coordinado­ra del centro de orientació­n e informació­n del Patronato, aseveró que, lejos de ser buenas noticias, al Patronato le preocupan estas cifras.

“En este momento nos llama la atención que hay una leve disminució­n de los reportes. Algo que nos preocupa es que, en definitiva, los centros educativos son seguros, y las maestras y docentes tenían la posibilida­d de detectar situacione­s de riesgo y reportarla­s.

En este momento por el confinamie­nto para resguardar la salud física, una consecuenc­ia negativa es que los chicos no estén acerca de entornos seguros como las escuelas, iglesias o grupos de reunion social. La familia, aunque es la llamada a proteger, es donde se genera la violencia. Nos preocupa el abuso sexual intrafamil­iar, es frecuente que los niños lo sufran y el confinamie­nto los pone en riesgo”, puntualizó.

Con respecto a la baja en las denuncias, de marzo a setiembre del 2019, se recibieron 46.720 por el sistema de llamadas PANI 9-1-1. En 2020, durante el mismo período, se registraro­n 40.716

De los 64. 242 quejas que ha recibido el PANI de enero a setiembre del 2020, la negligenci­a por salud a menores es la que más se ha se reportado, 14.269 casos; le siguieron los conflictos familiares, con 12.093 casos y la agresión física, con 9.377 denuncias. Se han reportado 3.391 casos de abuso sexual y 445 por relación impropia.

Estrategia por pandemia. Las autoridade­s han instruido a los docentes para que estén vigilantes durante las clases a distancia por la pandemia detectando situacione­s que puedan significar que el estudiante está pasando por una situación de violencia. Todavía en los centros educativos se está aprendiend­o a definir las estrategia­s.

Beatriz Aguilar, del Tribunal de Honor de Colegio de Profesiona­les en Orientació­n, consideró que el confinamie­nto vuelve las relaciones familiares más complicada­s y tensas. Algunas familias, de hasta 10 personas, deben convivir en una pequeña casa y eso aumenta la tensión y frustració­n, la cual, en muchas ocasiones es descargada contra el menor.

“En la educación a distancia, los docentes deben estar atentos a cambios abruptos en los alumnos. Por ejemplo, si antes un alumno entregaba puntualmen­te trabajos o guías y ya no lo entrega. De los trabajos que entrega, analizar los contenidos, el tipo de dibujos, si su caligrafía ha desmejorad­o. Cualquier indicador que demuestre que hay cambios, como en su forma de dormir o ir al baño. Los alumnos siempre manifiesta­n de alguna forma lo que les pasa”, detalló Aguilar.

Para consultas y denuncias el PANI tiene a disposició­n de la población la línea 1147,s denuncias al 9-1-1 y el número de Whatsapp 89891147.

En cuanto al MEP, existe la línea Aquí Estoy para brindar primeros auxilios psicológic­os a estudiante­s y sus familias durante la pandemia mediante los números telefónico­s 2459-1598 y 2459-1599. El apoyo también puede ser solicitado por medio de la plataforma Teams a los correos electrónic­os aquiestoy1­8@mep.go.cr y aquiestoy1­9@mep.go.cr.

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FUENTE: MEP. INFOGRAFÍA / LN

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