País alcanza cresta de contagios de covid-19
Especialistas esperan lenta reducción de casos, pero advierten de que podrían subir
A finales de junio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reveló las proyecciones del Instituto de Métricas y Evaluación para la Salud (IHME, en inglés), de la Universidad de Washington, sobre el comportamiento de la covid-19 para los países de la región.
Estas proyecciones indicaban que Costa Rica sería de los últimos países en llegar a la cima de la ola pandémica; lo haría en octubre y, después, comenzaría a bajar.
Hoy, al finalizar el mes, surgen las preguntas: ¿se cumplió? ¿Cómo? ¿Qué sucederá ahora? ¿Por qué sentimos que llevamos meses de estar en un pico?
La Nación conversó con tres especialistas en Epidemiología y Salud Pública para trazar la dinámica de la enfermedad en el pais: Juan José Romero, coordinador de la Maestría en Epidemiología de la Universidad Nacional (UNA); Luis Rosero, demógrafo, salubrista público e investigador del Centro Centroamericano de Población de la Universidad de Costa Rica (CCP-UCR), y Ronald Evans, médico, epidemiólogo e investigador de la Universidad Hispanoamericana.
Los tres coinciden en algo: ya llegamos a la cresta de la ola. Pero esta, a diferencia de una punta picuda, tiene características de meseta, y la bajada, lejos de parecer la de un tobogán o una montaña rusa, tiene un descenso muy lento, apenas perceptible.
Y, si se descuidan las medidas para evitar la transmisión, esto podría revertirse.
Este pico, dicen, se alcanzó antes de octubre.
“Llegamos a ese pico el 15 de setiembre, más o menos”, puntualizó Rosero.
“Ocurrió a un nivel en el que muchos otros países vecinos comenzaron a experimentar ese pico, cuando estaban cerca de los 250 casos por millón de habitantes (...)”, agregó.
“La baja es muy, muy pobre. Yo diría que, en términos generales, estamos estancados. Estamos ‘aplanados’ desde hace mes y medio; en promedio, tenemos números muy similares de casos. Estamos en la parte más alta de la ola; un surfista sería feliz ahí: tiene cresta para seguirle tirando”, ejemplificó Romero.
Evans es de la misma opinión: “Estamos experimentando picos y llanuras, pero de una forma muy leve. Puede decirse, sin embargo, no con certeza, pero con cierto nivel de seguridad, que ya tocamos techo. Como se esperaba, fuimos de los últimos países de la región en llegar a él, pero llegamos y comenzamos un descenso muy paulatino”.
Aparente estabilidad. Si se comparan los datos de casos reportados durante el mes de setiembre con los primeros 30 días de octubre, se verá una reducción de un 3,97%.
Esta baja se hace más evidente a partir del 11 de octubre, cuando se comienza a bajar un poco más, y, una semana después, la reducción fue del 6,2%. Con los datos que se tienen hasta este viernes se prevé que esta semana cierre con un 8,4% de reducción, en comparación con la anterior.
Sin embargo, para Romero, esta es una aparente estabilidad, dado que no se hacen búsquedas activas de casos.
“Estamos viendo lo que está llegando a los servicios de salud. Muchas personas podrían no estar llegando”, recalcó.
“La situación social y económica influye. Si una persona estuvo cinco, seis meses sin trabajo y consigue una forma de ingresos y comienza a sentirse mal, es posible que, por miedo a perder el trabajo o a no tener una incapacidad larga que le recorte sus ingresos, esa persona podría empastillarse para bajarse la temperatura, y cuidarse al máximo para no contagiar, pero eventualmente sí podrían contagiar”, agregó.
Evans concuerda: “En Costa Rica ya deberíamos andar por unos de 300.000 a 500.000 casos; nosotros solo vemos los que se reportan, pero en realidad hay muchísimos más”.
Los tres entrevistados coinciden en que el país debería realizar más pruebas y salir en busca de casos, en lugar de solo atender los que llegan. Sin embargo, reconocen las limitaciones del sistema de salud.
El estar en un escenario de transmisión comunitaria activa también dificulta el rastreo de contactos.
“Lo QUE Sucede EN costa rica ES QUE NOS HEMOS Quedado ESTANCADOS. PODEMOS decir QUE SE Está dando UNA reducción de LA TASA de contagio, Pero ES MUY, MUY LENTA, EN LA QUE A VECES EXPERIMENTAMOS SUBIDAS LIGERAS”. Luis Rosero demógrafo y salubrista
¿Segunda ola o segunda fase?
El pasado 8 de junio, el ministro de Salud, Daniel Salas, expuso que estábamos ante una segunda ola de la pandemia.
Para los tres entrevistados, esto no es así. Más bien se tuvo una primera fase en donde estuvimos muy pegados “al piso” y, a mediados de año, comenzó la verdadera ola, de la cual en este momento estamos en la cima.
“Creo, en efecto, que no se trata de una segunda ola, sino más bien del punto culminante de la primera”, dijo Evans.
“Hubo una primera fase en donde los casos fueron muy pocos, y ahora es cuando realmente estamos en una ola. A diferencia de otros países, estamos manteniendo olas superlargas”, añade Romero.
Rosero es todavía más contundente: “En marzo y abril no hubo ola del todo. Fue un brote, no ola. Ola la estamos viviendo ahora. Es como cuando vamos al mar, las olas no se sienten en la orilla, pegados en la arena; se sienten más adentro, cuando las vemos subir”.
Eso sí, los tres entrevistados indican que, como es normal en una pandemia, tendremos una segunda ola después de esta primera. Lo que no se puede determinar es su fuerza o agresividad.