Un solo Congreso
La petición del foro multisectorial del Banco Popular para que la Asamblea se abstenga de legislar es una falta de respeto a la función del parlamento
en la sociedad democrática.
El llamado foro multisectorial de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular pidió al Congreso “de la manera más respetuosa” valorar la posibilidad de no dictaminar en comisión ni votar en el plenario proyectos de ley que “generan posiciones encontradas entre los sectores socioproductivos, políticos y ciudadanía en general”.
Así, el foro tendría oportunidad de “lograr los consensos necesarios y construir las propuestas que mejor beneficien a nuestro país”. La petición la formulan con “absoluto respeto a las competencias que nuestra Constitución… otorga a la Asamblea Legislativa, en procura de forjar un ambiente idóneo para que la construcción de acuerdos patrióticos no sea puesta en riesgo por alguna decisión que, en vez de viabilizar soluciones, genere confrontaciones no deseadas” mientras avanza su “esfuerzo multisectorial”.
Por muchas declaraciones de respeto incorporadas a la carta, la petición es una absoluta falta de respeto para la Asamblea Legislativa y su función en la sociedad democrática. Para comenzar, el llamado diálogo multisectorial se atribuye una representación superior a la del Primer Poder de la República, democráticamente elegido.
Es bajo el alero de la Asamblea de Trabajadores del Banco Popular donde se pueden forjar “acuerdos patrióticos”, “consensos necesarios” y las mejores propuestas para beneficio del país. La Asamblea Legislativa, por el contrario, podría poner esos logros en riesgo con alguna torpeza contraproducente. En consecuencia, debe abdicar de sus funciones mientras el foro multisectorial se pone de acuerdo sobre la agenda futura.
El foro multisectorial confía en su capacidad de producir propuestas de aceptación generalizada, oportunas e idóneas para enfrentar la grave crisis nacional, pero economistas y políticos de primer orden han recurrido, una y otra vez, a metáforas como la de la amarga medicina necesaria para aliviar nuestros padecimientos fiscales. Hablan del sacrificio de diversos sectores y la imposibilidad de dejarlos a todos complacidos, mas el foro multisectorial del Banco Popular promete resultados óptimos, inalcanzables para un Congreso cuya función constitucional solo produce “riesgos”.
En condición de miembro del foro multisectorial, la Confederación de Trabajadores Rerum Novarum, por ejemplo, pidió a la Comisión de Gobierno y Administración de la Asamblea Legislativa no dictaminar la Ley Marco de Empleo Público, ya prácticamente lista para ser enviada al plenario luego de arduas sesiones y audiencias celebradas para examinar distintas versiones del proyecto.
El tiempo invertido por los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como el largo proceso dispuesto por el reglamento del Primer Poder de la República, nada valen en ausencia del sello de aprobación del foro multisectorial del Banco Popular entre cuyos integrantes hay grupos empeñados en preservar el statu quo, inaceptable para otros e insostenible para las finanzas públicas.
Salvo un cambio de criterio hasta ahora no divulgado, la solución añorada por la confederación sindical no será de aceptación general y tampoco eficaz. Mucho menos será oportuna, porque habrá causado demora de un ajuste necesario para sanear las finanzas públicas. El país debe hacer frente a decisiones difíciles y ningún sector puede aspirar a salir ileso. A la Asamblea Legislativa le corresponde legislar con decisión y valentía, como lo hizo hace dos años. Es un deber irrenunciable y nadie puede usurparlo.
Los ciudadanos tenemos derecho a reunirnos para confrontar tesis y examinar soluciones. Podemos, también, introducirlas por diversos medios a la corriente legislativa, pero Costa Rica tiene un solo Congreso.
La petición del foro multisectorial del Banco Popular para que la Asamblea se abstenga de legislar es una falta de respeto a la función del parlamento en la sociedad democrática
El país debe hacer frente a decisiones difíciles y ningún sector puede aspirar a salir ileso. Al Congreso le corresponde legislar con decisión y valentía, como lo hizo hace dos años