Retos en educación
Sin duda alguna la educación es sustancialmente la base del éxito en la sociedad. Después de la huelga del 2018, el país enfrentó el reto de replantear estrategias educativas y, cuando apenas venían estableciéndose algunos avances en infraestructura, programas académicos y disminución de brecha en tecnologías de la información, la covid-19 desveló una sombría y cruda realidad.
Desde marzo del 2020, la comunidad estudiantil está fuera de las aulas. Sin datos exactos, el Ministerio de Educación (MEP) no logró trazar las necesidades básicas de conectividad y cobertura del sistema, más preocupante es el poco acompañamiento y supervisión para conocer la eficacia de las acciones establecidas por las autoridades académicas.
En este aspecto, a menos de dos meses de finalizar el curso lectivo son necesarias propuestas claras que aseguren no solo la permanencia de los niños y jóvenes, sino también una adecuada planificación que derive en la disminución del rezago.
No basta con papel, los miles de estudiantes del país merecen que el porcentaje del producto interno bruto destinado al sector se vea reflejado en el derecho a la educación, que desde luego no se evidencia con una hora al día de lecciones virtuales o asignaciones sin una mediación pedagógica idónea.
En el 2021, el Ministerio de Educación deberá enfrentar retos, pero también tiene la oportunidad de no repetir la historia de los años ochenta. El abandono de las aulas en esa época aún repercute en nuestra sociedad.
Gabriela Lobo Vargas
Académica universitaria